ATENEA (pausada)

10. EL DIRECTOR

Y así fue como esperaron unos minutos, que para ellas se les hicieron eternos, a que llegara alguien. Su plan era dejar K.O con un ataque desprevenido por detrás y así quitarle la tarjeta, entrar en el cuarto y dejar su cuerpo allí.

Para su mala suerte, los pasos que se oían desde lejos, cada vez aumentaban de intensidad y de ritmo. Al parecer veía más de una persona. No podían deshacerse de ellas fácilmente, a si que, optaron por la solución sencilla. Se escondieron rápidamente de ellos para que no les vieran.
Efectivamente, eran tres personas las que venían. Llevaban trajes negros con botas grandes. Tenían pinta de matones, y a Atenea no le daba buena espina.

Tragó grueso y miró a Priya. Se dirigieron a su posición inicial para esperar a que alguien más viniera. En ese momento, Priya se asomó y soltó de golpe:

-¡Mierda!

Atenea le miró confundida.

-¿Qué ocurre?-Le preguntó susurrando.

-Ahí viene el director de todo el equipo. ¡Tenemos que correr ya!

Y así fue como por los pelos, casi pillan a Atenea, que por culpa de su torpeza, se cayó cuando estaban corriendo hacia su escondite. Cuando pudo levantarse y rápidamente ocultarse, logró ver la cara del director. Se le hacía muy familiar, hasta que justo, este se giró hacia ellas y Atenea hizo un movimiento audaz para taparse.

Contuvo la respiración por unos segundos, ya que la tensión en el ambiente la estaba haciendo explotar.

Priya se acercó y la tranquilizó. A continuación, hizo un gesto para que Atenea la siguiera. Esta vez si se oían pasos y sonaban lentos y parecían de una sola persona. Rezaban para que así fuera y al fin hacer su ataque para conseguir la tarjeta.

Al fin la vieron pasar, y sin dudarlo dos veces, consiguieron atacarla y dejarla, por lo que parecía, inconsciente. La cogieron con cuidado la tarjeta del collar colgado de su cuello y escondieron su cuerpo donde ellas se ocultaban antes.

Abrieron al fin con éxito la puerta y se encontraron con muchas pantallas, que mostraban lo que capturaban las distintas cámaras de vigilancia repartidas por el edificio.
También había botones y palancas con letras y códigos etiquetando cada una de ellas.
Atenea examinó lentamente cada uno, hasta dar con una sección en la que ponía "alarms". Tenía que estar ahí la palanca que necesitaban. Tras un largo momento, Priya dejó de mirar las pantallas observando cada movimiento de estas y se unió a Atenea que intentaba descifrar qué palanca era la que tenía que pulsar.

-Vale, la palanca tiene que estar en el apartado de incendios - Así efectivamente es como la localizaron.

-Sí, pero aquí hay muchas posibilidades.-dijo Atenea con un tono de desesperación.

-A ver, la oficina común está en esta planta, a si que la inicial por la que tiene que empezar la etiqueta tiene que ser, "G", de "ground floor", planta baja en inglés.

Localizaron las palancas con una "B" comenzando su etiqueta. Tenían tres opciones.

-Seguimos, y como la oficina común está en el norte del edificio, su segunda inicial tiene que ser "N".

Descalificaron una, y les quedaban dos opciones.

-Por último, si está en el ala oeste del edificio, su última inicial tiene que ser una "W".

-¡Sí! Aquí está. ¡Cuánto entiendes de esto Priya!

-Sí, lo cierto es que me pasó mis horas libres vagando por las plantas del edificio y me recorro cada punto, por eso sé tanto de estas cosas. De vez en cuando visitaba a mi único amigo aquí, Hugo, que se encargaba de este campo, el de seguridad.

-¿Y por qué no está aquí ahora?- Atenea pregunta con curiosidad. Priya se mira la muñeca para ver qué hora es.

-Es la una y media del mediodía, a si que estará en su descanso de la comida.

La cara de Atenea se vuelve pálida.

-¡¿La una y media?! ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

-Veamos, ¿a qué hora vinisteis?

-Pues vinimos el viernes sobre las nueve de la noche.

-Bueno, pues llevas dos días aquí.

Wow. Atenea no tenía la menor idea de cuánto tiempo había permanecido metida en ese infierno. Pero una cosa sí tenia clara. Iba a salir de ahí con Louis, su hermana, Priya y su madre todos a salvo.