- Tu padre no era un vago ni una persona irresponsable como yo te lo había dicho, él, ah, es difícil de explicar, pero lo intentaré, desde hace mucho tiempo comenzó una guerra entre las fuerzas del bien y las del mal, entre ángeles y demonios, como sabes, siempre debe de haber un equilibrio en el universo, por este motivo, los demonios fueron encerrados en el centro de la Tierra, mientras que los ángeles tuvieron derecho a elegir si querían vivir con nosotros o regresar al cielo, con la condición de que si llegara a abrirse la barrera, ellos regresarían para mantener ese equilibrio, cada uno de ellos fue eligiendo, como no eran muchos, se crearon a los humanos para hacerles compañía, y, como sucede naturalmente, tuvieron hijos y esos hijos tuvieron más hijos, y así se creó todo, sin embargo, de vez en cuando nace un híbrido entre ángel y humano, son llamados cazadores algunos tardan más que otros en desarrollarse, tu padre era uno, se fue porque la grieta se volvió a abrir, él fue a protegernos, y ahora, tú teniendo 17 años, acabas de empezar a desarrollar tu mitad ángel, pronto, si no es que ya, podrás encender tu cuerpo en fuego, debes calentarte para que las piezas de armadura se amolden a tu cuerpo.
- ¿Armadura?...
- Sí, tienes una armadura, la necesitan para pelear, si no, sería muy fácil que te eliminaran, por cierto, alguien vino a verte.
CAPITULO 2
APRENDIENDO A DOMINAR LA VELOCIDAD
La madre de Owen hizo un gesto con la cabeza indicando que esa persona se acercase, era el bibliotecario.
- Hola Owen, soy el señor Knight he estado vigilándote todo este tiempo, desde que eras pequeño, yo era compañero de tu padre, luché con él incontables veces, espero que hayas heredado su persistencia a la hora de pelear, era una fiera, pareciera que en vez de mitad ángel fuera mitad demonio, le decían el demonio blanco, pero bueno, te estoy abrumando, creo que ahora necesitas preguntar, ¿no es así?
- Sí, tengo muchas dudas, en primera, ¿por qué estás aquí en lugar de estar con mi padre?
- Verás, hay dos tipos de cazadores, los que cazan demonios y los que cazan ángeles, a un cazador no lo puede matar, ni dañar un ángel o un demonio, forzosamente tiene que ser otro cazador, a mí me clavaron una espada en el pecho, pero no perforaron mi corazón, la regeneración que poseemos hace que la herida ni se vea, pero, como fue un cazador el que me atacó, la herida no sana por completo, sólo puedo pelear una última vez y pienso hacerlo para terminar esto.
- Ok, eso ha de haber dolido y mucho.
- Demasiado, diría yo, ¿qué otra pregunta tienes?
- Déjeme pensar, ¿es forzoso ir a pelear?
- ¿Quieres que tu madre siga viva por mucho tiempo?
- Claro que sí, es mi madre y la amo.
- Entonces tendrás que pelear para que siga tal y como la vez.
- Bueno, en vista de que no hay otra opción, ¿cuándo inicio mi entrenamiento?
- Desde hoy, si dejamos que pase más tiempo no podrás controlar esas flamas ni esa fuerza, vi cómo arrojaste a ese compañero tuyo, sé que se lo merecía, pero no puedes ir por ahí aventando gente a diestra y siniestra.
- Je, je, je, está bien, ¿dónde voy a entrenar?
- Dado que aquí vas a destrozar todo, iremos a la academia de cazadores.
- ¿Tienen una academia?
- Sí, conocerás a más gente retraída como tú, pero en algún momento deberán hacerse amigos o al menos hablarse, el trabajo en equipo es importante si no quieres acabar con marcas de garras por todo el cuerpo.
- Aguare un momento, iré a mi cuarto por mis cosas, no hace falta, se entra a la academia por tu armario.
- ¿Cómo en Narnia?
- ¿Qué? ¿No se te ocurrió algo más que Narnia?
- Ammmm, no.
- Ah, estos chicos, bueno, vámonos, Elizabeth, te lo traeré en la mañana.
- Adiós mamá, regreso mañana.
- Cuídate mucho Owen, te quiero en una pieza. – dijo la mamá de Owen
- Todo depende de qué es lo que me pongan a hacer.
Subieron al cuarto de Owen y abrieron su armario, entraron y cerraron, un destello blanco que cada vez se hacía más grande deslumbró sus ojos, los cerró, y al abrirlos de nuevo vio que estaba en una especie de tienda, salieron y después siguió al señor Knight, estaban en una especie de bosque, al caminar unos cuantos metros se podía ver entre la espesura de las plantas una edificación color blanco.
- Esa es la academia. – dijo el señor Knight.
- ¿Se supone que ese edificio aguantará las detonaciones de energía?
- Sí, ha aguantado por más de 5 mil años, aguantará lo que sea que venga, al menos eso dijeron los ingenieros, bueno, vamos que se hace tarde.
- Espere, hay algo en lo que no pensé, ¿cómo voy a ir a la preparatoria en la mañana y vendré a estudiar en las noches sin dormir?
- Tu cuerpo no necesita dormir desde ahora, desde que tenías 15 duermes mucho, ¿no?
- Sí
- Es porque tu cuerpo se preparaba para esto, ahora, el sol te prooverá de la energía que necesites, pero cuidado, si absorbes energía por más de 30 minutos cuando el sol esté en su punto más alto podrías quemarte y eso, amigo, no es nada bonito, ¿entiendes?
- Ok, lo anotaré en mi libreta.
- No traes libreta
- Era un decir.
- Ah, no entiendo a los jóvenes, bueno sigamos adelante.
Una vez llegaron a la fortaleza entraron por la puerta principal y el señor Knight le explicó a Owen cómo iba a iniciar su entrenamiento.
- En primera, vas a correr estos trescientos metros sin caerte como la última vez, no corras ni tan rápido ni tan despacio.
- Eso será sencillo
- Si, cuidado con la cabeza.
- ¿A qué se refiere con eso?
- Pronto lo sabrás
Owen no entendió eso pero tomó su lugar, cuando sonó el silbato del señor Knight se echó a correr lo más rápido que pudo, haciendo caso omiso al consejo que le habían dado sobre no correr tan rápido, esto causó que sus piernas, al ser mucho más fuerte que antes, se desequilibraran y se diera un clavado directo a la tierra.
- Creí haberte dicho que no corrieras tan rápido.
- Usted no me comentó nada sobre esto.
- Dicen que nadie escarmienta en cabeza ajena, ahora que sabes lo que pasa si corres a toda velocidad vuelve a tu posición e inténtalo de nuevo.
Y así fueron una tras otra, tras otra, tras otra caída, hasta que Owen se desesperó y corrió aún más fuerte por el enojo, lo que provocó que fuera a dar quinientos metros más allá de la línea de los trescientos metros.
- Ah, este chico me va a dar muchos problemas. – pensó el señor Knight antes de ir a levantar a Owen. – Vamos chico, aún no empezamos con lo más pesado...
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LA GUERRA ETERNA
FantasyOwen es un adolescente que al cumplir 17 años se ve incluido en un enfrentamiento que tiene siglos de haber comenzado, ¿SERÁ ÉL CAPAZ DE PONER FIN A ESTA GUERRA?