Lino

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Lino.
Ese era el color de las cortinas de la habitación, ondeaban tranquilamente dirigidas por el viento que se paseaba por todo el cuarto.
Me encontraba mirando al cielo por la ventana, pequeñas y casi invisibles estrellas se aparecían brillando débilmente. Después de esperar unos 15 minutos en el hospital, una enfermera me dio la noticia de que Taehyung se había marchado. Su abuela le pidió que se fuera a descansar y aparentemente todo estaba bien. Él no sabía nada de ella, pero algo le decía que las cosas no serían del todo buenas en el futuro.

Después de aquello no supo qué hacer, por lo que se fue al motel a pagar la misma habitación de siempre.
Abrió la puerta y encontró la habitación, muy silenciosa para su gusto, sola y fría. Pero se mete en la cama de todas formas, y después de un rato de pensar y pensar decide abrir la ventana.
Por muy irónico que suene, extrañaba el viento frío del exterio pero le recordaba cuando se veía aterrado a estar sólo. Era muy independiente antes pero, muchas veces nos creemos capaces de todo y la vida nos recuerda la realidad de las cosas, Jungkook había soñado demasiado.

Era así, el chico aún sin separar los ojos del cielo recuerda cuando hace tiempo atrás salió sólo a la calle, no buscaba problemas, buscaba caminar por ahí como un lobo solitario, sentirse un joven libre y rebelde. Dejó a Y pero volvería o al menos era la idea.
Tres tipos... uno castaño y los otros dos pelirrojos, parecían gemelos. Le golpearon, le quitaron la ropa y se burlaron de él un largo lapso de tiempo ¿Porqué lo habían hecho? Bueno, aparentemente Jungkook no los recordaba pero ellos a él sí. Eran compañeros en secundaria, pero no habían cambiado. Era gente abusiva y violenta.

Así eran las cosas, creas tus propias alas pero a la hora de salir a usarlas, nadie te avisa si tendrás la valentía para volar, te dará miedo, o en su caso, alguien más te las cortará.

"- Pasado olvidado -."

-Es difícil Yoongi..-.

Jungkook cierra la ventana y las cortinas dejan de danzar, ahora están inmóviles, calmas de nuevo.

Se acuesta de lado, apoyando su cabeza sobre sus manos, y mira en la mesita de noche ahí están las gafas de Tae y su listón. Cierra los ojos, le arden, está cansado, no físicamente está cansado mentalmente.

Poco a poco relaja su cuerpo, se encoge en la cama y se va quedando dormido, con el brillo de la Luna traspasando las cortinas.

La luna acaricia el rostro de un pequeño niño a orillas de un río, hundiendo un palito de madera en sus oscuras aguas. Molestando el reflejo que daba la luna como si se mirara al espejo y el no se lo permitiera. Un niño que huye, de un mundo del que no puede irse. Un niño perdido, tratando de encontrar un camino que no sea el de volver a casa, pero, es una mentira. No puede seguir, sólo hay un camino y lo lleva a la perdición ¿Qué puede hacer?.

Llora, llora muy bajito, le duelen las piernas, sangran sus tobillos debido a las ramas que lo cortan, y se siente tan cansado. Entonces una sombra por detrás lo atrapa, le agarra de un tobillo y siente como le clava las uñas en su piel. El niño grita del dolor:

-¡¡Mamá, sueltame!! - intenta escapar pero su brazo se ve atrapado también, le lástima su muñeca - ¡¡Déjame ir, quiero ser libre!.

Jungkook se despierta, un sudor abunda que recorre la espalda pero no quiere moverse, otra vez las pesadillas. Es casi un adulto no puede ponerse a llorar por algo así y ya está acostumbrado aunque sabe porqué ocurren, sabe que está pasando en su cabeza, lo sabe todo.

Aprieta sus ojos e intenta descansar nuevamente pero ya no lo consigue. Su subconsciente no le quiere, quedó claro. Vuelve la vista a la mesita de noche y ahí y ve las cosas de el mesero, piensa en el chico ¿Estará bien?.

Pigmento [Vkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora