#1

16 0 0
                                    

—Tranquila Alba, ya estás despierta.

Me costó un poco volver a la realidad, pero ahí estaba, me habían hipnotizado una vez más.

—Solo me quiero ir —dije cabizbaja.

—Está bien, no creo que hagan falta más hipnosis. Quédate tranquila, te veo el próximo viernes.

Salí de esa sala, agobiada, solo caminaba sin rumbo. El sol pegaba demasiado fuerte, se notaba que estábamos a mitad del verano, todos los adolescentes iban a la playa de la ciudad y los jóvenes adultos viajaban.

Seguí caminando, pensaba en mil cosas; en mi hermano, en mis amigos y en el que hubiera pasado si... mis pensamientos me distrajeron y me encontré entonces en la playa, seguí caminando por ésta hasta encontrar un lugar casi vacío.

Me senté en la arena, atrás mio había una roca gigante, me gustaba ese lugar, según yo se sentía más fresco y más tranquilo. Miré como las olas venía y se disminuían contra la arena, pensaba en que las olas era hermosas, grandes y fuertes pero solas, y con el tacto de la arena se desvanecían, eran vulnerables, solo pensaba.

—Hola

Alsé la mirada y vi que el que me hablaba era mi amigo, no se me hacía raro encontrarlo por acá, a él le gustaba mucho surfear.

—Aiden

—¿Que hace acá tan sola una chica tan linda y despeinada? —reía achicando sus ojos, en cierto punto Aiden era un chico dulce y tierno. Pero él solo se empeñaba a ser chistoso y "rudo".

—¿No puedo ir un rato a la playa como toda persona?

—Pues, de que puedes, puedes. Pero estás seria y sola.

—Parecería una loca si estoy sola y riendo, ¿No crees? —le sonreí y estiré las manos para que me levantará—. ¿A dónde me llevaras a comer?

—Me parece que no te he invitado a ningún lado —me mira desafiante y yo enarco una ceja mirándolo fijo—. Peeero si me das un beso podría pensarlo.

—¿Y por qué habría de dártelo?

—Porque te mueres por hacerlo.

—Eso quisieras

—En realidad si lo quisiera, pero no lo vas a ha hacer porque tienes miedo. —se burlaba de mi.

—Miedo a que me pegues tus herpes, quién sabe que haces con esa boca y en donde abrá estado.

—Si gustas te lo puedo decir. —reía y cerraba los ojos para un beso haciendo una mueca.

Le di un pico. Aiden era solo mi amigo, pero me había dejado saber que yo le gustaba, no lo decía directo, pero hacía referencias a eso y yo las entendía aunque nunca le decía nada al respecto. Me parecía lindo y buena persona sin embargo no me gustaba y no quería perder su amistad.

—Entonces, ¿A dónde quiere ir a comer la cejona más fea?

—A donde quieras.

🌻🌻🌻

—Menos mal que has llegado. —abrió la puerta una muy escandalosa Dahna en pijamas.

—Hola amiga, me parece que eso has querido decir. —dije mientras entraba a su casa.

—Effy y Alinna ya están acá de hace un rato. Estamos impacientes. —se notaba mucho mas contenta de lo normal.

—He estado con Aiden, estuvimos en la playa mientras el surfeaba y yo comía.

—Bien, pensaba llamarlo con los chicos pero mejor organicemos nosotras primero.

Subimos las escaleras hasta su cuarto y vi que Effy hablaba por teléfono con alguien y Alinna se limaba las uñas, ambas estaban en pijama como Dahna. Agarré una remera suelta por algún lugar del ropero de mi amiga, me saqué el corpiño y quede en calzones con la remera "pijama"

Ojos GrisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora