Enamorada de mi sensei [Kakashi]

(Cap.1) La salvación

Soy Akira Ara, tengo 13 años y vivo en la aldea oculta entre la niebla.
Vivo apartada de los demás de toda la ciudad, me consideran un peligro para ellos, desde pequeña tengo una llama que no se me puede apagar y eso hace que peligre mi estado natural inevitablemente, he estado intentando controlarlo pero siempre acabo manchada de sangre aún sin rellenar mi vacío fue por eso.... Que fuí apartada de mi familia.
Sellaron a esta bestia sin control en mi siguo sin saber que es, pero cada vez que veo el sello de 5 puntos en mi no puedo evitar pensar en que soy un monstruo.
Vivo vigilada por 15 anbu con la mayor proteccion posible todo por orden del mizukage no tengo permiso para salir de donde resido y tampoco en mantener contacto con alguien, ni hablar ni bailar ni ser feliz
Mi habitación esta en blanco solo tengo una cama.
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《En la mañana》
Amanecí en la fría oscuridad como diariamente desde los 6 años, oí un sonido chocante que procedía desde la parte de abajo
¿Estará todo bien?-Pensé-
Me quité las sábanas de encima mío y me levanté, en la casa solo se podía percibir el crujido del suelo bajo mis pies
Me dirigí a la puerta y girando el picaporte se hizo un ruido grave erizando mi piel en un segundo
¿Hay alguién ahí? Pregunté mientras que mi voz solo hacía eco en la sala.
Ví una sombra desaparecer entre las escaleras, me acerqué lentamente y agarré el bordillo, bajé lentamente mientras que aún crujía la madera de las escaleras bajo mis pies.
Al bajar el último escalón revisé todos lados y una carta se hizo caer ante mí.
Pegué un pequeño grito por la sorpresa
Mis instintos me adelantaron así que corrí hacía la puerta principal la abrí de golpe
HOLAAA!! Estáis ahí?-pregunté en búsqueda de los anbu
Empecé a rodear la casa al ver que no obtenía respuesta, ví algo llamativo que brillaba bajo la sombra de un árbol, me acerqué con la intención de saber que es, cuando noto algo caer sobre mí, subí mis dedos y mojé de ellos lo que cayó sobre mi, al bajarlos ví sangre, subí lentamente mi cabeza y los ví... Si ellos los anbu que estaban protegiendome los ví encima de mi, muertos sobre las ramas, su sangre caía como una cascada interminable sobre mi rostro
S-sangre-grité antes de ponerme a correr hacia la casa.
¿Q-que ha pasado ahí fuera?
Cerré la puerta rápidamente y subí a mi cuarto me encerré y me apoyé en la puerta al dejarme caer note una bulto
Es la Carta! La cojí con mis manos temblando sin poder creer que hubiesen acabado así todos.
Miré la Carta y me dispuse a abrirla