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Carlos:
En cuanto toca la campana que indica el principio del recreo. Me voy a reunir con Mateo pero veo que esta con Carla, la chica que le gusta, así que decido irme de allí.

Voy hasta detrás del polideportivo donde me siento en una roca y me pongo a pensar. Desde que mis padres se divorciaron es algo que hago a menudo.

Normalmente pienso sobre lo que pudo causar que se dejaran de querer y que me dejaran de querer a mi pero, hoy me dedico a pensar en ella.

Todavía no me se ni su nombre,  se lo podría haber preguntado pero no se me ocurrió. Resulta que tengo muchas cosas en común con ella. Me encantaría conocerla más, es una de las pocas personas que me cae bien.

Un ruido me trae de vuelta a la realidad. Son gritos. En seguida distingo una de las voces, Thomas.

Salgo de allí lo más rápido que puedo sin hacer ruido. Lo último que quiero es tener que sufrir sfus estupideces, ya tengo muchos líos en mi vida como para sumarle esta.

Llego hasta mi edificio y entro. Pasa una clase tras otra hasta que por fin puedo salir e irme casa. Me despido de Mateo y voy a la parada del bus.

Pasa al cuarto de hora y me dirijo hacia ella cuando veo que ahí está Oscar. No se que hacer. Ella me dijo que la siguiera el juego en todo momento pero eso fue ayer.

-Hola cariño. - Decido seguir pretendiendo ser su novio. - Tu eres el de ayer ¿no?

-¿Lo ves Oscar? No es un engaño. Realmente estamos saliendo. - dice ella. Menos mal que he decidido hacer esto que si no...

-Si, tenías razón. Igualmente piensa en dejarle. Yo soy mejor. - Y dicho esto le giña un ojo y pasa a mi lado empujandome y yéndose por fin del bus.

Ana:
-Lo siento, muchísimas gracias. Está loco. Le va todo el día diciéndome que tu eras una escusa para ligar con el y no se que. No se como agradecerte lo que has hecho.-Mis palabras suenan muy apresuradas y dudo que me haya entendido cuando dice.

-Nada, dijiste que tenia que fingir pasara lo que pasase así que...

-De verdad, esta rarísimo últimamente. ¿Sabes? Antes no quería que me pidiese salir por miedo a perder su amistad pero ahora sería incluso un alivio perderla.

-Si fuese otra persona me daría pena pero es que este chico no tiene remedio, y eso que casi no lo conozco.-dice mientras se ríe.

-Esto le ha cambiado mucho supongo que lo de ser popular se le ha subido a la cabeza y que te rechace alguien nada popular no le ha debido se sentar muy bien.

-Yo creo que le ha sentado como una patada en los huevos, con perdón.-Yo me hecho a reír, no ha dicho ni un taco y ya se disculpa, es mas mono...

-Pues seguramente.-Respondo. Miro por la ventana. Todavía quedan unos diez minutos para bajarnos y no quiero quedarme en un silencio incómodo.-Si quieres, podemos seguir jugando pero en vez de intentar adivinar algo simplemente preguntamos.

-Vale, no tengo nada que perder. Empieza tu que no se me ocurre nada.-me dice con una gran sonrisa.

-Mm... ¿Que prefieres: dinero, amor o salud?

-No se, o amor o salud. Supongo que si tuviese que elegir sería salud porque para estar sano necesitas amor.-Yo opino lo mismo pero no se lo digo.

-Te toca preguntar.-Digo para romper el silencio que se ha creado.

-Ya, ya, es que no se me ocurre nada. ¡Ya sé! ¿Cuantos crushes has tenido?

-¿Que conozca o que no conozca?-Espero que diga que conozca porque no puedo contar los otros.

-Que conozcas, los otros no cuentan.

-Para mi si que cuentan.-digo poniendo una mueca.-Pues supongo que he tenido uno. O sea, me ha gustado más gente pero no han sido mis crushes. Igual, me arrepiento muchísimo de haber tenido ese crush así que para mi no cuenta. 

-Ya, es que un crush va muy en serio. Te toca preguntar. - Tengo una pregunta que quiero hacerle pero no me atrevo. Pienso que es mejor no preguntarle pero mi boca decide lo contrario.

-¿Que sentiste cuando me viste por primera vez?

El chico del busDonde viven las historias. Descúbrelo ahora