8:35 16 de septiembre.Jesús entra en la clase como otro día más.
Se quita la chaqueta, abre su mochila y saca el estuche y un cuaderno.
Jesús se percata de que Roberto no ha venido hoy a clase, el miedo a quedarse solo en el recreo le subía mediante un escalofrío desde los gemelos a la nuca.
Primera clase y todo normal, toda la clase medio adormilada.
La segunda clase no fué muy diferente a la primera pero...
Suena la alarma del recreo, y a Jesús le reconcome la idea de qué hacer y con quién estar en esos 40 minutos fatídicos en los que Jesús sabía que se iva a sentir muy solo.Y ahí estaba el pobre Jesús, deambulando por los pasillos del instituto, sintiendo un vacío incomparable con cualquier sentimiento de soledad.
En uno de los pasillos Jesús ve a 4 chicos apollados en la pared, los 4 mirándolo con cara de sorpresa y con el punto de mira ajustado en el pobre Jesús.
Ante las miradas acusadoras que poseían los chicos del pasillo y esos cuchillos imaginarios en sus manos listos para destrozar la moral de Jesus, él decide seguir por otro pasillo y así evitarlos.Derrepente Jesús gira la cabeza y presencia detrás de él a esos 4 chicos del pasillo persiguiéndolo con esas miradas incisas, a lo que Jesús responde accelerando el paso cada vez más y más hasta que derrepente se ponen delante de él y no le queda más suerte que parar también.
Con la voz acongojada y el rostro asustado Jesús se da cuenta de que esos "acosadores" son los 4 chicos de la fila del fondo de su clase, sí, los que la profesora nombró por Alberto, José, Ángel y Pedro.
- Alberto: ¡Coñ...! ¡Tú eres Jesús el de la clase!. ¡Yo soy Alberto pero me dicen Satán!. ¿Porqué corrías?.
Aún con la voz acongojada y con las piernas temblando como si de un terremoto se tratara, Jesús respondió.
- Jesús: ¡Pensaba que me queríais hacer daño!
- Angel: ¡Como te vamos a hacer daño con lo chiquitín que eres!
(Dijo esbozando una sonrrisa y siendo irónico a la vez).
- Jesús: ¡Me tengo que ir!
- Alberto: ¡Tu no vas a ningún lado!El miedo le recorrió a Jesús todo el cuerpo y con la lágrima apunto de brotarle de un ojo, suena la alarma del recreo.
El desaogo que sintió fue enorme, y las ganas de llorar se le fueron repentinamente a Jesús.
- Alberto: ¡Nos vemos en clase gnomo!.
Por suerte era el segundo y ultimo recreo del horario escolar diario y ya por mucho que a Jesús le pueda pasar los profesores estarían pendientes inhibiendo cualquier oportunidad a los 4 chicos de la fila del final de acosar a Jesús.
La idea de tener que aguantar 189 dias del año a esos 4 energúmenos perturbaban las ganas de estudiar de Jesús.
En clase todo eran miradas hacia él y comentarios abusones que se perdían entre las voces de otros compañeros.(Riiiiiiiiiiiiin)
Finalizan las 2 ultimas clases y la alarma de fin de horario suena en el instituto.
Las ganas de volar por patas le invaden a Jesús lléndose el primero de la clase y corriendo desde el hall hasta la calle como si no hubiera un mañana.
Jesús llega a casa y como siempre su madre le pregunta.-Ana: ¿Que tal el día cariño?
Jesús no esbozó respuesta alguna y se encerró en su habitación.
Al no recibir respuesta su madre decidió entrar en su habitación.- Ana: ¿Qué te pasa hijo?
- Jesús: ¡Nada mamá! ¡es solo que no tengo mucha hambre!.
-Ana: ¡Pero cariño tendrás que comer algo! ¿no?.Al no recibir respuesta su madre Ana decidió dejarlo solo para no incomodarlo y durante toda la tarde de ese día Jesús no salió de la habitación, jugando a la video consola para olvidar todo como si eso fuera un único método para olvidar ese instante aterraor, sin valor para afrontar los problemas y sin las ganas de compartir esto ni con su amigo del alma Roberto.
Jesús había decidido callar, cosa errónea en su caso que originará que lo que suceda con el paso del tiempo se convierta en un verdadero infierno trás haber conocido a Satán y a sus ecuaces.
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¿ Qué Te He Hecho Yo?
Ficção AdolescenteEsta historia trata del abuso escolar. La humillación y la tristeza abundará en un personaje cuya insatisfacción vital le presionará a decidir realizar un cambio en su vida, un cambio que nadie esperará.