La habitación estaba bastante oscura, como debería en un sábado por la mañana, albergando paz y felicidad en su interior, sobretodo por la figura de un Uchiha durmiendo plácidamente.
La calma del cuarto era tan latente que ni siquiera se perturbo por el ruido de la puerta al abrirse, sigilosamente corrida por Hatake Kakashi, quien limpiaba una mancha de harina de su rostro.
Terminada la acción, abrazo un poco su cuerpo, apenas protegido de la intemperie del lugar por una camisa holgada, propiedad de óbito, y su misma ropa interior.
Caminó vacilante hasta la cama, sonriendo al ver roncar a esa irritante belleza de persona que hoy era el cumpleañero.
Su cumpleañero.
-Óbito, despierta por favor.- llamó con ternura, sacudiéndose un mínimo el frío sin obtener mayor respuesta que un ronquido que lo hizo enfriarse más.
Y es que con el pelinegro ahí enroscado entre las cobijas daban ganas de hacerse bola, pegándose cual pingüino.
"Si no puedes con el unetele" gritó su mente, pero este no era el caso. Necesitaba levantarlo ya.
-Bobito, despierta. - arrastró el pedido, picando con suavidad la mejilla de su compañero de vida, este tan solo se giró boca arriba, exasperando a su albino.
Se sentó con cautela, probando de nuevo con un tono de voz mas elevado, sin mucho éxito.
Normalmente, luego de dos o tres llamados, el ojinegro se sentía con derecho de darle un almohadazo en la cara, basado en el argumento de que aquel poseía un sueño duro.
El problema era que si hacia eso, el chico terminaría cayéndose al suelo y no seria para nada el día que su brillante cerebro planeó antes de pasar un buen rato en la cocina,de modo que necesitaba un plan diferente.
Reclinó su cuerpo, rozando suavemente con sus labios los de óbito y repitiendo su demanda.
De nuevo, únicamente provocó un ronquido.
Llevó la mano derecha a su cien, masajeandola para no perder la paciencia aunque mucho le costaba.
Haciendo recabo de fuerzas, decidió que era buena idea usar la persuasión.
Poniéndose de pie, con suma delicadeza, trepó en el colchón apenas moviendolo con su peso y una gran ligereza de acción. Levanto la mirada, topándose con los ojos cerrados del mayor que seguía descansando.
Continuo su recorrido, gateando sigilosamente hasta tener que abrir un poco su compás, poniendo cada pierna a un lado de las del bello usuario de morfeo.
De esta manera tan sutil se sentó a horcadas sobre el recostado, colocándose justo encima de su cadera y apoyando las manos en su abdomen.
-Anda, arriba.- deseó, aplicando fuerza en sus muñecas para bajar a besar la frente inocente, satisfecho al sentir desplace bajo suyo.
-¿Kakashi? - inquirió desorientado el hombre festejado, tallando sus orbes con una mano.
El nombrado asintió, dejándose caer sobre su amigo- prometido y mofándose al escuchar un respingo inmediato.
-¿Pero que estas...? - miró de arriba abajo la posición tan atrayente del otro, sin pasar por alto que portara su camisa favorita de una forma tan sexi a su vista.
-Levantate - expuso el peliplata, con pequeños movimientos sobre el. La cara de óbito enrojeció de manera violenta.
-¡Quitate bakakashi!
-¿Uhm?- emitió divertido repitiendo su acción - ¿Porqué? Se ve que te gusta
-¡No es c-cierto! - el Uchiha desvío la mira, tomando la cintura de Kakashi con sus manos e ignorando la risa ligera que este emitió.
-¿Qué es tan gracioso?
-Nada, solo me gusta estar contigo torpe.- el contrario no supo que decir, reclamando suavemente al oír el apodo. Por supuesto, termino ignorado de manera olímpica por su varón de piel nácar.
-Anda, el pastel estará bueno con el chocolate hirviendo.- aventuró regresando a su propósito el de la mascara, bajándola para sonreirle a un confundido muchacho.
-¿Que dices? ¿Pastel?
-Para tu cumpleaños, sordo.- puntualizó, señalando la fecha del calendario con su índice.
Óbito lo miró sorprendido, abriendo la boca. - ¿Tu lo has hecho?
-Naturalmente, ¿Que pastelería hay abierta en Konoha a estas horas?
-¡Espera! Madrugaste y cocinaste cosas dulces ¿Solo por mi?
Esta vez fueron las pálidas mejillas las que se ruborizaron, apenando a su dueño.
-Bueno...una vez al año no esta mal ¿No? ¡Callate y muevete o me largo de una vez! - amenazó de repente, tratando de levantarse sin éxito.
Óbito lo rodeo con sus brazos, besando sus labios y levantándolo por los muslos.
-Y luego me preguntan porque te amo tanto.- la sonrisa del azabache alumbro la recamara, resaltando en su rostro como una luz en plena oscuridad.
-¡Donde me tires te parto la cara! - exclamo como excusa el Hatake, envolviendo el cuello de su pareja con los brazos y afianzando sus piernas al torso.
- Como si fuera posible con esta fuerza. - rió el otro, sosteniéndolo con el fin de robarle un beso.
El mismo beso que ahogo un quejido al darle una sonora nalgada a los firmes glúteos, escribiendo su sentencia de muerte ante un jadeo inoportuno.
-¡OBITO!
Lo siguiente que se escucho dentro de la casa fueron crujidos y muchos trastos rotos, alarmando a Rin y Minato, que se encontraban en la puerta principal, un piso abajo.
-¿Estarán bien? - Inquirió asustado el rubio, esquivando una silla que salio por la ventana superior.
- Claro Minato sensei, es su forma de desquitar amor. - susurró la castaña convencida, a sabiendas del temperamento del casi matrimonio. Un dúo explosivo que se complementaba a la perfección, educados para aguantar al otro. Solo unos días, unas semanas mas...
-¡Donde te pesque pervertido!
-¡Pero es mi cumpleaños!
-¡No me interesa!
Si, definitivamente serian un matrimonio genial. O eso pensaba Rin.
Pobre chica ingenua, nadie le dijo lo cruel que es el destino. Nadie le dijo que nunca se podrían casar...
¡Hola! Me he enterado gracias a un amor de chica que el cumple de Óbito era hoy así que decidí hacer esta pequeña parte :3
¡Gracias por leer!
Felicidades bobito~
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10 de febrero 2018 <3
PD: veo esta foto y no se si es kawaii, tierna o sexi :"v
