Miraba a travéz de la ventanilla del auto el contínuo pasar de las casas, un nuevo comienzo, en una nueva ciudad, con nuevas personas por conocer.
Si, lo mejor.
No sé como es que pueden creer eso.
Es la sexta vez que nos mudamos en mis 17 años, esto, debido a los trabajos de mis padres.
Ellos lo ven como algo bueno, aunque para mí, en cierto modo, no lo es.
En cada casa nueva que habitamos tengo una habitación más grande y las cosas que yo desée tener, pero eso no es nada comparado con el tener que abandonar a los pocos amigos que con dificultad hice en mi antigua ciudad, tener que empezar desde cero, ser la chica nueva en el instituto. Eso para nada que me agrada, soy la clase de chica que no le gusta llamar la atención, no soy muy sociable y el ser la chica nueva llama demasiado la atención, todos quieren conocerte y hacerse tus "amigos" solo para acercarte a ti. Me se muy bien esa historia, ya la eh vivido demasiadas veces.
Aunque la verdad soy demasiado curiosa, me gustaría descubrir que secretos ocultos tiene esta ciudad, hasta ahora en todos los lugares que hemos vivido no ha habido nada interesante, algo que me llame la atención como para averiguar sobre ello, lo único bueno de lo que será vivir aquí, según mis investigaciones, hay una casa muy extraña, quise convencer a mi padres de que la compraran para así poder vivir allí y investigar más a fondo, pero al parecer todos los vendedores les dijeron que esa casa no estaba en venta; si bien hacía mucho tiempo que nadie habitaba allí, los dueños nunca han querido venderla.
Eso si que es interesante, ¿por qué razón quedarían tener una casa extraña que ni siquiera habitan?, no lo sé pero eso quiero descubrir.El auto se detiene sacándome de mis pensamientos, ya hemos llegamos frente a la que desde ahora, hasta que vuelvan a ascender de puesto a mis padres, sera mi "hogar".
Nos bajamos y entramos en la casa.
La recorro rapidamente. Es de dos pisos, algo acogedora. En el primer piso se encuentran; la sala, el comedor, la cocina y un estudio, en el segundo; tres habitaciones; la de mis padres, la mia y una que vendría siendo la de huespedes, aunque no tengamos muchas visitas, lo único que agradezco es que cada habitación tenga su propio baño.
Regreso al auto para bajar unas de mis maletas y comenzar a desempacar para instalarme en mi nueva habitación, entro, subo las escaleras con las maletas en mano, abro la puerta como puedo y acomodo las maletas sobre la cama.
Saco mi celular de mi bolso, selecciono las canciones que escuchare, me pongo los auriculares y con la música rezonando en mis oidos comienzo a desempacar.
Estoy colocando unos botines en el armario cuando de pronto siento unas manos en mi cintura, doy un pequeño salto de el susto y me giro para ver quien ha sido.
Es mi padre.
Me quito los auriculares y los dejo en la mesita de noche.
—Buen susto que me has dado, es qué acaso, ¿no se te ocurre tocar antes de entrar?— digo mirandolo molesta.
—En primera— enumera con sus dedos —toque y toque más nunca respondiste, en segunda la puerta estaba abierta y en tercera soy tu padre.
—Sí, seras mi padre pero tambien necesito de privacidad ¿sabes?— digo enarcando una ceja.
—Hey, hey, ya tranquila, ¿vale?. Se que estas molesta por habernos mudado pero hija así es nuestro trabajo, lo sabes muy bien– sonríe –Además mira el lado positivo de esto.
—Ajá, ¿sí?, ¿cuál es?— digo sentandome en la cama.
Se sienta a mi lado.
—Tendrás nuevos amigos— lo miro enarcando una ceja —bueno...— su sonrisa se desvanece —sé que no te gusta socializar pero mira hagamos un trato.
—Te escucho.
