Capítulo Noveno - Volver.

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Era obvio que después de tantas preguntas, la curiosidad de Smith estaba a punto de explotar, y desde luego no se iba a quedar tranquilo, tenía que encontrar una respuesta a todas sus preguntas, y la única manera era enfrentándose a todas esas dudas... y que su alma volviese a guiarlo.

Por supuesto, volver a la mansión era algo que lo aterraba de sobremanera, pero a vece hay que saber enfrentarse a los temores.

Se puso una camiseta negra, unos pantalones cortos marrón oscuro y unas botas negras que impedirían que se pinchara los pies.
En esta ocasión no estaba del todo seguro si sabría cómo llegar, por lo tanto puso fósforos, dos botellas de agua, pañuelos, una navaja, algo de comida, un abrelatas, una linterna, curitas, un cuaderno y un lápiz en su mochila.

Se dispuso a partir de inmediato con la sensación habitual de que le faltaba llevarse algo, por lo que dio un vistazo a su alrededor y fue cuando se percató de que su casa no estaba sucia en lo absoluto. Sí, es decir, ni él ni nadie limpiaban esa casa, entonces ¿cómo era posible?

Cerró la puerta y... un momento ¿Cómo demonios Elías sabía dónde vivía él?
Un frio horrible le recorrió la espalda como si se tratara una brisa invernal.

Intentó olvidar la idea y cerró con llave... aunque era estúpidamente innecesario porque no recordaba que hubieran intentado robarle jamás.

Una vez fuera recordó las instrucciones de la primera vez: "Por la arboleda, la primera calle a la izquierda, hacia el bosque..." y fue lo que hizo, seguir los mismos caminos y senderos hasta llegar al bosque que se veía intimidante como siempre.

Ahora estaba ahí, por la tarde hacía bastante calor así que tomo unos sorbos de agua antes de continuar, pero realmente no sabía a dónde iba.

Luego de un extenso tramo, que parecía más largo que la vez anterior se sentó en una roca para descansar un poco, no sabía tan siquiera donde estaba, se sentía perdido y su alma nuevamente no daba señales de ser una guía competente.

Tomó un poco más de agua y comió algunas galletas que tenía guardadas en la mochila, estaba cansado pero iba a seguir su recorrido, no podía ceder ante el cansancio.

La mansión de las Ánimas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora