CAPITULO 6 - No llores

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            El fin de semana en la playa fue bueno para las niñas y malo para nosotros. No hablamos más del tema, solo dejamos que las cosas se estancaran, como siempre. Evite a Jae, ni siquiera le dirigí una mirada, nada más allá de lo cortes, las niñas fueron todo lo que necesitaba, construimos castillos y los vimos deshacerse con la marea.

            Cuando volvimos a casa intente acercarme a Hyun, pero me rechazo. Me dolió su indiferencia, antes la entendía y no era por falta de deseo, ahora estaba en una posición que no me gustaba pero que me correspondía. Tenía una taza de café en mis manos, me daba fuerzas para sonreír por ellas pero estaba tan atontada que al quedarme sola no hacía nada más que compadecerme. Estaba tan ausente de la realidad que no sentí el sonido del teléfono. Me levante y conteste por inercia, al igual que el resto de las cosas simplemente las hacía en automático.

—Mika...— Solté un suspiro cansada.

—No quiero que me llames...— Dije cortante — si no tiene que ver con Nani, no quiero escucharte...

—Mika por favor tenemos que hablar...— Cerré mis ojos, me agotaba esta situación, lo sentía, ese ardor que recorría mi cuerpo de solo pensar en Jae pero el dolor de Hyun y su silencio, eso me traía a la realidad.

—No voy a verte... así que no insistas — Iba a cortar la llamada pero mi mano se detuvo antes de completar la acción.

—Te necesito...— Mi mano congelada y los labios temblándome, ¿Qué me pasaba? ¿Por qué no podía ignorarlo?

            Termine cortando la llamada y sintiendo una desesperación. Salí al patio para respirar aire fresco, pero nada, mi corazón seguía acelerado, ese hombre, Jae me tenía de cabeza, no lo amaba, no lo amaba, lo repetía constantemente en mi cabeza. Yo amaba a mi esposo, no podía vivir sin él. Me senté en la hierba y luego termine acostada completamente, solo quería volver al pasado y vivir mis momentos más felices. Miraba las nubes como una niña, buscando formas y distrayendo mi mente. No sé en qué momento mis ojos se cerraron y deje de ver el mundo, solo habían imágenes dolorosas de los últimos días, en las que siempre aparecía Hyun, su espalda, siempre de espalda, poniendo esa pared entre ambos. Sentía como un abismo intentaba separarnos. Abrí los ojos porque estaba atormentada. Mis ojos se llenaron de lágrimas, era inevitable, me sentía tan sola, más que antes y me aterraba la idea de no saber qué hacer, o que iba a pasar.

—Otra vez estas llorando...— Gire mi rostro asustada.

— ¿Qué haces aquí?...— Lo mire calmándome, si, yo siempre fingiendo que estaba bien, limpiando las lágrimas para simular.

—No lo sé... solo... no dejaba de pensar en ti — Me gire en el pasto quedando de lado, mirando su rostro casi con devoción.

—Antes solías hacerlo... llegar de la nada y sorprenderme — Me sonreí — también me hacías reír... y aunque lo niegue, también amaba tus celos.

—Y tú siempre peleabas conmigo...— Estiro su mano hacia mí y la tome hambrienta de su piel.

—Porque me gusta cuando te enojabas y luego me abrazas, yo... siento que me derrito en tus brazos — Sus dedos comenzaron a enlazar los míos. Y era como ver una planta marchita con nuevos brotes.

—Siempre pensé que odiabas que fuera celoso...— Lo vi soltar una sonrisa y me acerque un poco más, no quería distancia entre ambos.

—Odiaba cuando no confiabas en mi... —Me quede callada — lo demás me daba risa...

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