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Te vi a lo lejos. Y me prometí a mí mismo sonreírte como si nada hubiese pasado, como si todo estuviese bien entre nosotros. Después de todo, seguíamos siendo amigos, eso habíamos pautado. Pero ¿por qué me volviste a hablar? La distancia se había apoderado de nosotros, manteniéndonos alejados, aunque nosotros habíamos decidido eso. ¿Querías romper esa barrera? ¿Estabas desafiando nuestras propias elecciones?




Te sonreí y me miraste, como esperando esa sonrisa que ya no era tan típica de mí. Y así pasamos la tarde a orillas de ese río, a veces riendo, a veces en silencio, otras tantas simplemente estando vivos allí, juntos. Eso solo sería las veces que me quisieras ver. Sólo tenía que sonreírte cuando te viera, solo en esos casos, para que también pudieses sonreír.




No tenía por qué hacerlo cuando estuviese solo.

No tenía por qué hacerlo cuando estuviese en la oscuridad de la noche revisando ese mensaje.

Solamente tenía que sonreírte cuando nos viéramos, y nada más.

Mi sonrisa desaparecería como siempre después de que cada vez que nos viéramos te dejara ir.



Durante esos meses, pude acercarme nuevamente a ti. Compartíamos tardes enteras en las que simplemente bastaba el silencio para entendernos. No hacíamos nada más que mirar el cielo al atardecer, como si las palabras no fuesen necesarias, como si pudieras leer cada cosa que pasaba por mi mente. Y yo simplemente sonreía, porque eso te hacia feliz.


Y mis noches se basaban en revisar esos mensajes una y otra vez. ¿Cómo te habías acercado a mí tan fácilmente? Dulcemente me quedaba dormido releyendo una y otra vez ese mensaje, cada vez que me llegaba. No decíamos nada más, solo esas palabras bastaban entre nosotros.





Cada sábado, sin falta durante esos 3 meses, tu mensaje llegaba por la mañana temprano. Despertaba, siempre por el sonido de ese mensaje, y aunque muchas veces quería estar despierto para verlo llegar, nunca podía. Mi cansancio siempre le había ganado a mi cuerpo y no había nada que pudiera hacer para ir en contra de ello.


"Veámonos, Sungjin".

"Donde siempre".



Durante el tiempo que paso pude observar que no habías cambiado mucho. Seguías siendo la misma persona alegre y tranquila, pero habías crecido. Y yo también. Eras más madura, entendías más sobre la vida pero nunca abandonaste esa faceta infantil que solamente le dejabas ver a unos pocos, cuando te divertías o eras feliz.

Seguías teniendo esa hermosa sonrisa en tu rostro, y sin darme cuenta yo empecé a sonreír por ello. No solo en frente tuyo, sino también cuando me encontraba solo pensando en eso.





Y eso me hacía feliz.

Sigo tirado en la cama, mirando el techo y pensando en que mañana si soy lo suficientemente afortunado, tu mensaje me despertaría nuevamente. Tendría que dormir, para intentar verlo llegar. Pero hay ciertos pensamientos que no pueden abandonar mi cabeza, y sigo releyendo los mismos mensajes una y otra vez. Mi corazón se estremece cada vez que pienso en cada vez que te veo. Puedo sonreír por ello.

Honestamente si pudiera ser honesto conmigo mismo por una vez, te diría "por favor, vuelve a mí".


Ya te había dejado ir una vez.


Tengo miedo.



Pero aún te extraño.



No quise esperar más. No quería que llegara ese mensaje nuevamente por la mañana. Apenas eran las 2am y yo seguía dando vueltas por la cama, respirando pesadamente. Decidí que lo mejor era darme una ducha, para despejar mi mente y así lo hice. Cerrando los ojos bajo el chorro caliente de agua, todos nuestros recuerdos volvieron a mi mente, los viejos y los nuevos y sin darme cuenta estaba sonriendo, aunque no estabas aquí para verlo.


No quería dejarte ir de nuevo.





Cerré la ducha rápidamente con mi corazón latiendo fuertemente en mi pecho. No tarde mucho en ponerme ropa sin importar si la mojaba. Camine descalzo y tome mi teléfono decidido, mirando tu número en la pantalla, en el medio de la oscuridad. Gire varias veces sobre mis tobillos, hasta que tome una gran bocanada de aire. No quería recibir tu mensaje por la madrugada, no quería tampoco ser yo quien intentara escribirte antes, porque sabía que eso me era imposible.




Seguí caminando inestable, tironeando un poco de mi cabello pensando que quizás estarías durmiendo, quizás estarías ocupada, o quizás no querrías saber de mí a esa hora. El tono daba contra mi oreja múltiples veces, pero yo no quería dejarte ir. Realmente no quería dejarte ir porque por ti había podido volver a sonreír, yo te extrañ-


"Sungjin" – Tu dulce voz sonó en mi oído y me quede estático en el medio de la oscuridad de mi habitación. Las palabras simplemente se escaparon de mi mente mientras mis ojos estaban abiertos de par en par.

"Veámonos mañana"- Dije temblorosamente, casi con temor a tu respuesta. ¿Por qué no había podido esperar por ti nuevamente? ¿Por qué tenía tanto miedo? ¿Por qué quería ser yo esta vez quien dijera esas palabras?

"Sungjin..."- Mi nombre saliendo de tus labios sonaba tan bien, pero me daba miedo tu tono de voz, que sonaba diferente, ¿Había esperanza en ella?


Hubo un largo silencio donde pensé que nuevamente había arruinado todo, pero tus palabras volvieron a calmar mi corazón.




"Donde siempre"- pronunciaste riendo avergonzadamente.

Nuevamente gracias a ti, pude volver a sonreír una vez más.

Smile || park sungjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora