Spider.

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Park Jimin se encontraba en su casa cuando recibió esa extraña carta, era Domingo y no tenía ninguna responsabilidad.
Sus clases de modelaje eran sólo hasta los viernes, claro, sin contar las sesiones de fotos los Sábados.

Una carta se deslizó por debajo de la puerta, se adelantó a ver quién era pero al abrir la puerta se dio con la sorpresa de que no había nadie detrás de esta.
La carta tenía su nombre escrito y una hermosa caligrafía a decir verdad, todo lo contrario a su contenido.

"Querido Park Jimin,
Quizás no me conozca y no tenga ni la más mínima idea de quién es la persona que está escribiéndole en este momento, pero yo si se quién es usted.
Usted arruinó mi vida. Quizá no sepa cómo ,dónde ni por que; pero lo hizo. La idea de quitarle la vida ha osado pasar  por mi mente día y noche,lo cual sería malditamente fácil,mas no lo he hecho.
Le aconsejo cuidarse más señor Park, siempre ir al mismo supermercado a la misma hora, no cerrar la puerta de su casa con doble llave, o siempre levantarse a las 3am para ir en su balcón a mirar las estrellas no son las mejores opciones si no quiere ser visto por un psicopata  como el que le está escribiendo.
Quizá también se pregunte el porqué de mis actos,y la respuesta es simple: No sería para nada satisfactorio. Mi sed de venganza necesita más que una simple muerte rápida, necesito una muerte lenta y lastimosa. Una pena que le haga desear esta muerto antes de que en este mundo. Así que le le tengo un trato, deme 31 noches.
Treinta y un boches para que me demuestre que se merece estar libre, treinta y un noches que serán las peores de su vida.

Lo espero en el Bar Jacob's a las 9:00pm el viernes.

Esta es su mejor oportunidad, no la desaproveche. "

Jimin sintió su cuerpo helarse, no reaccionó hasta dentro de cinco minutos cuando empezó a cerrar las ventanas con seguro aún sabiendo que era algo inútil. Lo habían atrapado.
Empezó a llorar desconsoladamente, mientras abrazaba a sus piernas y su gato aparecía en el pasillo preguntándose seguramente porque su rubio dueño sollozaba sin control alguno.

Sus sueños se habían caído. Lo querían matar.

Justo cuando todo le estaba saliendo bien en la industria, cuando tenía a miles de revistas y pasarelas esperando por él, cuando tenía a todos con los ojos encima de su persona, alguien venía a acabar con todo eso;  con todo por lo que soñó por muchos años.

Pero no se dio por vencido tan fácilmente, iba a salir de esto, cueste lo que cueste.

🌹

Eran las 8:40 y Park Jimin se encontraba en uno de los bares mas concurridos de todo Seúl. Miraba atentamente por la ventana que daba justo en la mesa donde estaba sentado, jugaba nerviosamente  con sus cortos dedos para aliviar la tensión que sentía. Tenía miedo, mucho miedo.

¿Y si lo mataba? No, era algo estupido; ya había tenido la oportunidad y no lo había hecho.

¿Qué quería? ¿A que se refería con lo de las 31 noches? ¿Era acaso un juego de tortura a lo Jigsaw?

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió una fría tela de seda  vendarle los ojos. Jimin volteó en un intento inútil de ver quién era la persona que lo estaba haciendo.

-Quédate quieto.- susurró roncamente el desconocido mientras ponía las manos detrás de los brazos de Jimin.-Ni se te ocurra gritar, ya te advertí lo que te iba a pasar si lo haces.

El rubio no hizo ningún movimiento mientras sentía como el extraño lo guiaba hacia la salida.

-¿Eres el de-e la carta, verdad? .- el rubio se lamentó mil y un veces por haber venido en su mente, tenía mucho miedo y lo único que quería era estar en su casa, aún sabiendo que aquel extraño lo espiaba a diario.

KAMASUTRA.-Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora