Este capítulo se lo dedico a mis primeras admiradoras, y a las que sueñan con alguien que no es demasiado posible conseguir, un amor platónico, que hace que sueñes con el mar y las estrellas, para la gente que sólo quiere que ese amor prosiga como siempre, y también recordar que NUNCA hay que perder las esperanzas…
(Luna)
Cuando vi a Luc, aún estaba sentado, intacto, y una miraba que expresaba un poco de medio.
Cuando yo era pequeña, mis padres siempre me decían que cuando alguien miraba a otra persona de esa manera tan especial, mirada que hace que te sientas culpable de que ésta esta mal, significa que te quiere, que siente algo por ti que tu no te esperabas. Hacía años que no sentía esa mirada sobre mí, y me hacía sentir tan bien…
-Luna, que tal si te llevo a tomar el café y me cuentas porqué te pasa esto.
-Claro, no hay problema. Dije yo con mi mejor sonrisa. Me abrió la puerta como todo un caballero, y yo asentí con la cabeza, por que me había dedicado una sonrisa pícara, la cual yo había respondido con una similar. Estábamos entrando, cuando una chica se acercó a Luc. Se acercó un momento a él, y le susurró algo que no pude entender. Entonces, comprendí, era su hermana, era clavadita a él, solo que ella era del sexo contrario.
-Siento haberte dejado con la intriga, esta es mi hermana, Ryley, pero le puedes llamar Ry. Yo, muy contenta por saber quién era, sonreí y le di dos besos en la mejilla. Me daba la impresión de que ella y yo seríamos muy buenas amigas. Cuando todo acabó, Luc y yo seguimos el camino por el pasillo hasta llegar a la cafetería.
-¿Bueno, y qué te parece si nos sentamos aquí?. Yo, algo tímida le contesté. Claro, donde tú quieras. Y le dediqué una sonrisa algo seductora, por lo que él contesto de una manera de la cual yo no me esperaba. Me agarró de la cintura hasta estar completamente pegados, él me dio un pequeño beso en los labios, sentí que me transmitía su calor, y era un beso con sentimiento, algo que nunca había saboreado con tanto entusiasmo. Después de ese numerito, todos quedaron sorprendidos, incluso yo, pero él, parecía indiferente, como si no hubiera pasado nada.
-Bueno, voy a buscar los cafés. Yo asentí y tomé asiento. En ese instante vi pasar a alguien que me pareció guapísimo. Era rubio, pelo revuelto pero realmente bonito, con ojos verdes, muy intensos, una sonrisa perfecta y unos labios…que se puede decir… ¡Perfecto! Me dedicó una larga mirada, pues no lo había visto nunca aquí.
-Bueno, ya estoy aquí. Él notó que no prestaba mucha atención, pero finalmente pude girar la cara para verle. Bueno, ¿Y a quién miras? Yo, un poco atontada aún respondí con normalidad.
-A nadie en concreto, solo miraba a la gente que pasaba por allí. Y señalé a la gente que iba pasando.
-Bueno, pues yo creo que ya es hora de que te tomes tu café. Entonces lo tomé y estuvimos hablando durante un largo rato.
-¿Que te toca ahora? Le pregunté yo un poco intrigada.
-Pues matemáticas, ¿Y a ti?
-Parece que no tenemos lo mismo… Yo tengo lengua. Él me miró como entristecido porque no me vería en aquella hora, pero yo le besé y le dejé con la intriga.
-Señorita Jay, se ha vuelto usted una dama muy dulce… Me dijo Luc a lo lejos.
Entré a la clase, allí estaba Álvaro, con Anne, aún me sentía furiosa, pero decidí no dar mas vueltas y hablar un poco con ellos. Creo que Álvaro se convertirá en mi mejor amigo, me da tan buenas vibraciones ahora mismo… No se, pero creo que seríamos los mejores amigos del mundo. Anne se fue un momento al baño , y Álvaro me cogió del brazo y me arrastró hacia el pasillo.
-Creo que te debo algunas explicaciones, sé que has visto visiones, y que piensas que estoy loco, pero soy… soy…
-¡Eres qué! Él me miraba algo nervioso cuando entonces…
-Bueno, ya he vuelto. Dijo Anne al vernos.
En ese momento el profesor Josef apareció seguido de un chico. –Bueno, buenas días a todos. Me gustaría presentarles a Alexander.
En ese momento me di cuenta que era el mismo chico que había visto en la cafetería, cuando lo vi pasar por el pasillo. No sé por qué pero le miré fijamente, como si fuera un imán.
-Bueno, se puede sentar donde quiera, Alexander… En ese momento miré la silla de mi lado, estaba vacía, y como no, él se sentó en ella.
Entonces noté cómo me miraba.- Hola, soy Alexander ¿ y tu? Eso es lo que me dijo el chico en susurros. Yo, algo nerviosa le contesté. Yo soy Luna Jay, me alegra que alguien pregunte mi nombre, y más si es el chico nuevo… Le dediqué una sonrisa y él sonrió algo tímido por la manera en que lo decía.
La clase prosiguió hasta que se acabó. Luego...
Bueno, sé que este capítulo es algo cortito , pero el próximo será mejor. Siento muchísimo la tardanza, pero estaba en los últimos exámenes… Bueno, ahora ya me tenéis para vosotros! Ya hay vacaciones y me dedicaré más a este libro. Y como he dicho antes, siento mucho haberos hecho esperar.
Con amor, Luniita.
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El secreto del híbrido
Teen FictionLuna, una universitaria de 18 años, se verá envuelta en extraños sucesos, tendrá amores intensos y olvidos dolorosos, un pasado borroso y un futuro iluminado. Pero no todo es de color rosa... ¿Negro o blanco? ¿Será Luna capaz de descubrir de qué l...