Por las calles de las gran ciudad, bajo la fuerte lluvia caminaba un chico de unos veintitantos de años, no llevaba paraguas y eso parecia no importarle, caminaba lento, sin fuerzas, parecia que toda aquella fortaleza de la que presumía habia desaparecido en el momento en el que le dijeron que no volvería a despertar, que ya no vería ese bonito color simple en esos grandes ojos, en ese momento en el que se dio cuenta que le había perdido una vez más, pero esta vez para siempre nada le importo, no le importo andar por las calles con la misma ropa de hace dos días, no le importo que su amada cabellera se empapara con aquella agua, ni siquiera le importo el hecho de estar llorando en medio de la calle, veía como todos corrian a refugiarse de esa tormenta pero él siguio caminando, mientras cruzaba la calle, vio como aquella mirada inocente le miraba desde lejos, a cada paso que daba él se iba alejando, quizá fue por eso o por que no le importaba nada en ese momento que sus oidos se desconectaron que no le dejaron escuchar el claxon del vehiculo que se acercaba a gran velocidad, cuando el parachoques impacto contra su ya no tan marcado cuerpo le hizo reaccionar, mientras era levantado por el impacto para luego caer contra el pavimento le recordo por última vez, cada detalle se impregno en su alma como si de un tatuaje se tratase, y asi deseando con toda su alma besar aquellos labios aunque sea una vez cerro los ojos por última vez… mientras tanto en el hospital de aquella ciudad un joven de dieciocho años abría sus ojos después de seis meses inconsciente.