Marcados

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-¿Por qué tardaste tanto?-Pensé que iba a poder evitar las preguntas de Cole, pero se me había olvidado que él era un curioso sin remedio.

-Se me había caído el collar de Carla así que volví a por el, pero cuando llegué vi a la hija de la dueña jugando con el y tuve que esperar hasta que me lo diera.

-Vaya...Una razón más para odiar a los ricos.

Otra cosa por la que Cole y yo somos como hermanos es que los dos odiamos a los ricos, no es que los envidiemos, pero llevamos viendo desde pequeños a gente como la chica de antes que no aprecian lo que tienen, les dan todo lo que piden pero al final nunca es suficiente para ellos.

Cole y yo hemos vivido con lo mínimo, nunca hemos tenido un juguete, por que ni siquiera en el orfanato nos dejaban jugar, y las pocas veces que nos llegaron a adoptar era gente que nos ponía a trabajar o a limpiar sus casas así que eramos como sus esclavos personales.

-Ey...Te has quedado como tonto ¿En qué estabas pensando?

-En que algunos ricos deberían sufrir un poco para que empezaran a apreciar lo que tienen.

-Vaya, eso sería algo interesante de ver, un rico viviendo como pobre.

-Sí, lastima que eso no pasará.

-Bueno, dejémonos de esto y vamos a buscar comida que me estoy muriendo de hambre.

Después de comer le propuse a Cole que me acompañara a la Biblioteca para buscar un libro que había visto y me había gustado.

Cuando entramos a la biblioteca me di cuenta de que justo ahí estaba la chica rica de antes, y lo peor no era eso, lo peor era que estaba leyendo el libro que yo quería.

-Cole, espera.-Tuve que sujetarlo del brazo para que parara porque iba a seguir caminando.

-Ey...¿Qué pasa?

-Ahí está la chica que estaba jugando con el colgante de carla, tiene el libro que quiero.

-Vaya, es bastante guapa.

-Sí, pero eso no importa, a parte recuerda que es rica y encima antipática.

-¿Y qué vamos a hacer? Tiene el libro que tú quieres.

-Voy a ir a por el.-Definitivamente me iba a llevar ese libro, primero porque ella me cae mal y segundo porque llevo 2 semanas queriendo leérmelo y una chica que perfectamente se puede comprar 10 de esos ejemplares no me lo va a impedir.

-Uuu, esto ser divertido.

Sin responder a Cole fui directo hacia la mesa en la que ella estaba sentada y por suerte estaba sola.

-Ey.

Me quedo esperando alguna respuesta por su parte o que girara su rostro pero no hizo ninguna de las dos cosas así que tendré que llamarla otra vez.

-Rodolfo.

Y tal y como pensé esta vez si que se giro y al verme su cara de felicidad se vino a abajo.

-Ugh...Tú otra vez.-No puedo creerme que tenga que lidiar otra vez con ella.

-Vamos, pero si estabas deseando encontrarte conmigo.

-Claro que sí, estoy tan emocionada de que me hayas interrumpido mientras leía, no puedo contener la felicidad.-Encima sarcástica, bueno, no me puedo quejar, eso es lo único que tendemos en común.

-Lo sé, verme a mí es lo mejor que tienes para hacer.

-Por supuesto, porque observar como utilizas tu micro cerebro es más interesante que Albert Espinosa.-Por lo menos tiene buenos gustos con los libros.