Capítulo 1

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Samantha era una mujer inteligente, fuerte y hermosa. A los 22 años sabía muy bien lo que quería y como lo quería .
En 2015 las mujeres eran cinicas, seguras de sí mismas y lo más importante es que eran poderosas.
Samantha había crecido en Buenos Aires, más específicamente en Retiro, la villa o barrio más peligroso de Argentina, El Fuerte Apache. Habían pasado muchas cosas. Comenzó como ladrona de carteras y terminó en Nueva York robando joyas y antigüedades, claramente se ganaba mucho más con eso que con carteras.

- Sammy iremos a un bar este fin de semana, ¿quieres ir con nosotros? - Pregunto Selena, una compañera de trabajo.

Estaban todas las compañeras con las que trabajaba en el cuarto que tenían para descanso, la mayoría de las muchachas hablaban español, el grupo era en su mayoría mexicano, a excepción de una chica ecuatoriana y ella misma. Samantha había terminado su turno y ya se estaba preparando para irse.

- Gracias por la invitación. Pero tengo trabajo que hacer.

- ¿Acaso nunca dejas de trabajar? - Le preguntó Jennifer, otra compañera, acercándose a ella le pasó un brazo por los hombros.

Samantha sintió la necesidad de quitársela de encima de un empujón. Sentía cierta reticencia a que la toquen otras personas, a menos que ella lo permita. Sonrió de forma amable y se zafó de su abrazo de forma amable.

- La verdad es que me gustaría mucho salir, pero me falta una semana para terminar el curso de Adiestradora, y quiero poder recibirme con honores, así tendré más ofertas de trabajo.

- Estás en Nueva York, estamos viviendo el sueño americano. Se un poco libre, Sammy. Desde hace un año y medio que trabajamos juntas y nunca hemos compartido nada más que esta habitación.

Samantha sonrió de forma pesarosa y habló con un tono conciliador y a modo disculpa.

- Te prometo Jenny - Dijo recordando el diminutivo de la mujer. - Que la semana que viene voy a salir con ustedes. De hecho las invito a todas a comer y luego iremos a un bar a emborracharnos. Si terminó con honores me devolverán una parte de la matrícula que pague, ese dinero lo tengo libre. ¿Que dicen?

Escuchó las exclamaciones de alegría y se obligó a quedarse un rato más, escucho planes, chacharas y posibles lugares para comer, baratos claro.

- No importa chicas. Vayamos a un restaurante lindo, que te atiendan bien, con buena comida.

- Los restaurantes así son caros.

- No importa. Ustedes no se preocupen por la plata, después de un año y medio trabajando y sin salir a ningún lado, tengo lo suficiente ahorrado.

Veinte minutos después, un horario inusual en ella, salió del cuchitril donde trabajaba cuatro horas, su coartada perfecta. ¿quién iba a pensar que una simple telefonista iba a tener una fortuna en bancos de las Bahamas y cada día se iba engordando más su cuenta bancaria? Si una la miraba nadie iba a sospechar de una mujer que trabajaba 3 días de Telefonista, dos limpiando casas y los otros días estudiando adiestramiento de perros. A simple vista, era una corriente mujer que se rompía el lomo para poder salir adelante. Vivía en un pequeño piso en el Bronx, tomaba el metro para llegar a su destino y nunca tenía un solo centavo de más . Una mujer que no levantaba sospechas, corriente y trabajadora. Un metro sesenta y cinco, cuerpo esbelto, pelo castaño claro y corte carre, con el lado izquierdo rapado, ojos marrones, brazo derecho todo tatuado y otras partes de su anatomía también. Pero en 2015 ¿Quien no tenía un tatuaje? Sin embargo, bajo esa fachada se encontraba una mujer ambiciosa, inteligente, obsesionada con su físico y una ladrona buscada por el FBI.
Una ladrona con varios nombres y apellidos, nacionalidades, y aspectos. Sammy, como le gustaba que la llamen, era una experta maquillista, se convertía en diferentes personajes dependiendo del país y lo que debía robar. Casi siempre viajaba al viejo continente para robar bellas piezas, muchas joyas con historias hermosas.
Se fue al almacén donde guardaba sus cosas y preparo algunas cosas q iba a necesitar para irse a Londres. Había una muestra de joyas en el buckingham palace y ella le había echado el ojo a una bella diadema de zafiros. Planeaba robarla y venderla a un coleccionista conocido, viejo cliente. Preparó un pequeño neceser con mucho maquillaje (nunca había suficiente), unas barbas de hombres, unos bigotes, un par de pelucas, dos pares de lentes de contacto para los ojos. Los suyos eran marrones, estos eran verdes. Se llevó un traje de hombre, y guantes de cabritilla. Y muchos guantes de latex. Cómo iba a ir en avión debería comprar sus armas allí . Nunca jamás las había usado pero siempre estaba más seguro por si las dudas. Preparó su valija con el resto de su ropa, en una caja de madera con madreperla y un tallado hermoso , guardó unas joyas que valían bastante. Además metió en el cajón escondido una diadema de zafiros, con incrustaciones de diamantes, era una pieza hermosa, tenía siete preciosas piedras, una central, un zafiro azul bordeado con diamantes, y tres a cada lado, con sus respectivos diamantes. Dos preciosos aretes que hacían juego con la diadema, un par más de joyas, metió todo en una caja de regalo y partió rumbo al aeropuerto.

Amor a través del tiempo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora