¿Destino?

Capítulo 1

Desde que era niña siempre he creido en el destino, en que cada cosa pasa por algo, por que asi debía ser, y que cada persona que conocíamos estaba destinada a cruzarse en nuestro camino por una razón.

Así mismo siempre creí en toda esa historia sobre el hilo rojo, y que cada persona tiene a su alma gemela esperandola en algun lugar del planeta, y que fuera tarde o temprano, se encontrarían algún día.

No recuerdo con exactitud el día que lo conocí, ya saben, al sujeto que se encuentra al otro extremo de mi hilo rojo. Aquel momento no fue mágico ni especial. El amor a primera vista no funciona en mi (ni en el por lo visto). Para ser sincera, ni siquiera recuerdo la primera vez que lo vi, pero si recuerdo muy bien como comenzó todo.

Yo tenía 21 años, artista de corazón, vivía en una pequeña ciudad en la costa, nada fuera de lo común. En aquellos días yo era maestra de baile en una pequeña escuela y mantenía un pequeño negocio de diseños y pinturas artísticas, donde bien, trataba de vender lo que saliera de mis momentos de inspiración o trataba de cumplir los deseos creativos de otras personas. Me iba bien, era feliz, muy feliz. Tenía una familia hermosa que me amaba, amigos y una casa, pero por más feliz que fuera ahí yo tenía una meta, un sueño, y sabia que debía llegar a esa meta, aun que eso significará sacrificios, como alejarme de mis seres amados, pero eso no iba a detenerme en lo absoluto. Yo iba a irme algun dia, eso lo tenía bien claro, a la escuela de arte con la que cada día soñaba, y nada me iba a hacer cambiar de opinión.

O al menos eso pensaba yo.

En fin, todo comenzó en los ultimos de octubre, a unas cuantas semanas de mi festividad favorita, "Día de muertos", y como era costumbre puse un anunció en la ventana de mi negocio con algunas fotos de mi trabajo de años anteriores para promocionar mi maquillaje de catrina y catrin, con la esperanza de al fin, este año, juntar lo necesario para pagar la inscripción a "L'art" la escuela de la que les había hablado, y estaba muy emocionada, ya que me quedaba muy poco para juntar lo necesario.
Pero esa emoción, desapareció para volverse en ansiedad.
Los primeros dos días con el letrero puesto nadie pasó a preguntar, solo pasaban, miraban las fotos y se iban, algunos incluso tomaban fotografías con sus cámaras, para copiarlas después ellos mismos supongo, ese tipo de cosas me llenaban y me llenan de rabia, sin embargo me llenaba saber que al menos el diseño que copiarian habría sido fruto de mi cretividad y no de su seco cerebro.

El tercer día parecía transcurrir igual, todo tranquilo, sin un alma que se interesara por mi trabajo, hasta que, esa tarde, faltando una hora para cerrar, apareció el.

Recién acababa de salir de la universidad publica y pasaba por ahí para saludar a Cat, una de mis mejores amigas, y su mejor amiga.
Antes de entrar a la tienda se detuvo a ver las fotografías, y juro que en ese momento me importó un millón de veces más la acción de él viendo el letrero, que él mismo. Asi es dmas y caballeros, como lo han leido, él no era nada para mi, no era mi amigo, no era mi amor secreto, mi amor prohibido, mi amor si quiera, y yo no era nada para él, nada de lo anteriormente mencionado. Solo eramos simples conocidos. En resumen, me era más indiferente que los libros del estante empolvado de mi habitación.

"Liza, ¿estos los haces tu?" Preguntó el señalando las fotografias.
"Cada uno de ellos, todos creaciones mias" le dije orgullosa.
"Si Andy, hola a ti también" alegó Caterine en broma.
"Cat, por favor, como si no te viera ya lo suficiente" dijo dándole un gran abrazo a su mejor amiga.
"Ya sabes como es Cat, siempre sentimental" dije en broma mientras iba al otro lado del mostrador para saludarle.
"Lo se, como si no la conociera de toda la vida" dijo el mientras se sentaba en uno de los sillones "pero ese no es el punto aquí, Liza, eres como caída del cielo para mi en estos momentos. Tengo una fiesta de disfraces y quiero ir vestido de catrin, pero soy pésimo pintando, crees que puedas ayudarme"
Si, ahí fue donde todo realmente comenzó.
"Por 100 billetes soy tu hada madrina"