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Evan

Desperté y pude ver que seguía con la chica morena de anoche, se veía bonita mientras dormía, su pelo lucía igual que anoche; era un desastre, sin embargo, eso la traía despreocupada . Miré el despertador situado a un lado de mi cama en una pequeña mesa que ni siquiera tenía luz, este anunciaba las 8:57am.

Me levanté y fui hasta el baño, percaté en mi un fuerte olor a alcohol y no por estar tomando de más exactamente. Después de ducharme y lavarme los dientes fui hasta el cuarto de nuevo no había llevado ropa, por lo tanto, lo único que me cubría era una simple toalla. Vi que Alba aún seguía dormida, la cama estaba desordenada y en ella, además de sabanas revueltas, se encontraba nuestra ropa.

Procedí a cambiarme.

-Tienes un bonito culo.

-Creí que estabas dormida.

-Me he despertado por si todavía no lo ves.

Ella se pasó las manos por la cara como queriendo sacarse el sueño, estaba sentada a una orilla de la cama. Me detuve un momento y me quede mirándola, yo sabía muy bien quien era ella; se veía genial con su ropa interior, despeinada, su cara adormilada y sin arreglar.

Se levanto de la cama, y me quedo viendo. Tiene ese aspecto de no importarle mucho las cosas o de como debe lucir, ella siempre llamó mi atención.

Camino recorriendo mi habitación con curiosidad, caminaba lento viendo detalle por detalle

-No tienes fotos de tu familia-dijo mientras me miraba.

No le respondí. Siguió mirando y encontró asombrada una cámara que se encontraba en un estante con libros, la miraba asombrada, fruncía el ceño formando una cara curiosa e inocente.

-¿Nunca has visto una cámara?

-Nunca he tenido ninguna y quería ver como funcionaba

-Déjame que te muestre.-extendí mi mano hacia ella.

-Bien-me extendió la cámara y camino hasta la cama, se sentó y me miró-, sácame una foto.

Agarré la cámara y vi a través de ella a la bonita chica que se encontraba enfrente de mí, sentada con las manos en la cama puestas un poco para atrás recostada en ellas. Tenía su habitual cara de indiferente y miraba hacia la cámara, yo tomé la foto. Esperamos un momento hasta que la foto sea revelada, ella la agarró y sonrió. Me gustaba su sonrisa, casi nunca la mostraba.

-Me gusta, ¿Eres un fotógrafo?

-No, la tengo porque me gusta fotografiar, el cielo o algunas cosas, bonitas o significativas, tal vez momentos también.

-¿Dónde guardaras mi foto?

-Sígueme.-agarré su mano y la lleve por un pasillo.

Al final del pasillo se hallaba una puerta, la abrí dejándole ver un cuarto un tanto "artístico", sus paredes estaban manchadas de muchos colores, no accidentalmente, sino por la culpa de haber estado pintando acrílicos u oleos. Habían algunos cuadros colgados, otros apilados en el suelo y un soporte de madera armado con un bastidor en blanco. A un lado, en la pared menos manchada con pintura se encontraban muchas fotos pegadas en ella.

-Allí, tengo las fotos, son especiales-ella las observaba una por una.

Luego se volteo a ver los cuadros.

-Tu los pintas, ¿No?

-Pues nadie más vive aquí.

-¿Qué pintas?

-A veces me inspiro en los que capturo en mis fotos, otras veces solo algo de mi imaginación.

Alba se quedó revisando algunos cuadros que estaban en el piso. Miré la hora y el reloj en mi pared marcaban las 10:07am.

-Hey, ¿Tus padres no te dirán nada? Son las diez de la mañana ya.

-No tengo padres-hablaba mientras observaba con atención uno de los cuadros, no veía cual era.

-Con alguien debes vivir, ¿Algún tutor?

-No necesito tutor, ya tengo casi 20 años. Pero sí, vivo con quienes me adoptaron. Aunque no hay problema, ellos están de viaje por algunos meses. Son buenos, ¿Sabes? Sin embargo, no siento que sean mis familia.-seguía con su vista en aquellas pinturas-. Sam y Chad me adoptaron cuando yo tenía 5, tal vez 6 años, siempre trataron de darme lo mejor; se preocupaban de más por cosas pequeñas o simples, que nunca me faltara nada, lo aprecio y nunca me queje. Solo que les faltó un poco la parte paternal, estaban demasiado ocupados con los negocios que nunca descansaban o paraban un rato. Digamos que siempre he sido independiente-al fin dirigió la mirada hacia mí. Tenía unos muy claros ojos verdes.

Nos quedamos en silencio unos minutos, no supe que decirle, no era un silencio incómodo de todas maneras.

-¿Quieres comer algo? -Alba se quedó mirándome fijo unos segundos.

-Será mejor que me vaya.-reacciono pestañeando.

Ella recogió su ropa y se vistió, yo la veía desde la puerta. Se notaba preocupada y muy distraída pero intuía que le pasaba.

Ya cambiada, acomodándose su camiseta holgada, se miró al espejo y trató de acomodar su tan despeinado cabello. La acompañé hasta la puerta y salió, no le dije adiós ni ella a mí, solo se giró a verme y sonrió.



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⏰ Última actualización: Mar 17, 2018 ⏰

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