Can't say no to this

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Lammy era ya una enfermera, hacía meses que trabajaba cómo tal y era muy solicitada en el pueblo. Sabía que ella había vivido en Happy Three Friends toda su vida, mientras que yo la conocí en la escuela primaria a eso de los ocho años, la edad que tenía al llegar aquí. Nuestra amistad duró hasta que terminó sus estudios superiores, pero un domingo por la mañana me llamó, meses después de nuestra última escapada juntas, y yo respondí el teléfono desde la cama desecha, en el apartamento de paredes grises y resquebrajadas al que no llegaba la luz del sol en que vivía, también desde hacia meses.

─Necesito un favor ─Oí su risa coqueta atravez del auricular─, cuida a alguien por mí.

Su tono lascivo y los ruidos de fondo delataban que estaba acompañada y en una comprometedora situación, sin saludar o hacer preguntas, manera distante de comunicarse que ignoraba formalidades, un viejo habito suyo que entonces me mostró que no había cambiado nada. Le gustaba jusificar todo con que "las preguntas de cortesía y los saludos formales eran un desperdicio de tiempo, y nadie debería preguntar nada que no sea de su interes", pero yo lo veía cómo una forma irrespetuosa de dirigirse a otros, sin importar cuánto tratara de maquillarlo.

Ella nunca había disfrutado las conversaciones más largas de lo necesario, con tantos años juntas acabé por acostumbrarme a eso, pero a pesar de lo mucho que extrañaba una voz familiar y lo mucho que la extrañaba a ella que no fingiera un mínimo interés resultaba doloroso, entonces hubo un largo silencio, y ella, que de seguro estaba impaciente, interrumpió la estática en la llamada.

─Te pagaré, bastante, y no tendrás que limpiar la mierda de nadie.

Volvió el silencio, podía oír el golpeteo de sus uñas en el teléfono, también a la persona que murmuraba algo del otro lado de la línea, y la risa coqueta otra vez en respuesta a eso, y luego quizá estaría a punto de colgar, pensando que no ha valido la pena llamarme porque soy una cobarde.

─¿Cuándo?─Imité un tono rudo, pero la voz me tembló.

─Mañana, ¿está bien a las tres?

Quizás y sólo quizás lo preguntó por compasión, porque alguien cómo ella no te da la opciones, impone sus horarios, y sus gustos, y a sí misma ante todo.

─Sí, eso creo... ¿Dónde?


─Te enviaré la dirección por texto y te explicaré los detalles cuándo nos veamos.

─Bien, hasta entonces.

Pero ella no esperó a que terminara y colgó, así que volví a pensar en la gotera en el techo, y lo silencioso que se estaba sin ella, necesitaría más baldes para retener tanta agua.

***


Me sentía culpable, pero también sola, sólo por eso me daba el trabajo de ir a verle, luego de escucharla hablar diría que no y volvería a mi apartamento un poco menos triste.

La dirección era del lado antiguo del pueblo, ahí vivía la mayoría antes de que Happy Three Friends se expandiera, ahora su mayor atractivo son las espaciosas casas que ven a lo largo del bosque y el lago, pero hoy que no muchas personas frecuentan sus antiguas viviendas se cuentan historias sobre misteriosas muertes y terribles crimenes, pero nada que valga la pena recordar. Apenas me topo con la direccion noto que la la casa es especialmente antigua, la pude notar desde la parada de autobús pero no reparé más allá en su aspecto; La misma forma que la mayoría de casas que la rodean, de un color opaco que apenas se distingue como un verde y un jardín repleto de hirbas que seguramente habrían acabado con cualquier otra vegetación intencional, paredes de aspecto fragil por lo mal que envejecio la estructura, y un ambiente inquietante por la soledad la falta de otras personas a su alrededor. En la puerta principal veo a Lammy, con un disfraz de enfermera que apenas le cubre la cadera y un corte de cabello nuevo que llama mi atención. Está distinta, la recuerdo más joven, más alegre, ahora su rostro se ha endurecido y sus pecas se han apagado, pero conserva intecta la forma de su cuerpo y de sus rizos, que son ahora más cortos, sus labios están pintados con labial rojo, está algo corrido en el lado izquierdo pero por lo demás su maquillaje está impecable.

Cuándo estoy frente a ella mi mano vacila entre un clásico apretón de manos y un movimiento extraño, por los nervios, asumo. Ella me mira y su expresión es algo rara, entonces pienso en que la ropa que traigo es terrible.

─No tenía qué ponerme, lo siento.

No debí decir eso, comprendo por la forma en que suspira que quizá esperaba algo de mí, una atuendo más decente, es probable.

─Pasa, en la cocina está lo que necesitas.

En el interior la casa resultaba más firme, con un extenso corredor que cruzaba horizontalmente al entrar, adornado con antiguos muebles que al igual que todo están ocultos bajo una pesada capa de polvo, y al menos 5 puertas por lo que llegué a contar, muchos marcos colgados en las paredes, la mayoría de color amarillento y con bordes resquebrajados que poco se disimulan en los marcos en que cuelgan, y una amplia escalera que da a un segundo piso, además de la alfombra verde que cubre parte del suelo hecho de tablas de madera, alineadas a primera vista. No vi mucho más, pues Lammy estuvo tras de mi asegurandose de que no me detuviera por demasiado tiempo, empujandome si trataba de tocar algo. Inmediatamente a la izquierda de la entrada estaba la cocina, un ensamblade admirable de frías baldozas blancas y celestes tanto en el suelo como en las paredes. Un gran refrigerador, un lavabo y más muebles, luego una enorme mesa en dónde estaba dispuesto un delantal blanco e indumentaria medica.

─No tengo mucho tiempo, por eso necesito que prestes especial atención a los detalles. Estás aquí para cuidar a un hombre, es un veterano de guerra y su salud está muy deteriorada, pero todo proceso médico será mi responsabilidad, sólo en un caso excepcional tendrás permitido darle asistencia. ─Hizo una pausa para mirar el reloj en su muñeca, luego continuó explicando más rápido─ Estarás aquí todo el día y te ocuparas de la mayoría de las tareas básicas ya que él no puedo valerse por sí mismo, hay una habitación en el piso de arriba en donde puedes dejar tus cosas y dormir. Él está en su habitación ahora, puedes preguntarle lo que quieras, yo tengo que irme.

─No acepté el trabajo─Solté mientras Lammy arreglaba su ropa, ella se detuvo a mirarme directo a los ojos─ Todavía.

─Debajo del delantal hay un sobre.

Creí que debía mirar bajo el delantal, porque ella no dio pistas de que lo haría, y claro que había un sobre, algo abultado, pero completamente sellado.

─¡Por Dios! abre el sobre. Dentro está un adelanto, si no quieres el trabajo vete ahora mismo, podría haber usado este tiempo en buscar a alguien más.

El pegamento del sobre se extendió por mis dedos, saqué algunos billetes y conté tan rápido cómo pude. La suma era razonable, o quizá persuasiva, o muy probablemente demasiadonpor cuidar a un anciano. La reacción fue involuntaria, una expresión de sorpresa seguida de un ruido inexplicable, luego conté otra vez, y luego mire a Lammy, porque debía estar bromeando. El corazón me latía con fuerza, guarde el sobre en mi bolsillo y dije "Sí quiero el trabajo" cómo ya no estuviera disponible.

***

(ɪᴛ ʜᴜʀᴛs, ʙᴜᴛ ɪᴛ's ᴏᴋᴀʏ)/HTF/ Flippy Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora