Capítulo O2

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MinSeok escuchó murmullos, fuertes y enfadados murmullos. Pero él no quería abrir los ojos, estaba demasiado cómodo allí mismo donde estaba, disfrutando intensamente del calor que lo abrazaba y lo mantenía seguro, brindándole una férrea protección de la que no tenía conocimiento en absoluto. Y no fue hasta que escuchó el retumbar de un golpe sólido que todo su cuerpo saludo al día y dio un salto para abrir los ojos, conmocionado.

Ante sus ojos, la figura de un hombre desconocido le hizo parpadear varias veces. Sus cabellos eran marrones y sus ojos azules le miraban fijamente con un peculiar brillo de arrepentimiento en ellos, como si la hubiera cagado en grande al golpear la pared. Sorprendentemente, eso no fue lo que hizo jadear a MinSeok de la impresión, no, sino los metro ochenta de puro músculo que se cargaba el tipo y su poca pudorosa desnudez. MinSeok había visto hombres desnudos antes, por favor, tenía un hermano con el cual había compartido habitación desde que tenía memoria. No había nada que no hubiera visto en el cuerpo de un hombre ya, solo que no estuvo preparado para el momento en que las yemas de sus dedos resbalaron por una sedosa y caliente piel desconocida que encerraba como un cinturón sus hombros y casi rozaba su trasero, y fue peor cuando se dio cuenta que sus pies no tocaban el suelo, ni siquiera una colcha o las sábanas. Fue ahí cuando verdaderamente perdió el aire.

Lo has despertado. —Gruñó el hombre que lo tenía cargando entre sus brazos. MinSeok tragó al sentir la vibración del gruñido contra su hombro y su mirada se sostuvo en el hombre alto, sin saber que hacer para detener el feroz palpitar de su corazón. Miró en todas direcciones, sin saber que hacer. Grande fue su sorpresa cuando se dio cuenta de que estaban a las afueras de su casa.

Hey, no me gruñas así, este no es tu territorio ni tú eres mi alfa, JongDae. Además, yo no he sido el que la ha cagado en grande con el chico. —Le devolvió el gruñido.

El agarre en MinSeok se reforzó y se dio por enterado que el hombre que lo sostenía estaba más que cabreado. Pero por alguna razón, su cuerpo se sentía seguro a su lado, como si supiera que el hombre no le haría daño, al menos a él.

Esto no hubiera pasado si lo hubieras mantenido vigilado como te dije.

El hombre alto frunció el ceño mosqueado. Genial, celebró MinSeok, ahora estaba en medio de una casi pelea.

¿Vigilado? Es un saludable chico humano de veintitrés años, JongDae. Sabe cuidarse solo sin tener una puñetera niñera que le tenga el ojo puesto encima las veinticuatro horas del día.

Pues al parecer no, porque se metió en el bosque de los lobos sin compañía ni protección. Y si no fuera porque ese día estaba patrullando junto a otro grupo de centinelas... ¡Mi pareja hubiese muerto!

El alto cruzó sus brazos por sobre su pecho y con voz chula preguntó:— ¿Y esto ha sido lo mejor que has pensado? ¿Marcarlo?

JongDae refunfuñó y masculló lo siguiente entre dientes:—. Claro que no, pero el chico intentó huir y mi lobo lo persiguió, maldición. Fue instinto.

Lo único que había rescatado MinSeok de la conversación hasta ahora había sido el nombre del sujeto que lo tenía en brazos y que el brebaje de amapolas del tal Yinin no había sido ingerido por él y TaeHyung nada más. Si, ese hombre tenía un don para los brebajes, se dijo. Porque sino, ¿De qué otra forma estaría entre medio de dos sujetos desconocidos-y gloriosamente desnudos-que hablaban de él como si fuera un niño?

¿Y qué harás ahora? —Le preguntó el tipo grande, expectante.

El suspiró agotado que acarició el rostro de MinSeok por una milésima de segundos, le hizo retener el aliento.

➀ El ℋumano De Chen ➧ƈɱ [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora