Noches.

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Noches
de tanto llorar
que se secan los ojos.

Noches
de tanto bostezar
que duele la mandíbula.

Noche tras noche
pensando en aquello,
sin poder superarlo...

Solo me queda llorar
solo en mí habitación,

secando constantemente
mis mejillas
de un inevitable
río de lágrimas.

Por eso odio la noche,
por eso te odio a ti.

Poesía para pensar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora