Capítulo 2

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Altaira estaba muy emocionada, pues a ella hacia mucho que no la invitaban a salir.
Regresa a su oficina, ve que son las 11 de la mañana, se sienta y hace las recetas de algunos perros y gatos hospitalizados que se no se quedan en la estancia de la veterinaria sino en sus casas. Termina de hacer las recetas, de nuevo ve la hora eran las 12 de la mañana, imprime las recetas se los da a los médicos que van a entregar a los hospitalizados, espera a que de la 1 de la tarde y se va a su casa a comer para poder volver a la veterinaria ya con alimentos en el estómago, regresa a las 3:30 de la tarde a la veterinaria, da 8 consultas, ve que son las 7:14 y se va a su casa; toma el autobús, se pone sus audífonos, y se relaja hasta llegar a su casa.

Baja del camión, camina 3 calles, entra a su casa, deja las cosas del trabajo, y ve que son las 7:48 de tarde, sube a su recamara, se cambia, baja para ir a cenar, se prepara unas quesadillas con un vaso de chocolate, se siente el comedor, cena, ve la televisión por unos 15 minutos, se aburre, sube su recamara prende su computadora y busca acerca de lo que soñó, y no le aparece la gran cosa, nada coherente a lo que ella imagina y cree; busca en libros acerca de los sueños consientes, y no le parece nada.

Deja la computadora, se limpia los dientes, va al baño, se sienta en la cama, lee un capítulo de su libro favorito, que se llama El (sin) sentido del amor por Javier Ruescas, a ella le gusta mucho la manera que se expresa a través de los libros y más en este libro que la inspira tanto en seguir con su vida con o sin amor, ya que pues de alguna manera vas a encontrar a la persona adecuada con el tiempo; le gustaría conocerlo, y platicarle lo muy bueno que es en sus libros, pero ella piensa que es un sueño muy difícil por el trabajo y por el gasto de ir a en donde supuestamente está el escritor que está en España, así que lo deja a ella un poco triste al saber que uno de sus tantos sueños no va hacer cumplido por la economía y tiempo.

De repente suena el teléfono, contesta y no escucha nada, un vacío, piensa que es una broma y cuelga el teléfono, pero en menos de 5 minutos vuelve a sonar el teléfono, vuelve a contestar y solo escucha un el sonido de un coral. Enojada Altaira dice

-Dejen de estar bromeando o sino llamare a la policía

En ese momento se escucha que cuelgan, ella enoja pues porque en primera ya no eran horas de estar llamando y aparte era solo un juego, pero se le hizo muy extraño escuchar el sonido del coral y cuelga el teléfono.

Busca su celular para ver la hora y eran las 9:30 de noche, deja el libro sobre el buró, pone a cargar su celular, se acomoda y se duerme.

Sueño Que Puede Ser Una RealidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora