Salió corriendo con toda la fuerza de sus piernas, llegó a la marca de 50 metros, aceleró lo más rápido posible, pero pasando los 150 metros planos perdió el equilibrio y cayó al suelo con la cara por delante, undió su barbilla en el pasto, no pudo ni siquiera poner las manos por delante, lo llevaron a la enfermería debido a que tenía rasguños, está de más mencionar que sus compañeros se rieron de él, sería el bocadillo todo lo que restaba del segundo año.
- La buena noticia es que no es un rasguño grave, sanará para el lunes, cuando tengas 17- dijo la enfermera.
"Eso me recuerda a la conversación de el otro día"
-¿Cómo sabe eso? - preguntó Owen
-Años de práctica, no es algo grave.
- No, me refiero a mi cumpleaños.
- Ah, pues, acabo de ver tu archivo y me marca que es el 21 de octubre.
- Oh, cierto, lo olvidaba, entonces, ¿ya puedo retirarme?
- Claro, nos vemos después.
El chico salió de la enfermería y se dirigió a su salón, al entrar vió que todos estaban platicando con sus amigos, tenían hora libre, al parecer la profesora de Lenguaje no había asistido, tomó sus cosas y avonzó a la salida, pero Brandon estaba ahí, seguramente ya había preparado una serie de burlas para aprovecharse de Owen, y efectivamente, lo había hecho.
- ¿Qué te dijo la doctora? ¿Qué dejaras de querer robarle un beso al suelo? - dijo Brandon, sin embargo no hubo respuesta, pues Owen traía puestos los audífonos, no escuchó al gorila que tenía a metro y medio. Brandon lo tomó con fuerza del cuello de la playera.
- ¿Me estás ignorando? - Nuestro escuálido amigo se quitó los audífonos con algo de miedo.
- Perdona, ¿qué dijste?
- Dije, ¿me estás ignorando?
- No, para nada, emm, ¿podrías soltarme? tengo que ir a la biblioteca
- Te dejaré ir si te arrodillas ante mí, delante de todos - para este punto todos los estaban viendo.
- Mira, lo estoy pidiendo por las buenas, por favor déjame ir.
- Ah, ¿acaso quieres pelear?
- No, sólo quiero que me sueltes y me dejes ir, no te he hecho nada, no hay razón para pelear.
- Entonces tienes miedo.
" Ojalá lo que tienes de problemático lo tuvieras de inteligente" pensó Owen
- Si es lo que quieres oír, sí, tengo miedo, ¿ya me vas a dejar?
- Claro, pero antes...
Bradon le lanzó un golpe directo a la cara, pero, Owen no se inmutó, parecía que no sintió el impacto, a pesar de esto, su mejilla izquierda estaba inflamada, sólo así lo dejó en paz, Owen se puso la capucha de su sudadera y se fue a la biblioteca, saludó al encargado y este le devolvió el saludo, notando la actitud de Owen, el bibliotecario se fue a sentar con él.
- ¿Qué te sucedió en la mejilla?
- Me caí en esducación física.
- Vaya, no sabía que el pasto golpeara tan duro.
- Pues lo hace.
- Bueno, entonces debes hablar con el pasto para que no te golpeé tan fuerte.
- Je, el pasto no entiende.
- Entonces hazlo entender.
- Por qupe me está diciendo esto?
- Oye, yo también era maltratado por mis compañeros, y lo que he aprendido, es que hasta que no les pongas un alto, no pararán de hacerlo.
- Gracias por el consejo, lo tomaré en cuenta.
- Bien, hazlo, mos vemos después.
- Sí, gracias.
El bibliotecario se fue y no dijo nada más.
"No me gusta lastimar a las personas", se dijo a sí mismo nuestro chico, tocaron el timbre y salió de clases, cuando llegó a casa su madre no estaba, aun no llegaba, revisó su teéfono y vió que tenía un mensaje de ella.
"El alcohol está en la mesa, ponte una gasa en esa mejilla, regreso más al rato, con amor, mamá."
- ¿Cómo sabe eso? Debe ser la intuición femenina.
Dos días después, su herida estaba casi curada, sólo quedó una pequeña apertura y un moretón pequeño.
- Mañana es tu cumpleaños, ¿qué quieres comer?
- Lo que sea está bien mamá.
- ¿Qué te parece si vamos a comer hamburguesas?
- Me parece bien, además, necesito esa grasa. - dijo Owen riéndose junto con su mamá.
Al día siguiente se levantó, se aseo, se miró al espejo y efectivamente, no había rastro ni de el rasguño ni del golpe, habían desaparecido completamente, Owen sonrió y se fue a la escuela, ahí lo estaba esperando Brandon de nuevo.
"Ah, ya se está haciendo costumbre" pensó
- Hola Owen, se ve que ya te recuperaste, ¿quieres otro golpe?
- Hola Brandon, no, no quiero otro golpe.
- Entonces arrodíllate ante mí, admite que soy superior.
- Eres superior, lo admito, pero no me voy a arrodillar.
Ni siquiera había terminado de decir esto cuando sintió otro golpe en la misma mejilla, el impacto lo tumbó, pero se levantó de nuevo.
- Respuesta incorrecta. - dijo Brandon mientras sonreía.
La mirada de Owen cambió repentinamente, esos ojos color café dorado cambiaron a un tono más oscuro, frunció el ceño y se abalanzó encima de Brandon, durante unos minutos Owen pudo hacerle frente al gorila de casi dos metros que era Brandon, todos pensaban que el malo del salón ganaría, pero se llevarían una gran sorpresa al ver que el delgado cuerpo de Owen pudo cargar a Brandon y arrojarlo contra el escritorio.
- ¡De hoy en adelante no me molestarás ni a mí ni a nadie más en esta escuela! - gritó Owen, quién después pasó a sentarse en su butaca, la que estaba más al rincón, lejos de la puerta y lejos del profesor, quien aún no llegaba.
Tras unos minutos Brandon se reincorporó adolorido de todo el cuerpo, nadie se podía explicar qué había sucedido, nadie dijo nada, pues, si lo hacían, también meterían a Brandon en problemas, después llegó el maestro e inició la clase, el día rascurrió con más paz y calma de lo normal, al salir, Owen se dirigió a casa lo más pronto posible, su madre ya estaba lista para salir, pero al ver la cara de su hijo pensó que algo andaba mal.
- Mamá, debo decirte algo
- ¿Lanzaste a alguien por los aires?
Owen se quedó sin habla
- ¿C, c, cómo lo sabes? - preguntó tartamudeando.
- Bueno, hijo, es hora de que conozcas la verdad, la razón por la cuál tu padre se fue...
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LA GUERRA ETERNA
FantasyOwen es un adolescente que al cumplir 17 años se ve incluido en un enfrentamiento que tiene siglos de haber comenzado, ¿SERÁ ÉL CAPAZ DE PONER FIN A ESTA GUERRA?