"His Daughter" La Hija De Gaara [Editando]

010 | Perdida

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Ameryuu caminó por el bosque ubicado a las afueras de la Hoja, después de un largo día con sus hermanos, quería tener un poco de tranquilidad para sí misma.

—¿Qué está haciendo una pequeña Tatsuya aquí afuera en una noche oscura?—Preguntó una voz misteriosa, tomó una postura defensiva mientras intentaba encontrar a la persona

—¿Realmente estás a la altura de tu nombre, verdad?— Preguntó de nuevo cuando le arrojó un cuchillo kunai, ella agarró el cuchillo y colocó una bomba de papel y la arrojó en la misma dirección en que se dirigió hacia ella.

—Buen intento, Ameryuu, pero necesitarás más que eso para derrotarnos.— La persona salió de las sombras.

—Invocación: Gran Draco— su dragón rugió mientras atacaba al enemigo, pero él se había movido en el último minuto haciendo que su dragón se estrellara e inmovilizara. Usando su arena había intentado atacar a su oponente, pero él debía apresurarla para que la atrapara.

—¿Eso es todo lo que tienes Tatsuya? Qué pena que quisiera jugar contigo un poco más de tiempo. Bromeó haciéndola enojar.— Se quitó la camisa revelando un top negro que cubría su pecho, su piel estaba llena de marcas negras, una brillante 'x' cubría su rostro. Su chakra se había puesto rojo.

—bien, hagámoslo a tu manera.— Él sonrió mientras veía su cabello flotar debido a su tremenda cantidad de chakra.

—Dragon: 8 Palmas.— Se teletransportó a donde estaba y golpeó sus puntos de chakra ocho veces.

—Eso no servirá.— dijo mientras una serpiente se envolvía alrededor de todo su cuerpo, desde arriba de ella, ella vio cómo llegaban los rayos y la golpeaban haciéndola perder el conocimiento.

—Tienes a la chica, vamos Mitsuki.— Él agarró a Ameryuu y la llevó lejos del pueblo de la Hoja

—M-m-mit ... suki ..?—Tartamudeó cuando abrió los ojos.

—No te preocupes mi amor, te tengo ahora.—murmuró mientras la luz de la luna brillaba en su rostro cansado.

Había pasado unas horas y Ameryuu todavía estaba desmayada. Mitsuki estaba admirando sus rasgos faciales de la pelirroja. Giró su cabeza a un lado exponiendo su cuello hacia él.

Lentamente el le presionó un pequeño beso a su cuello y luego lamiendo el mismo lugar que había besado antes de morderlo. Observó cómo su rostro se contorsionaba de dolor. Quitándose su kimono de dos tonos, la vistió con ella debido a que ella le quitó la camisa durante su pelea.

—Ahí estas, ahora no tendrás frío.— Le dio un beso en la frente mientras se recostaba a su lado.

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Gaara se paró frente a Naruto, sus ojos tenían ira, quizás tristeza, sus brazos cruzados. —¿Explica por qué uno de tus shinobi se llevó a mi hija?— Su voz retumbó en la pequeña habitación, claramente enfurecida por la situación.

—Ojalá hubiera sabido esto antes de Gaara, Shikamaru me acaba de informar sobre esto hace un momento". Naruto trato de explicarse

—Secuestrar a mi hija es un acto de guerra y no dudaré en hacer nada en mi poder para traerla de vuelta a salvo.—

—Gaara, debes calmarte, si Ameryuu fue secuestrada, ella ya habría estado aquí, ¿y qué te hace estar tan seguro de que no fue con él por su propia voluntad?— Le preguntó Shikamaru

—¿Cómo te atreves a hablar así de tu propia sobrina! No es tonta por irse sin razón.— Gaara se defendió

—Enviaré ninjas para que la busquen a ella y a Mitsuki, te informaré si surge algo.—

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Ameryuu se había despertado, su cabeza descansaba sobre el omóplato de Mitsuki. —¿Estas despierta? Deberías volver a dormir ya que está oscureciendo pronto.— Él le susurró, con toda la fuerza que pudo reunir ella se apartó de él.

—¿Qué ... quieres ... conmigo?.—Tropezó, quitándose el kimono y levantándose lentamente del suelo frío.

—Deja a la niña morir aquí o llévala con nosotros.— dijo uno de ellos.

—Arrena: terremoto en tierra .— el suelo se abrió por debajo de ellos, usando algo de la arena que había se teletransportó lejos de ellos.

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—... Ameryuu ... Ameryuu ... despierta ... por favor.— lentamente ganando conciencia, abrió los ojos

—Shikadai ..?— Ella susurró. Shikadai la miro, su rostro estaba sucio gracias a la arena, pero él la abrazó y le besó la coronilla.

—Estoy tan aliviado de que te encontramos— ella sonrió, conmovida de que él estuviera preocupado por ella