Lo hice.

Capítulo 12.

Me alejo lentamente, casi imperceptiblemente. Empiezo con no responder las llamadas al primer tono, luego dejándolo que suene más y más tiempo, hasta que finalmente dejo de alcanzar el teléfono cuando la pantalla es iluminada con un "Naruto" de fondo. Es difícil y toma toda mi fuerza de voluntad, pero lo consigo. La mayoría de las veces.

Después empiezo a distanciarme físicamente. Menos abrazos. Más tensos. Menos palabras. Menos sonrisas.

Y en cambio, cuando se supone que debo sentirme bien por hacer lo correcto, mi corazón solo se desgarra con cada acto que rechazo del menor.

Pero es lo único en lo que puedo pensar. No quiero mentirle. No quiero separarme de él. Pero no encuentro otra solución para hacer que estos sentimientos desaparezcan.

(...)

La situación es algo inusual.

Y es que a pesar de que he intentado esquivarlo a la salida de clases, él ha corrido, literalmente, hasta mí, agitando un papel repetidas veces. Suspiro con un cansancio que en verdad no siento, y sé que él nota la situación, porque no toma mi mano de camino a casa, tampoco hace comentarios sarcásticos ni busca palabras rebuscadas para tener una conversación trivial. Simplemente sostiene el papel con fuerza en la mano, como si fuese lo único que lo ata al mundo. Esto es todo lo que hay entre nosotros durante los últimos meses: silencio. Y en cambio, a pesar de que es mi culpa, y por supuesto que ambos somos conscientes de ello, él sigue volviendo a mí.

—Naruto, tengo un examen importante mañana.— Es todo lo que mi boca puede articular. Eso, de alguna manera es "esta noche no te puedes quedar a dormir", y es tan difícil dormir sin él cuando mi cuerpo se ha acostumbrado a su calor y a sus extraños y mortales movimientos mientras duerme, que a veces siento que necesito un bote completo de pastillas para dormir, para finalmente conciliar el sueño.

En cambio, él no grita o protesta como las otras veces, solo sigue sosteniendo el papel con fuerza entre sus manos, y asiente sutilmente.

—Claro. Examen.— Yo asiento de vuelta ante su bajo tono, y tengo que apretar mis manos en puños para no sostenerlo entre mis brazos y decirle que de alguna manera todo irá bien, que me libraré de estos sentimientos que no corresponden a la amistad, y que todo volverá a ser lo mismo.

Excepto que no lo será.

—Sí, examen.—Hay una larga pausa mientras pasamos por el parque, levemente iluminado por la puerta de sol que nos alcanza de fondo. —Tengo que irme.—Lo digo rápido, como si estuviese quitando una tirita adherida a mi piel, rápido y doloroso, pero no lento y mortal. Intento no mirar los ojos color cielo manchados con tristeza y añoranza, porque sé que daré un paso atrás y cederé a él, como siempre he hecho de aquí hasta tiempo atrás. Pero esta vez no cederé, no puedo poner nuestra amistad en riesgo.

Me doy la vuelta, tomando el camino en dirección contraria a mi hogar, pero es que no puedo seguir a su lado. No sin coger su mano y entrelazar nuestros dedos, no sin acercarme tanto a él que nuestros hombros choquen a cada paso, no sin una conversación cargada de argumentos y preguntas tontas, y sonrisas por doquier. No puedo.

Pero entonces pasa.

Él corre detrás de mí y sus brazos se enredan en mi cintura por detrás y siento como frente se apoya en la parte posterior de mi cuello. Tiemblo ante el contacto por el hormigueo que produce en mi piel. Por la añoranza que trae con un mero gesto. La necesidad del toque de Naruto es algo de lo que no me había percatado hasta que lo distancié de mí, pero ahora, en los últimos meses, me he dado cuenta de que era algo tan frecuente entre nosotros, que realmente es una de las cosas de las que más me está costando no extrañar. Igual que su presencia por las noches. O su forma de subir el ánimo en cualquier situación y en cualquier momento. Bueno... en realidad, todo Naruto es difícil de dejar atrás.

Y es por eso que me tengo que repetir muchísimas veces que hago esto en favor de nuestra amistad.

Los amigos no tienen los sentimientos que yo tengo por él.

—Dobe, ¿qué haces?—Pregunto, para después dejar salir un suspiro demasiado tenso. Sin embargo, me permito disfrutar de sus brazos alrededor mío durante unos minutos más, con la excusa de que probablemente sea la última vez hasta que me desenamore de él. ¿Te puedes realmente desenamorar de alguien cuando está en todos los aspectos de tu vida? ¿Toma mucho tiempo? Duele estar separado de él.

—He aprobado física.— Es todo lo que responde. Y su tono es tan triste que quiero hacerlo reír a carcajadas, como siempre. Quiero hacerle sentir bien. Quiero abrazarlo. Quiero asegurarle que esto no durará mucho tiempo. Quiero... quiero decirle que le quiero, y que todo irá bien.

Pero no lo hago.

—¿Y?—Las palabras son doloras incluso para mí, porque sé cuanto le ha costado aprobarle. Sé cuanto hemos luchado -sí, ambos, porque antes de tomar mi decisión, pasábamos casi dos horas diarias estudiando física-, sé cuanto esfuerzo ha puesto en ello para aprobarla y, como a pesar de que no se le daba nada bien, lo hacía por mi, para que estuviese feliz por él.

Se tensa, presionando aún más sus brazos contra mi estómago, pegándome completamente a él. Quiero cerrar los ojos y disfrutar de esto, pero no puedo. Está mal. Y es terriblemente doloroso.

—Nada. Lo siento.— Y finalmente me suelta, a pesar de que cuando me doy la vuelta, sus ojos gritan miles de palabras.

"Está bien, es por nuestro propio bien. Por nuestra amistad"

Él se aleja sin mirar atrás de nuevo, y yo tengo que repetirme esa misma frase tres veces más antes de poder finalmente seguir mi camino.

Pero sigue doliendo demasiado.

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¡Feliz año 2018! Ojalá tengan un gran año de cosas bonitas y sean muy, muy felices :D 

Espero que les haya gustado este capítulo -uh, el drama :v-, y el lunes haré todo lo posible para subir el siguiente capítulo y hacer un pequeño 'maratón', según el apoyo que reciba, para intentar ponerme al día con la historia, que llevo bastantes capítulos revisados y listos para subir. 

Nos vemos en los comentarios ~ ^_^