Capítulo 3

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Jungkook arrastró a Jimin y a Taehyung detrás de un coche verde que había en el pequeño aparcamiento. Por suerte, ningún zombie les vio, ya que la mayoría se dedicaron a ir hacia donde veían luces o había más ruido. Hacía frío, los chicos no lo notaban, pero no paraban de temblar. La noche en aquel lugar daba miedo, apenas había farolas, así que toda la iluminación que había, provenía de las diferentes casas de aquella pequeña urbanización y de la luna. La mayoría de esas casas se alquilaban para fiestas, aunque también había algunos almacenes y garajes. Era un antiguo barrio algo extraño, un proyecto de urbanización de hace años que no triunfó.

-Unas casas más arriba, una hermandad había montado una fiesta, tardarán unos 15 minutos en llegar a esa casa y matar a todo el mundo de ahí, tenemos que hacer algo - Dijo Taehyung.

-Sí, huir ahora que tenemos suerte de que haya una distracción.

El castaño se giró para poder ver a su amigo, no podía creer que realmente hubiera dicho algo así. Ellos no conocían a nadie de aquella hermandad y veía la lógica de lo que decía el joven, pero no podía permitirse el quedarse quieto ante aquello. Una sola llamada, un solo aviso, una sola palabra y podría significar salvar muchas vidas, vidas probablemente inocentes, aunque para Taehyung todo el mundo era inocente.

-Pero no podemos huir de aquí sin avisarles si quiera, ¡morirán!

-Si vamos, moriremos nosotros y ellos. Hyung, piensa, no tenemos armas, no tenemos información, ni vehículo, ni plan...deberíamos seguir carretera abajo, está oscuro y si no hacemos ruido no vendrán a por nosotros, algunos han ido dirección a la ciudad, pero los matarán antes de que entren, así que sigamos a esos wendigos a cierta distancia y luego pedimos ayuda a los policías.

-¡Jungkook! Que no son wendigos, deja de llamarlos así, me pone de los nervios...

Taehyung y Jungkook seguían discutiendo. Mientras, Jimin no podía dejar de pensar en lo horrible que era todo eso, en cómo se había torcido todo casi sin darse cuenta, en la persona que había matado. Un brazo, se le dislocó el brazo, lo tenía colgando y ni si quiera hizo el amago de sentir dolor. ¿Cómo podía ser? ¿Acaso era real? ¿Lo que estaba pasando era real?

Lo era, comprendió, y entonces las preguntas cambiaron. ¿Qué iban a hacer? ¿Dónde estaba su madre? ¿Cómo iban a superar todo eso? porque iba a terminar, las autoridades les iban a ayudar... ¿No?

Un escalofrío recorrió su cuerpo, tensándolo, estremeciéndolo.

-Chicos...- Susurró el pelirrosa.

-Es que no entiendo cómo quieres que los llame, son humanos que están comiendo humanos, pues wendigos chungos de toda la puta vida.

-¡Que no, que son zombies! Sé que es absurdo, pero cualquier cosa que pensemos se vería surrealista. Además, no creo que se hayan vuelto wendigos porque en casa de todos esos chicos se promueva el canibalismo y encima se han contagiado todos por los mordiscos y cuando han muerto, por el amor de dios.

-Chicos...- Dijo Jimin, esta vez un poco más fuerte.

-¿Entonces es un virus de esos lo que ha provocado esto? Venga ya, ¿qué clase de virus hace que, literalmente, SE TE DISLOQUE UN HOMBRO PERO SIGAS ATACANDO A UNA PERSONA QUE NO TE HA HECHO NADA PARA COMÉRTELA?

-Pues no lo sé, en las series siempre es un virus, el T-17 el D-19, o que sé, la verdad, es que yo tampoco entiendo nada. ¿Sabes? Nunca pensé que tuviera que golpear a nadie que intentaba comerse a mis amigos, PERDÓNAME LA VIDA OH GRAN SABIO JUNGKOOKIE

-¡CHICOS! - Gritó, por lo que ambos callaron.

Jimin señaló el camino que llevaba hasta la fiesta de la hermandad. Unos 20 adolescentes vestidos con disfraces cutres, llenos de sangre y con heridas estaban bajando por la cuesta de forma torpe y desesperada. Algunos de ellos les faltaba gran parte del cuerpo o, más bien de la carne. Se los habían comido. Se los habían comido pero seguían bajando la cuesta. Ninguno de los tres chicos imaginó en su corta vida que vería algo así. Gente desangrada, cuerpos desmembrados que seguían moviéndose, arrasando todo lo que había entre medias de su objetivo. De un instante a otro, una calle que, aunque abandonada, era bonita y llena de plantas y paredes blancas, se había teñido de dolor y gritos, de sufrimiento, de rojo.

Blood, sweat and tears. // YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora