CAPITULO 50

217 26 4
                                    

03-Septiembre-2008

Llevaba tan solo unos días en este pequeño lugar, las cosas no habían estado muy bien, me sentía un poco enferma pero no tenía dinero para ir a un doctor mi situación económica era aún peor que cuando vivía con mi madre, había conseguido un trabajo lavando platos en una fonda pero eso a penas me alcanzaba para comer y comprar mis cigarros. Quería y necesitaba probar nuevamente la Ketamina, sé que muy posiblemente eso provocaba mis mareos y que la comida me provocara asco pero aun así la necesitaba.

Mi celular había sonado unas 10 veces y todas las llamadas eran de Maximiliano, sonaba estúpido pero esperaba con ansias la llamada de Damián pidiéndome perdón.

04-Septiembre-2008

-Hanna nena no te volveremos a dar Ketamina- hablaba Raquel

-Solo una vez más, saben que no tengo plata- pedí

-Dásela ella es una más de nosotras - me defendió Mónica

-Damián nos matara si se entera- escuchar su nombre me hizo palidecer

-¿Damián? ¿Qué les ha dicho de mí? - pregunte ansiosa

-Nada cariño, pero te quiere y eso es obvio, desde que terminaron su relación ha sido peor que antes

-Olvida eso y anda te la mereces - me ofreció lo que tanto anhelaba

En pocos minutos ya me sentía mucho mejor, con tan solo tenerla dentro de mi organismo todo lo malo se me había olvidado, me comencé a reír y de un momento a otro comencé a llorar.

-¿Estas bien nena?- Raquel se me acercó

-Si, si, si- dije sin parar de llorar

-Ella esta bien, esta viajando- escuché que dijo Mónica.

Ya no volví a escuchar más y cerré mis ojos, pensando en todo lo bueno. El efecto había durado poco y quería volver a sentirlo pero Raquel y Mónica ya se habían ido y no me había dado cuenta.

Me levante del suelo y me mire en el espejo, estaba pálida tanto como esos vampiros en las películas estadounidenses solo que yo me miraba enferma.

Me senté a comer un Sándwich, pero no pude dar más de tres bocados porque las náuseas volvieron a mí, e instintivamente corrí al baño a vomitar. "¡Rayos Hanna ...! ¿Qué te pasa?" Me lave los dientes. Tire el Sándwich a la basura y me senté a fumarme un cigarro mientras miraba la Luna, hace mucho que no estaba tan brillante y que no lucia tan grande, no pude evitar perdí un deseo... Mi deseo fue, que Damián me perdonara.

-Se que no he sido la mejor pareja con Damián, pero yo realmente lo amo, cuando dije que aprendería a amarlo mentí, porque amar no es cosa de aprender, solo es cosa de sentirlo en tu corazón. Solo quiero volver a tenerlo a un lado mío. Por favor señora Luna ayúdame, pero esta vez no te lo lleves, no como a Eduardo. - dije para terminar de fumar mi cigarro, miré la Luna una última vez y me recosté a dormir.

04-Septiembre-2008

-Señor hoy no llego Ana ¿Qué haremos? Ella es la única mesera - le informé a mi jefe

-Ayúdame solo hoy a servir y repartir ¿Si? Te pagaré un poco más por este día.

-Esta bien, le ayudaré. - Dije, empezamos a preparar la comida y el día paso rapidísimo, faltaban tres horas para cerrar el local y me sentía muy cansada.

Tome un poco de agua y me senté un rato pero duro solo unos minutos porque mi jefe entro con una nueva orden.

-Hanna, lleva una orden de hamburguesa con papas a la mesa 4, y una orden de Hot dogs, ambos con una coca cola, por favor Hanna

-Si señor. - comencé a hacer la hamburguesa, el olor me provoco asco así que corrí al baño, me enjuague la boca y me lave las manos. Regrese y cuando estaba todo fui, a la mesa entregar a todo. Cuando llegue mi piel palideció pues allí estaba Damián muy cómodamente con una chica rubia de cabello ondulado, muy hermosa realmente, tome valor y me acerque no tenía de otra.

-Su... su orden- hable bajo y la entregue, Damián volteo a mirarme y se sorprendió tanto como yo

-Hanna. - pudo decir

-¿La conoces? - preguntó la rubia

-No - respondí yo. - espero disfruten su comida - dije saliendo del lugar

-Hanna..! Espera..! - Damián tomo mi brazo - te vez fatal, haz adelgazado mucho y tienes ojeras - me miró.

-No te preocupes, ahora ve con ella. - le pedí

-Te extraño nena y no es necesario que trabajes aquí, yo puedo darte dinero. - intentó tocar mi mano pero me aleje.

-No necesito tú ayuda, te necesitaba a ti. - una lagrima cayo

-Oh.! No llores nena, no me hagas esto.

-Si necesitas algo pídemelo, hoy hay dos por uno en postres - dije rumbo a la cocina, camine tan rápido como pude y las lagrimas caían. Entre al baño y fume marihuana solo eso me haría sentir mejor, al terminar salí del baño y regrese al trabajo.



UN DESEO PARA LA LUNA. ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora