Lluvia

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Llovía a cántaros.

Sabía que no ibas a ir ni de chiste al campo ese día.

Me quedé en la posada donde dormía, viendo la ventana y tomando chocolate caliente.

Cuando sonó la pequeña campana de la entrada no esperaba que fueras tú.

Tu cabello tenía agua goteando y caía sobre tu hermoso rostro.

El encargado te tendió una toalla y solo dijiste "Gracias".

No había escuchado tu voz hasta ese entonces.

Era hermosa.

Como tú.

Sacaste el libro de entre los pliegues de tu vestido y comenzaste a leer.

El título era El Perfume.

Mientras te veía leer noté que temblabas por el frío.

Le pedí al encargado que te diera una taza de chocolate de mi parte sin decirte quien te la había dado.

Tú viste la taza con sorpresa y sonreiste.

Algún día te iba a decir que fui yo quien te dio esa taza.

La Chica del Campo || SaTzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora