Comencé a ver a un nuevo terapeuta. Quiero superar mi miedo. El doctor Frank utiliza un tipo de terapia a la que se refiere como «terapia de inmersión agresiva». Superas tu miedo al confrontarlo. Esto, para mí, sonó como la mejor idea. Si podía confrontar mi miedo, finalmente podría superarlo. Antes de hablar con el doctor Frank, no podía recordar cómo había empezado mi fobia. La eisoptrofobia puede comenzar en la infancia, o debido a algún evento traumático. No podía recordar ningún evento traumático hasta que comenzamos a discutir mi pasado. Mis padres nunca me habían hablado realmente acerca de cómo comenzó esto, simplemente me dijeron que comenzó. Pero lo recordé a través de mi diálogo con el doctor Frank.
Tenía nueve años, de eso estoy segura. Recuerdo haber estado en el ballet, estirándome frente a un espejo gigante, observándome a mí misma en mi leotardo rosa con tutú. Recuerdo el recital; mis amigas y yo bailábamos para nuestros padres. Recuerdo a las chicas en mi casa, todas aún vestidas con tutús y zapatillas de ballet planas. Recuerdo a mi hermano tratando de asustarnos con historias macabras y haciendo caras. Recuerdo haber estado parada frente al espejo con una candela luego de que mis amigas me retaran a hacerlo. Recuerdo haber entonado el conjuro en el baño oscuro, contemplando mi rostro en el espejo. Recuerdo cómo mi hermano saltó desde la bañera para asustarme. Pero no fue él lo que realmente me asustó: fue lo que estaba en el espejo. Fue el cambio de mi rostro. Fue el sonido de la risa de una mujer.
