III

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  • Dedicado a Tris Pau y Aroa
                                    

Bajo con las maletas ya hechas, no llevo mucho, solo lo necesario, quiero dejar atrás todo lo posible de mi miserable vida.

Abro la puerta, un coche me espera en la entrada, es negro, mi madre viene entre lágrimas a despedirme, yo sigo serio, ni me molesto en hacerlo, no se lo merece. Mi padre esta trabajando, se enterará de la noticia cuando llegue, tampoco es que me importe demasiado.

Un hombre sale, abre la puerta, pero antes de que me monte me pide la maleta, yo dudo, pero acabo dándosela. Una vez esta el coche en marcha me apoyo en la puerta, no se que siento...¿Tristeza?¿Ansiedad? ¿Alegría? No lo se, pero sea lo que sea es nuevo para mi.

Veo como pasamos por las calles de la ciudad, los cristales están tintados, así que la gente no me ve, cosa que me parece bien.

Al caer la noche la ciudad ya solo es una mancha amarilla al fondo de la oscuridad, no he dicho nada en todo el camino, y tampoco quiero hacerlo, solo me acurruco, pues acabo de darme cuenta de que, si no lo estaba antes, ahora si que estoy solo.

 

Una luz parpadea dentro del coche, me acerco a ella, no la toco, pero puedo ver que es un asa, antes no la había visto, tiro de ella, abre un compartimento, dentro de el hay algo raro, parece un teléfono móvil, pero funciona pulsando la parte tapa delantera, en la que se enciende una pantalla, había oído hablar de ellos, así eran los móviles antes, pero... Esto es muy anticuado para el gobierno.

Se abre una pestaña,- “Hola” - dice una voz masculina, yo me asusto y dejo caer el aparato- “Si estas oyendo esto es que ha sido usted seleccionado para el proyecto llamado La Nueva Generación, así que escuche con atención. Últimamente el mundo el mundo es un hervidero de problemas, por eso, si tienes la inteligencia necesaria para formar parte de este plan, tienes suerte amigo. ”-sigo escuchando-”Seréis tratados como adultos en una escuela del pasado, tendréis un implante cerebral que hará que desarrolléis habilidades sobrehumanas”-enarco una ceja, pues eso es un disparate, como iba a hacer eso el gobierno, pero sigo escuchando- “Antes de que se os pueda enviar al pasado deberéis de pasar un año acostumbrándoos al entorno, una vez terminado este año estaréis oficialmente preparados para enviaros al pasado... A aquellos que hayáis superado las pruebas, eso ya depende de vosotros, corto y cierro”-me quedo mirando el teléfono sin saber bien que hacer, solo dejo que se pague a pantalla, y poco a poco me quedo dormido.

 

El coche traquetea, hace que me despierte, es pleno día, aún no hemos llegado, hay un piloto distinto, pero no importa, seguimos en el mismo coche, el teléfono esta a mi lado, a lo lejos se ve algo, un edificio gris, rodeado con verjas, seguimos acercándonos, entonces se que esa va a ser mi cárcel durante el próximo año, seré un juguete del gobierno, ya lo tengo claro.

 

Llegamos, la puerta del coche se abre, tengo la maleta al lado, lista para que la coja, el conductor me guía, voy por los pasillos, son coloridos, al menos mas que el exterior, algunos chicos, hay pocos, me miran curiosos, aunque se que ellos pasaron por lo mismo, quiero que la tierra me coma, pero no, no tengo esa suerte. Seguimos caminando hasta que llegamos a un pasillo sin nadie, la puerta numero siete, esa abre, al parecer es mi habitación. Hay tres camas, encima de una de ellas, supongo que la mía, hay unos cuantos folletos, el hombre los señala.

 

-Eso te dirá todo lo que tienes que hacer esta semana-y dicho esto se va, yo me quedo mirándo las habitación, abro la mochila, guardo un libro en mi mesita de noche y un par de cosas mas, después abro mi armario, es una puertecita que hay justo encima de la cama, hay un uniforme, supongo que tengo que cambiarme.

Hay una puerta que parece el baño, me meto y efectivamente, un cuartito con un váter y un plato de ducha con una mampara, a primera vista parece de metacrilato, pero no lo se seguro.

Me cambio, el uniforme es negro, con dos rallas blancas y una azul, hay una compuerta para que meta la ropa, una vez hecho salgo de ahí, me siento en la cama y me pongo a leer, lo primero que leo es el manual del teléfono, una vez leído lo cojo, es sencillo, hay una aplicación que me guiará por dentro de todo el complejo, después leo otro, me explica lo que debo de hacer día a día, hoy solo tengo una cosa apuntada, “Ir a hablar con el orientador marcar el código 2742 en el GPS”.

Hago lo que dice, y en el movil se enciende una flecha, sonrío de lado y me pongo a ir donde me dice, después de un par de minutos andando me marca una puerta, la miro, efectivamente tiene una plaquita en la que pone “Orientador” y me quedo mirando, titubeo y llamo.

 

 

-¿Si?- se escucha al otro lado de la puerta.

La Nueva GeneraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora