CAPITULO 4

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12-Noviembre-2007

Subí a mi cuarto rápidamente, me había quedado dormida en la sala, me bañe tan rápido como pude al salir vi un sobre en mi librero, lo abrí contenía dinero y una nota.

"Hija quizá ya no se puede hacer que tu cabello crezca pero este es el dinero que ocupabas, cómprate algo lindo o guárdalo. Te quiere tu papá"

Deje el sobre guardado en un cajón, baje y mi mamá había preparado el desayuno.

-Mamá lo siento, ya voy tarde, no desayunare hoy vale- le di un beso y salí solo escuche un "Cuídate" y corrí hasta la parada del bus, siempre me iba caminando pero hoy no había tiempo para caminar, ya iba muy retrasada y seguramente Eduardo me mataría, igual que la maestra.

No podía creer quien acababa de subir al bus.

-Hola- me saludo.

-Hola

-Oye perdón

-¿perdón? - me burle, que sínica

-Se que hice mal, me necesitabas y yo te trate pésimo, perdón eres mi mejor amiga, no quiero perderte

-Tú también eras mi mejor amiga Lola, pero me he cansado de que me trates mal, de no tener tu apoyo, me canse de tu hipocresía, con permiso- pase por su lado y baje tres calles antes, no quería seguir hablando con Lola. Corrí para llegar, llevaba 30 minutos de retraso.

-Puedo pasar? - pregunte

-Señorita Gómez, es la segunda vez que llega tarde, váyase de mi clase y no regrese por favor.

Sus palabras me habían dolido tanto, ella no sabía lo importante que era para mí la enfermería. Camine despacio por la escuela, no tenía dinero, y mi estomago rugía, pero lo poco que traía lo había gastado en el bus.

-Así que aquí estas

-Oh...- me quede paralizada

-Llegas tarde de nuevo

-Perdón... Tuve un problema y...no importa, no puedo volver a clase. - baje la mirada

-Porque? - me miro, por primera vez sus ojos reflejaban algo distinto a la indiferencia

-La Maestra me dijo que no volviera...

-Vaya, debes aprender a ser responsable, eres muy inmadura 

-No lo soy... Pero tengo muchos problemas y eso me distrae. 

-Todos tienen problemas- Dijo y se fue, me quede pensando que problemas tendría el.

Tome mis cosas y lo seguí, se dirigía a la salida a sí que yo también salí de la Universidad, caminaba rápido y yo le seguía por detrás, no fue muy lejos, entro a un acilo para ancianos, me escondí detrás de un árbol y observe lo que hacía, él sonreía, sus ojos brillaban al hablar con todos esos ancianos, él se miraba muy feliz y eso me hacía feliz a mí.

La luna se había puesto ya, hoy estaba más hermosa que nunca, la salude como cada noche pero esta vez no le escribí a ella, le escribí a Eduardo...

Eduardo...

¿Como estás? Espero que muy bien, te diré que a mí me fue increíble hoy, cuando te miré sonreír, me hiciste sonreír a mí también, desde que te conocí no he podido dejar de pensar en ti, cada noche le pido a la luna que te proteja, ¿crees en la magia? Yo sí, te pido cada noche, te pido cuando cierro los ojos y miro al cielo, creó que cada día me intereso más en ti. Si pudiera hacer algo, haría que me miraras como yo te miro a ti, así, con amor, con cariño, queriendo ser más que amigos.

ATT. HANNA.

UN DESEO PARA LA LUNA. ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora