¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hay quienes dicen que el peor silencio es ese incómodo, en el cual no sabes que decir y del cual querés escapar.
Y eso estaba sucediendo ahora mismo en la penúltimo piso del complejo Avengers. En la última puerta a la derecha, dentro de cuatro paredes pintadas de gris, dos mujeres se miraban fijamente. Una era alta, tenía la piel sumamente pálida y un pelo castaño oscuro que se podía confundir con negro fácilmente; por otro lado la chica frente a ella era baja, con el pelo castaño claro. Aunque eso no era lo que más llamaría la atención de ella en ese preciso momento, sino el color de sus ojos.
Rojo.
Y era un rojo oscuro. Un rojo venenoso. Un rojo el cual te podía engañar y envolver para nunca dejarte ir. Un rojo que te podía matar. Un rojo oscuro y tenebroso. Un rojo, que ocultaba muchas cosas, pero sobretodo expresaba dolor. Era un rojo doloroso.
—¿Quién eres?— después de bastante tiempo en silencio Wanda Maximoff volvió a hablar, su voz sonó dura y su acento se marco más que antes.
La chica frente a ella sonrió y ladeó su cabeza para observarla con curiosidad.
—Creo que ya te lo había dicho— sonrió haciendo que dos hoyuelos se marcaran en sus mejillas—, mi nombre es Allison Argent, ¿tu eres Wanda Maximoff?
Allison sonrió más (si era posible) cuando vio como la chica se quedaba desconcertada y su cara de intimidación flaqueaba.
—¿Cómo sabes mi nombre? ¿Qué quieres?— susurro la chica mirando a Allison, la cazadora podía intuir que estaba preocupada y eso la hizo suavizar su sonrisa.
—Siendo sincera, no sé cómo se tu nombre— Allison se encogió de hombros en disculpa y camino con tranquilidad hasta sentarse en la cama de la vengadora—. Solo lo sé y ya.
Wanda la observo con incredulidad y frunció el ceño, Allison sabía que no estaba entendiendo nada, ahora que lo pensaba un poco, ella tampoco entendía mucho.
La pelinegra sintió el colchón hundirse y volteo para ver a la chica sentada para ver la incredulidad todavía presente en su rostro. Estaba claro que realmente no entendía que estaba pasando.
—No puedo ver tus pensamientos, no puedo ver nada en ti— dijo Wanda después de unos minutos, su tono ya no era ni enojado ni incrédulo, era curioso.
—Ya lo creo que si— Allison soltó una pequeña risa—, supongo que la razón por la que tus dones no funcionan en mi es porque no estoy viva.
Silencio.
La habitación quedó en un tenso silencio, Wanda quedó mirándola con los ojos desenfocados, parecía ida mientras la miraba. Su ceño se frunció y la empezó a observar de arriba a abajo, parecía que cada segundo que pasaba se ponía más nerviosa y confundida. Porque siendo honestos, ¿a cuántas personas una persona no viva les hablaba?
—¿T-tu me estás tratando de decir que estás muerta?— susurro Wanda mirando fijamente a Allison.
La chica asintio y miro como Wanda parecía a punto de desmayarse, observo pacientemente mientras la chica dotada caminaba de arriba a abajo en su habitación mientras se pasaba la mano por el cabello desordenandolo más de lo que ya estaba.
Después de unos minutos la chica volvió a sentarse al lado de Allison y observo la pared frente a ella.
