Eres un ángel #1 (Tate Langdon)//Fanfic corto\\

■Espero verte, amiga■

Al llegar a la casa, estuve buscando a Violet. La encontré fumando en la cocina.

-Hola Melissa-me saludó

-Hola Violet. ¿Qué tal?

-Muerta... ¡Espera, no!

-¿Muerta?-me hice la sorprendida

-Eh...yo...eh...

-No, ahora me explicas.-me senté enfrente suya

Tal y como me dijo Greta, a Violet se le escapó todo. Me contó sobre la muerte de todos y la suya. También me contó de la Infantata y que Troy y Bryan me habían intentado matar para que pudiera ser como ellos, un fantasma.

Cuando acabó de hablar yo salí corriendo y me encerré en mi habitación.

No podía ser.

Estaban todos muertos y Troy y Bryan me habían intentado matar.

Empecé a llorar.

Si yo no moría no podría estar con Tate.

Llamé a Greta.

-¿Pasó algo amiga?

-100% real-dije con voz rota

-No hagas ninguna locura sin mi, amiga.

-¿Sabes dónde es la casa?

-Sí.

-Ven, por favor.

Colgué.

Cuando llamaron a la puerta yo le abrí.

La llevé a mi habitación.

-Melissa, ¿Qué estas pensando en hacer?

-No pienso suicidarme, Greta.

-Yo... Melissa, hace tiempo que quería suicidarme. ¿Me... me lo impedirás?

-Si es lo que tú quieres, no.

-Bi-Bien.

Saco un bote de pastillas.

Las tomó todas de golpe.

-Espero verte, amiga.

Sonreí mientras lagrimas corrían por mis mejillas.

-Yo igual, Greta.

Greta se tumbó en mi cama y se durmió, esperando su muerte.

Escuché que la puerta se abría y miré a Tate.

-¿Quién es...?

-Es la chica del parque.

-¿Y que...?

-Se va a suicidar.

-¿Qué?¿Por qué?

-No aguanta más con su vida.

-Creí que había sido...

-No, Tate. Ella no mató a quince de sus compañeros en un tiroteo.

Él parpadeo varias veces y abrió un poco la boca.

-Me-Melissa, ese no-no era yo.

-Sí, ya claro.

Noté como a Greta le empezaron a dar espasmos, para luego quedar su cuerpo en una tranquilidad que jamás se perturbaría.

-Murió-susurré mientras una lágrima recorría mi mejilla

-Eres un ángel por tus cortadas. No perteneces a este sitio, pero no puedes ir al cielo. Eres un ángel, Melissa. Ni se te ocurra a ti hacer nada.

-¡¡¡LO HARÉ YO!!!-exclamó la voz de Charles.

Él portaba una pistola. Mi pistola. La había robado.

Apuntaba mi cráneo.

Tate se intentó poner delante, pero ya era tarde.

El gatillo había sido apretado e iba a mi cráneo.

El contacto del metal con mi cuerpo fue... extraño.

Estaba totalmente aterrorizada.

Escuché el grito de Tate.

Fue lo último que escuche.

Su grito.