Luego de caminar en la espesura del bosque y en plena oscuridad, durante prácticamente una hora algunos rayos de luz empezaron a asomarse por entre las ramas, y ese camino es el que decidió tomar. Algo en su espalda le daba escalofríos y no dejaba de tener una sensación constante de molestia.
Ante su vista aparecía de a poco una zona aislada de todo, una mansión al parecer. Un prado solitario que podría ser digno de cualquier historia de terror.
Al salir del bosque sintió un apego extraño por esa gran casa y se fue acercando. En la entrada dos gárgolas imponentes recibían a cualquier visitante que se dignara a pasar, se detuvo ante ellas a observarlas, con algo de temor y absorbiendo la seguridad que de alguna forma le transmitían.
Seres mitológicos daban entrada al lugar al que su alma lo había guiado, estaba atónito ante la presencia que imponía todo allí, un sentimiento de angustia y dolor recorrió su cuerpo, Smith más allá de eso se dispuso a entrar.
Era enorme y lo que se veía no era más que el principio de una mansión en la que probablemente podrían haber habitado alrededor de cincuenta personas sin problemas.
Las puertas estaban sin seguro, las ventanas rotas y algunas ramas entraban por ellas, el pasar del tiempo se notaba demasiado, los muros del lugar habían sido destruidos por los años y aun así se la veía única e impune, no dejaba de ser una mansión.
Una vez dentro se percató del rechinido del suelo...
-Oh por Dios- pensó.
Smith se había dado cuenta de que era exactamente como en su pesadilla, efectivamente todo era real o ¿estaba soñando de nuevo? No, eso no era un sueño en lo absoluto, pero si había algo diferente era que ya no tenía miedo ni nada por el estilo.
Una sombra pasó por delante suya abriéndose paso hacia quien sabe dónde, de un momento a otro se escuchaban risas por toda la casa, sentía como si cientos de manos tocaran sus piernas y como si su espalda pesara cada vez más. Y detrás de Smith una voz profunda hizo presencia...
-"Nos volvemos a encontrar..."-
Algo en él se congeló, sintió como su corazón por un segundo se detenía, esa voz...
Los sonidos chirriantes en las paredes lo aturdían y empezaba a marearse, hasta que cayó rendido, se desmayó y más tarde apareció fuera de la casa, las gárgolas parecían mirarlo con desdén, sentía que era hora de irse, su reloj de mano indicaba las 7:23... Pero de la tarde.
Se fue sin mirar atrás, alguien debía saber de esto.
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La mansión de las Ánimas.
De TodoLas almas están destinadas a encontrarse. Tarde o temprano cada misterio que se desenvuelve en esta gran mansión será resuelto por inesperadas e insólitas respuestas a preguntas... dos chicos, una mansión, un misterio. Atrévete a internarte en esta...