Capítulo Dos

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-Ross, amigo, me han dicho que la policía está en esta zona buscando a alguien junto a los del internado.

-Gracias Cole.-Odio a los del internado, no logro entender el por que no me dejan en paz, sólo me quedan unos pocos meses para cumplir 18 años y no comprendo su necesidad de complicarse la vida con una persona como yo.

-No es nada hermano, tenemos que protegernos entre nosotros, sino quien lo hará.

-Exacto, en la calle somos una familia, y muchas veces está familia vale más que la de verdad, pero me voy a dejar de sentimentalismos para irme a esconder.

-No muy lejos de aquí hay una mansión rodeada por árboles y arbustos tal vez puedas esconderte ahí por un tiempo, nosotros te intentaremos llevar comida para esta noche.

-Está bien ¿Me puedes explicar mejor como llegar?

-Claro.-En lo que mi amigo me empezaba a explicar como llegar yo hacía el mayor esfuerza para memorizar los más importante y así no perderme.

-Gracias amigo, estoy seguro de que ya sé donde está.

-Nos vemos está noche, intenta no hacer mucho ruido por que a veces tienen vigilantes.

-Me aseguraré de ser invisible, no me trates como a un principiante.

Después de despedirme de él me dirijo hacia aquella mansión, por suerte no quedaba muy lejos así que no tarde mucho en llegar a los arbustos.

-Supongo que tendré que esperar hasta que Cole me traiga una cobija, pero de momento tendré que confirmarme con la ropa que llevo puesta.

La mansión que había tras este bosque era enorme, llena de lujos, como por ejemplo la piscina o los cinco coches que habían aparcados, mentiría si dijera que no siento envidia hacia alguien que ni siquiera conozco, pero llevo años viviendo en la calle y ver tanto lujo junto hace que me sienta un miserable.

-Ey Ross, ya estoy aquí.

-Me alegro tanto de verte, me estaba muriendo del hambre y del frío.

-Ya sé que soy indispensable en tu vida, así que como soy tan buen amigo esta noche me quedaré contigo.

-Menos mal, si no fuera por ti me hubiera quedado aquí aburrido y observando todos los lujos que tiene esa mansión.

-Es imposible no mirarlo ¿No?

-Es tan grande que desde la lejanía se puede ver.

-Algún día tendremos una mansión como esa e incluso mejor.

-Es bueno tener sueños, aunque muchas veces no se cumplan.

-Eres un agua fiestas, a parte que no es un sueño, es un juramento, y los juramentos hay que cumplirlos.

-¿Y cómo piensas hacerlo? No es por dañarte las ilusiones, pero ninguno de los dos tiene estudios y nuestra hoja de vida estaría completamente vacía a no ser que la llenemos con el número de veces que hemos ido a un centro de menores.

-Sabes, me estoy arrepintiendo de estar aquí contigo, no me extraña que no tengas novia, eres un mata sueños.

-Es le llama ser realista querido amigo.

-No me puedo creer que precisamente seas tú el que me habla de realidad cuando todos los sábados te vas a la biblioteca para leer fantasía.

-Perdón por querer tener un poco de cultura general, y te informo que no leo solamente fantasía, también me gustan los thriller.

-Eso es demasiado aburrimiento para mí.

-Y justo por eso yo soy el que mejor sabe escribir y hablar de !os dos.

-Si bueno, mejor vámonos a dormir, las tripas me están sonando y no tengo dinero para comprar algo.

-Mañana iré a trabajar en los semáforos, si consigo algo iré a comprar algo para los dos.

-Es pero que no se te olvide, como aquella vez que me dijiste lo mismo y luego resulta que te compraste un libro de segunda.

-Ya me he disculpado muchas veces por eso y te recuerdo que cuando me lo terminé lo volví a vender.

-Sabes que, mejor vámonos a dormir, esta pelea no nos llevará a ninguna parte, pero te lo advierto si no me compras mi comido te tiro a los tiburones.

-No serías capaz de entregarme a los del orfanato.

-Claro que no, por eso me refería a los tiburones de una forma literal.

-Últimamente estás utilizando palabras muy técnicas ¿Te has leído algunos de mis libros?

-Tal vez, pero la verdad es que no me gustó mucho, lo único que aprendí de ese libro es que el amor es una mierda.

-Querido amigo, no es necesario leer un libro para darse cuenta de eso, y mejor dejemos de hablar que hemos dicho muchas veces que nos vamos a dormir y seguimos hablando.

-Buenas noches.

-Buenas noches.

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