—Trata de hacer amigos y te comprare la saga completa del libro que gustes.
—¿La saga completa?– digo incrédula.
—La saga completa, pero en realidad tienes que esforzarte Sam. ¿Qué dices?, ¿tenemos un trato?— extiende su mano hacía mi.
La tomo y la estrecho.
—Tenemos un trato.
—Ok, ahora bajemos a cenar que ya es tarde.
—Vale, solo hago algo y bajo.
—Ok, pero que sea rápido, ya sabes como se pone tu madre si la hacen esperar.
—Si— rio — ahora bajo.
Veo como mi padre sale de la habitación, de inmediato tomo mi celular y le mando un mensaje a Zack; mi mejor amigo, a él lo conocí cuando tenía 14 años, es de la última ciudad en la qué vivimos, es un gran chico, el único en el que puedo confiar plenamente.
Ya llegamos, el lugar no esta tan mal, pero aún así nunca sera igual que estar a tu lado, te extraño :'(
Dejo mi celular en la cama, bajo y voy a el comedor donde ya estan mis padres, me siento al lado de mi madre, me sirvo y comienzo a comer, mientras aun comemos mi madre me mira.
–¿Qué té parece la nueva casa Sami?
Hago una mueca ya que no me gusta que me llame así.
–No está mal –me encojo de hombros mientras sigo comiendo.
Después de eso nadie más volvió a hablar, termino de comer y me levanto, tomo mi plato y estaba por llevarlo para lavarlo pero la voz de mi madre me interrumpe.
–Déjalo, yo lo lavo, tú debes de estar cansada por el viaje, ve a dormir, mañana nos espera un largo día.
–Está bien– sonrió voy a donde esta y le doy un beso en la mejilla, me acerco a mi padre y hago lo mismo –buenas noches.
–Buenas noches hija– responden ambos al mismo tiempo.
Camino a mi habitación, busco una pijama y ropa interior, me doy una rápida ducha y me visto, reviso mi celular y no tengo ninguna notificación, al parecer Zack aun no ve mi mensaje, suspiro, dejo el celular en la mesita de noche y me acuesto, trato de dormir pero se me hace algo imposible, después de un buen rato de estar tratando de conciliar el sueño, logro quedar profundamente dormida.
Estoy en un hermoso jardín, parece sacado de una de esas historias de cuentos de hadas, todo es tan resplandeciente, estoy vestida con un hermoso vestido blanco que parece brillar, camino descalza, mis pies sienten el césped bajo de ellos, un aroma a flores, tan tranquilo. De pronto todo se torna oscuro, no hay más luz, un olor putrefacto llega a mi, el antes césped ahora es lodo que ensucia hasta mis tobillos, siento que me hundo, trato de caminar pero me es difícil, me hundo cada vez más, trato con todas mis fuerzas aferrarme a algo que me ayude a salir de allí, me es en vano, nada parece funcionar, mi respiración se acelera, cuando creo que ya no tenía salida siento como alguien toma de mi mano y me saca, mis antes blancos vestidos ahora estaban cubiertos de lodo. Después de tranquilizar mi respiración levantó la mirada para ver a quien fue mi salvador, es un chico, tez clara, ojos oscuros, en esa oscuridad no podía saber con exactitud de qué color eran, era bastante alto a mi parecer, me sonrío, una sonrisa un tanto enigmática. Trato de hablar pero nada sale de mi boca, todo comienza a hacerme borroso.
Despierto, todo fue un sueño.
En mi mente rondaba dos preguntas, ¿quién rayos era ese chico? Y ¿por qué apareció en mi sueño?
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¡Huye!
HorrorUna casa abandonada de la cual algunos dicen escuchar cosas raras todo el tiempo, otros, que está embrujada y en ella habitan espíritus o fantasmas. Una chica demasiado curiosa en una nueva en la cuidad. ¿Qué ocurrira? ¿Podrá resistir la tentación...