Capitulo 4

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Ni Kay ni Bianca contestaban al teléfono. No las veía por ningún lado ¿Dónde se habían metido? No me quedaban muchos sitios para buscarlas. Únicamente me quedaban dos sitios para mirar. El salón que habíamos alquilado para la fiesta y el baño.

Aunque sean mis mejores amigas son un poco…como decirlo sin que suene mal… sexualmente demasiado activas.

Bianca fue la sustituta de Elsa cuando ella se fue. Nos conocemos muy bien pero nunca podrá reemplazar a Elsa. Bianca es la excepción al dicho de que las rubias son tontas. Ha sido la segunda de la promoción pero ella intenta esconderlo casi tanto como puede, cree que no está bien visto que alguien como ella sea un “cerebrito”.

Kay es todo lo contrario. Es un año mayor que nosotras. Tiene el pelo azul metálico desde los 16. Creo que su color de pelo natural es moreno oscuro. Suele vestir a la moda aunque eso vaya contra sus principios. Al principio es insoportable pero eso es para que la gente que de verdad quiera ser su amiga la aguante. O como pasó en mi caso decirle lo que piensas de ella a la cara.

 Ninguna de nosotras hubiera pensado hace tres años que llegaríamos a ser como uña y carne. Bueno Bianca y yo...Kay va a su bola pero cuando quedamos las tres solas es genial. Pero aún tenía que decirlas que me iba a Nueva York. Solo lo sabían mis madre, mis tíos, Elsa y ahora Will. Solo me faltaban ellas y mi padre.

Si haberselo dicho a Will fue dificil decirselo a mi padre sera peor. Mucho peor. Desde que se divorciaron las cosas con él se han puesto muy tensas solo porque apoyé a mi madre y no a él y las cosas han ido de mal en peor con él. Es todo lo contrario a mi madre y aunque ya está en el lado malo de los treinta se cree que tiene veinte y resulta un poco penoso. Fue ese el motivo por el que mis padres se divorciaron. Él pasaba demasiado tiempo con sus "amigos", que solo eran chicos de veinticinco más o menos que solo lo usaban para que pagara las copas o cualquier cosa y mi madre se hartó un día y decidió romper con todo. Eso significaba dejar a mi padre y cambiar de ciudad. Nos mudamos de Londres a Northampton. Y a partir de ese momento mi vida cambió hasta ser lo que es ahora.

Una llamada  de un número desconocido me sacó de mis pensamientos. Lo cogí con mi típico "aloh".

-¿Adams?

-Si soy yo ¿Con quién hablo?- nunca me ha gustado que alguien me llamara con número oculto y no era la primera vez que me pasaba y ya estaba harta.

-Deberías conocerme muñeca. Pero si no lo haces yo si que te conozco a ti-soltó una pequeña risa burlona- como la puta de Will. Solo te usa y ya lo verás.

Ese tío colgó el teléfono y me dejó con la palabra en la boca.

¿Quién coño era? ¿De donde habrá sacado mi número?  Y lo más importante ¿Por qué había dicho eso de Will? ¿Será cierto eso que ha dicho de que soy su puta?

Demasiadas preguntas y muy pocas respuestas, por no decir ninguna.

De momento no diré a nadie de esta llamada.

Realicé un último intento por localizar con Bianca y por fin después de siete llamadas cogió el teléfono.

-Hey Sami ¿Dónde estás? La fiesta ya a empezado-se oía la música de fondo por lo que deberían estar en el salón y apenas se la entendía al hablar.

-Ya voy para allí. Busca a Kay os tengo que decir algo

En ese momento me di cuenta de que ya había mencionado lo de Nueva York en el discurso

-¿Por cierto donde estabais en el discurso?

Si en algo las conozco bien es que siempre llegan con el tiempo justo o tarde y ojala esta haya sido una de esas veces.

-La verdad es que...-sí- no hemos estado Max me llevó a...em...tú ya sabes y Kay pues estaba con como se llama...este chico que tiene una hermana si...que son mellizos joder -podía oír como daba golpes con la punta del pie contra el suelo como solía hacer en casos como este- Cam su nombre es Cam.

-Me dan igual vuestros líos amorosos pero tengo q deciros algo a las dos. A la vez. Y no admito replica en 10 minutos en la puerta-intenté sonar lo más dura posible pero sin mucho éxito y colgué.

Me puse en camino hacia el salón principal esquivando a los alumnos que estaban ya borrachos. Sin Will a mi lado se me acercaban algunos de los más mujeriegos.

Cuando llegué ví a Bianca, Kay y Cam en la puerta. Me acerqué a Cam.

-Cam largo de aquí tengo que hablar con ellas. A solas-esta vez si que conseguí sonar más dura que con Bianca minutos antes.

-Vale, vale, relaja...joder la ofrecen una beca en Nueva York y ya se cree la mejor-se fue maldiciendo por lo bajo y yo me quedé allí maldiciendole a él.

¿Maldito bocazas como lo ha podido decir? ¿No podía haber dicho otra cosa?

Le miré mientras que se iba y cuando volví la mirada a mis dos mejores amigas ambas compartian la misma expresión. Una de gran asombro.

Kay me miraba con los ojos muy abiertos mientras que Bianca se limitaba a intentar decir algo provocando un sonido indescifrable. La primera en hablar fue Kay.

-¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?- otra vez eran demasiadas preguntas pero en esta ocasión si que tenía las respuestas.

-Me la ofrecieron para estudiar en la universidad de Nueva York hace un mes y la acepté hace dos semanas. Lo que ha dicho Cam es cierto. Sabéis mejor que nadie que siempre ha sido mi sueño y no os dije nada porque no quería deciros adiós. Me voy en tres días y estaré viajando por Estados Unidos hasta septiembre os llamaré todos los días y os madaré fotos. ¿Podríais vigilarme a Will?

Noté como se empezaban a humedecer mis ojos a punto de soltar las lágrimas. Kay y Bianca se dieron una mirada de complicidad y me abrazaron susurrandome al oido.

-Calla y Carpe Diem- ese era nuestro lema.

Bianca fue la primera en separarse.

-Ahora vamos a aprovechar y a tener nuestra última fiesta juntas. Vamos a emborracharnos como si fuera año nuevo o cualquier cosa pero vamos a hacerlo-dichas estas palabras nis empujó dentro del salon donde estaba todo el mundo.

Reconocí varias figuras conocidas entre la multitud.

No consigo recordar con claridad todo lo que pasó aquella noche después de haber bebido unos calimochos, vodkas y demás bebidas de las que no recuerdo el nombre. Lo único que recuerdo de esa noche fue que acabé en los brazos de alguien que no fui capaz de reconocer y que me metió en su coche camino a algún lado.

Tres meses, un destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora