Cuando las chicas subieron al autobús me devolví para la casa a paso lento ya que no quería llegar. El vecindario estaba callado para como estaba siempre y no había nadie afuera y aun los niños/as no comenzaban a jugar ni a gritarse palabras fea como la que ya estaba acostumbrada a oír pero mis hermanas no, porque evitaba que las escuchara. Entre las manos en mis bolsillos y mire el cielo, azul y hermoso como siempre.
-Hey mamacita, tan temprano quieres verme...- Me gire para ver al molestoso de Jose, el también vivía por aquí y era como un Papagallos. Se tiraba a todas las del barrio cuando quería y donde quería, pero conmigo nunca iba hacer así. Continúe caminando e ignorándolo porque no valía la pena hacerle caso a un loco como el.- Estas bien buena Laurita.
Así decían muchos del vecindario por mis voluptuosas caderas, había sacado el hermoso cuerpo de mi madre,tenia pocos senos, mi cintura era fina, y tenia mucho trasero y muchos muslos. Mi cabello era un rubio miel, era de tez blanca y nariz perfilada como la de mi padre, eso fue lo único que saque de el. Jose aun me estaba siguiendo y eso me estaba como que ya sacando de mis casillas, este día estaba tomando otro rumbo gracias a el!
-Oye déjame en paz, busca a una de las muchachitas esas y a mi no me molestes!
-Pero es a ti a quien quiero preciosura, ya me canse de las otras.
-A mi nunca me tendrás ni en tus sueños- El levanto las manos y rió.
-No lo digas tan segura, pero cuando quieras alguna ayudita tu me buscas y yo te la doy.
-Ja! Tu la necesitas mas que yo- Pero y quien se creía que era este hombre, solo porque se las daba a todas ya se creía el Rey de Inglaterra y ni a los talones le llegaba.
-Tu mama no me dijo eso cuando vino hacia mi- Me acerque a el y lo empuje
-Con mi mama no te metas- Lo apunte con un dedo y volví hacer mi camino. Abrí la puerta de la casa y entre.
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Estaba muy cansada, había lavado la ropa, fregado, y limpiado la casa. Casi era la hora de buscar a mis hermanas pero como que no quería levantarme del mueble de lo cómoda que estaba.
-Laura ven acá!- Exclamo mi madre, a regañadientes me levante, entre a su habitación. Mi madre estaba muy desaliñada y acostada en lo que antes era una cama decente. Las sabanas estaban en el piso, la cama estaba negra y salía un mal olor a whisky, lo que ella estuvo bebiendo toda la noche.- Ayudame a levantarme, tengo una cita a las 4.
-Mama creo que deberías quedarte aquí, olvídate de esa cita y pasa un tiempo con nosotras- La ayude a sentarse en la cama, ella se agarro el cabello y luego lo soltó. Tenias muchas ojeras, ya no la conocía con el brillo que tenia cuando estaba con mi padre.
-No Laura, tu debes ir a la Universidad y ese dinero debo conseguirlo yo, no tu.
-Puedo conseguir un trabajo... Hacer algo mama pero tu quédate aquí- Se levanto de la cama y entro al baño, abrió el cajón y saco unas pastillas para el dolor de cabeza.
-Ya no hablemos mas de esto Porfavor- Cerro la puerta del cuarto de baño, yo empece a recogerle la habitación. Tome las sabanas y fui por unas nuevas. Abrí las ventanas y tome las botellas vacías de whisky y las entre en una funda. La habitación se veía diferente ahora, mire el reloj de pared y vi que estaba tarde para buscar a las niñas. Tome las llaves y salí corriendo.
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El amor lo puede todo
Novela JuvenilLaura Sanders queria mantener todo bajo control en su casa debido que su madre se habia vuelto alcoholica por causa de la marcha de su Padre, cuando vuelve a la Universidad conocera a alguien que la ayudara mucho aunque ella no lo vea asiÂ...