Prussia (Parte 9) - Madre

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Ambos europeos caminaban junto a ti, llevándote a una especie de oficina o algo por el estilo, estabas algo nerviosa, ¿Quién diablos era madre?, no lo sabias y no estabas segura de si querías saberlo.

-llegamos- el más alto informo al pararse frente a una puerta color chocolate oscuro, giro el pomo abriendo la puerta para revelar la habitación.

Se veía como una oficina normal, llena de estanterías y un escritorio en medio, uno que otro cuadro para darle ambientación, y también plantas, un gran ventanal detrás del escritorio y la silla del escritorio les daba la espalda.

-madre- hablo el rubio para llamar la atención de la persona que estuviera sentada ahí, te imaginabas que debía ser una señora ya grande para que la llamaran madre, estabas nerviosa, no sabías la razón por la que estabas ahí exactamente.

Sentías que tal vez quería oponerse a tu relación con el prusiano, y ya que estabas interfiriendo en el rendimiento de su trabajo, él quería respetarte y solo baila para satisfacer a las clientas, tenías la cabeza llena de pensamientos negativos, sentiste como el albino te tomaba de la mano y te daba un suave apretón en este para tratar de tranquilizarte, cosa que funciono por un momento hasta que la silla dio vuelta para revelar a la persona que estaba ahí.

-hola mis queridos hijos- miraste algo sorprendida a aquella mujer, de tez morena, cabello castaño y rizado atado en una coleta alta, ojos color café claro, con unos lentes transparentes cubriéndolos, vestida en un traje de negocios o al menos eso es lo que podías ver, ya que al estar sentada veías la camisa blanca de botones y el saco negro, no parecía más de 25 años, por lo que te sacaba de onda que le dijera madre y que ella les dijera hijos.

-¿Nos necesitaba para algo madre?- miraste al albino ya que fue el que hablo.

-sí, quería conocerla- te miro de arriba abajo más sin embargo jamás lo hizo con superioridad -¿Cómo te llamas querida?

-a-ah soy (T/N)- hablaste algo nerviosa, a pesar de ser amable aun te daba cierto nerviosismo, como si conocieras a tu suegra.

-un placer, soy Sora y son la dueña del burdel- la chica se levantó y se acercó a ti, revelando que llevaba una falda de tubo y medias negras, era baja y algo rellenita, pero ciertos atributos resaltaban en ella, estiro su mano esperando a que la tomaras y así hiciste –así que tú fuiste el que le robo el corazón a Gil- te sonrojaste ante esa declaración más sin embargo asentiste.

-madre- la susodicha miro al albino –te presento formalmente a mi novia (T/N), llevamos unos meses saliendo- la chica miro al joven sin decir nada y solo asintió –ya veo- suspiro –realmente están enamorados- poso nuevamente sus ojos color chocolate en ti –¿Tu estas segura de esto?

-¿De nuestra relación?, claro- tomaste nuevamente de la mano a tu novio.

-lo digo porque puede ser difícil salir con un stripper, me lo imagino.

-lo sé pero no me rendiré tan fácil, no todo en una relación tiene que ser fácil y ambos aceptamos que daríamos todo para que esta relación funcione- la mexicana sonrió ante tu declaración.

-Gil, tu sabes cuál es mi política ¿No?- el nombrado trago en seco y asintió pero no lo dejo hablar –están prohibidas las parejas- abriste los ojos sorprendida, el europeo no te había dicho nada, y la razón por la que los llamaron era para despedirlo, que tonta todo esto se hubiera evitado si no anduvieras por ahí gritando que era tu novio –lamento decirte que no podrás seguir trabajando aquí.

-p-pero madre, y-yo...-

-nada de peros, déjame terminar al menos- la joven suspiro y se quitó los lentes –no puedes seguir trabajando acá por respeto a tu novia– hizo una pausa –ósea no mames Gil, si yo tuviera novio no me gustaría que le anduviera bailando semi-desnudo a otras personas, por lo que mejor te recomendare con una amiga- el chico la miro sorprendido –así podrán tener una relación más normal y no causar escándalos en mi burdel- gruño a lo que ambos se avergonzaron.

-¿En verdad haría eso por mí?- hablo sorprendido tu novio.

-claro, tengo una amiga que necesita personal en su empresa, por lo que te recomendare y espero que cuides el trabajo ¿Entendido?- el albino soltó tu mano y fue a abrazar a la joven.

-¡Gracias madre!- la estrujo en un fuerte abrazo que jurarías que hasta su cara se puso azul –lo cuidare.

-Gil me matas- hablo la pobre mexicana para que la soltara para dejarla respirar –de nada- la vista de la mexicana se posó en el menor de los alemanes –si quieres también te puedo recomendar Ludy- el rubio la miro sorprendido –sé que este no es un lindo trabajo para muchos, o muy respetado que digamos, y los que lo profesan suelen hacerlo porque no tienen alternativa- el alemán se acercó a ella y tomo su mano para después asentir con la cabeza.

-si no es mucha molestia estaría agradecido- la joven sonrió.

Abrazaste a tu novio feliz, era una buena oportunidad para ambos y estabas agradecida con la morena, no la desaprovecharían.


Burlesque (HetaliaxReader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora