Los opuestos se atraen

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               Star Butterbly acababa de cumplir 6 meses viviendo con la familia Diaz,

Sus padres creyeron conveniente el hecho de que tuviese un respiro a causa de la ajetreada vida de pareja que Tom Lucitor le había ofrecido.

Ella acepto sin reprochar, bueno no es como si la princesa lo hiciera habitualmente.

Sin embargo había ciertos inconvenientes pero el más significativo además de la soledad con la que fue recibida en su nuevo colegio, era Marco Diaz el mal hablado de la institución y compañero de casa, en el instante. En que sus ojos se enfocaron en el otro era evidente que lo único que ellos lograrían es odiarse todos los días de su vida, tantos gustos y personalidades eran totalmente diferentes. Lo que provocaba evidentemente que sus peleas fueran infinitas y por motivos ilógicos.

Star Butterbly maldecía su suerte constantemente , de todas las casas ,de todos los vecindarios ,de todos los países tuvo que dar con la de Marco Diaz ,el cual aún seguía preguntándose por qué ese idiota simplemente no lo expulsaban de esa institución , en el relativamente poco tiempo que habitaba en la tierra Marco hizo un sin fin de ¨travesuras¨ si es que se les puede catalogar así ,a las atrocidades que ese chico hace , todavía recuerda como el pobre profesor de matemáticas tuvo que ir al psicólogo por culpa de él .

Ni un demonio le llegaba a los talones a Marco Diaz. Y eso a Star le parecía una total falacia.

Pese a esto con el tiempo fue aprendiendo ciertas actitudes de este chico, y la sorprendente poca paciencia que experimentaba al tenerlo cerca. Se permitía gritarle, algo insólito en su persona pero extrañamente liberador, no obstante. Esta repentina¨ liberación ¨ no permitía aceptar toda la idiotez del chico como lo hizo con el demonio.

— pts., idiota....—refunfuñó mientras leía uno de sus libros favoritos, sentada cómodamente en el sofá de la casa de los Díaz. Pensar en el chico malhablado la ponía de un humor horrible.

De repente la puerta principal fue azotada de manera estruendosa provocando que hasta las ventanas vibraran sobresaltando a la rubia, el moreno hizo acto de presencia con su, ya habitual cara enojada, que sin ningún signo de vergüenza por lo hecho simplemente se dirigió a la escalera.

Como anterior mente se planteó Star sabia recocer ciertas actitudes de marco por lo que está en particular solo significaba una cosa él se había peleado con su novia.

—Oye la puerta no tiene la culpa de tu rabia —Reprocho la rubia, cerrando su libro colocándolo en lado de ella.

—No te metas en cosas que no te importan princesita — Respondió reteniéndose, recalcado la palabra princesita a modo de burla.

—Te he dicho que no me llames así , idiota — Critico, levantados del sofá para encararlo.

-! Oh ¡se cabreo la teñida me sorprende que tengas sentimientos, ya que solo pareces una estúpida copia barata de las princesas de Disney – Grito aún más sumergido en furia.

¿Qué es una princesa Disney? , se preguntó la chica en su cabeza. Seguramente debe ser un insulto si el chico lo propino contra ella.

Sin embargo cuando estaba por contraatacar, una lagrima recorrió la mejilla del chico, la chica se paralizo en ese momento, se dio el tiempo de verlo con mayor detalle, tenía los ojos cristalizados y las mejillas ruborizadas y sus brazos temblaban. Ella no sabía cómo reaccionar jamás lo había visto de esa manera, el moreno al percatarse de esto solo se puso de cuclillas en el suelo con sus manos abrazándose a sí mismo.

Como si ya no pudiera con todas las emociones que lo abrumaban.

— ¿Marco que te pasa? —Dijo en casi un susurro, el chico no contesto solo hipaba de vez en cuando.

- /.One-shots starco. / - EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora