Era una hermosa tarde de verano en Montevideo, por ende el viejo Juan decidio salir al parque a disfrutar del sol, salió con la novela que le habia regalado su hijo la semana pasada para su cumpleaños. El era muy rapido leyendo por lo que estaba a punto de terminarlo.
Se sentó en uno de todos los bancos que en el parque habia, especificamente hablando se sentó en el que estaba bajo un arbol que crecia al lado de una zona de niños, se podria decir que ese era su lugar en el mundo, donde debia estar, el sitio donde su persona encajaba perfectamente, ahi habia meditado sobre la gran mayoria de las decisiones que habia tomado en su vida, el conocia al lugar, y el lugar lo conocia a el, incluso el linyera que solia dormir en aquel banco conoció a Juan y se hicieron buenos amigos, Juan amaba ese banco.
Ese dia un hombre decidio sentarse al lado de Juan, el hombre estaba bien vestido, con un traje de color negro poco habitual en esa estación del año, tenia una apariencia muy cuidada, cabellos rubios que brillaban con tal magnitud que seguramente opacarian al oro si se les comparase, una piel blanca con apariencia de ser suave como la seda. Este hombre tenia una expresion de melancolia que como narrador comento que no desearia versela ni a mi peor enemigo, se le notaba demasiado triste, atormentado quizas.
El trajeado decidió interrumpir la lectura de Juan -Bonita tarde- sus palabras pasaron por los oidos de Juan, de tal forma que lo dejaron casi emborrachado con un tono de voz que caracterizaria como divino, Juan estupefacto, estupidamente sorprendido por las escuetas palabras del hombre respondio -He_e_ermosa tarde, definitivamente- Juan no sabia lo que ocurria, tenia el corazon a mil, hasta que el angel abrió la boca de nuevo -Lo siento Juan, pero debo llevarme vuestra alma-.
-¿¡Que!?- grito Juan, segundos despúes lo entendió solo, el gallardo era en efecto un angel que venia a reclamar su alma debido a su avanzada edad. Juan pensó por unos momentos, recordo la novela que estaba leyendo y como le prometió a su hijo terminarla antes de que saliese la pelicula de la misma, para poder verla juntos. Juan era un hombre inteligente y sabia que su momento habia llegado, pero no por ello sentía menos terror al saber que no podria llegar a ver "ready player one" en cines, con su hijo. Entonces habló -Treinta minutos mas- exclamó -¿Que quiere decir?- dijo el ser celestial -Quiero 30 minutos mas para terminar este libro, luego podrás hacer lo que quieras conmigo- el angel río -¿Porque aceptaria tan burda propuesta?- dijo en tono burlon -puedo hacer lo que quiera contigo en este instante- El asechado respondió tan rapido como la parca dejo de hablar-Por que te lo pedí- tomo aire y siguió -Siempre fui fan de la ciencia ficción, desde sus inicios y este libro es como un llamado al pasado, a los buenos tiempos. Aunque haya sido muy pequeño por aquellos años, hoy con 87 años bien contados, solo te pido que esperes un poco mas- el angel se mostro pensativo, como si de un padre tratando de explicar algo se tratase, cuando parecio llegar a una realizacion cuestiono-Si estuvieses en un desierto y te encontrases con una botella de agua, ¿la tomarias? o ¿esperarias 30 minutos?- Juan entendía a lo que queria llegar el angel, y sabia que no ganaria la disputa, así que solo se dejó llevar, y su vida por finalizada se dio.
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Historias cortas para hombres cortos
SpiritualeSolo eso, historias cortas para leer en el tiempo libre