Épocas del Año

Año Nuevo: Creek

Definitivamente la presión que ejercía todo el pueblo en sus personas había disminuído en una gran parte, aún algunas miradas curiosas los seguían mientras caminaban pero ya nadie hacía comentarios innecesarios.

La relación con Tweek había mejorado mucho, uno había encontrado apoyo en el otro y su amistad se había fortalecido. Incluso en sus pensamientos había empezado a aceptar que aquella calidez que crecía en su pecho cuando se veían y se tomaban de las manos podía llamarse cariño. Sin embargo aquello que le dijeron sus padres lo dejó desencajado.

-¿Que mierda?- Preguntó el de chullo azul con un gesto de desagrado y esperando que lo que había escuchado no fuera lo que le habían dicho.

-Pregunté si estabas listo para el beso que debes darle a Tweek a las 12.- Repitió Laura Tucker mientras sacaba un par de abrigos del armario al lado de la puerta. Y en ese momento el cerebro de Craig hizo click, ahora cobraba sentido el por que siendo las 10.30 pm su madre los había obligado a vestir elegante y a salir de casa cuando todo el pueblo estaba cubierto de nieve (aunque si lo pensaba bien el pueblo siempre estaba cubierto de nieve).

-Claro que lo está.- Interrumpió la conversación Thomas Tucker quien luchaba con la corbata de su traje intentando hacer el nudo y casi ahorcandose en el proceso.- Seguro que Craig ya le ha robado varios a su pequeño noviecito.- Agregó con una risotada y luego le dio unas palmaditas de apoyo a su hijo mientras se dejaba ayudar por su esposa con el nudo de la corbata.

Si era cierto que Thomas había aceptado la homosexualidad de su hijo, tenía los roles tan marcados en su mentalidad que desde un principio había marcado a su hijo como el "dominante" de la relación y siempre solía hacerle ese tipo de -desagradables- chistes. Craig no sabía si sentirse avergonzado o asqueado por el comentario por lo que solo hizo la tipa seña Tucker. Tricia iba bajando las escaleras ya con su abrigo y estando los cuatro en la puerta salieron de su residencia.

Craig pensó que si era cierto que la presión del pueblo había disminuido, la de su familia nunca se la podría quitar de encima y siguiendo ese hilo de pensamiento se preguntó por cómo estaría Tweek ante esta situación.

Mientras tanto en el centro comunitario se reunían la mayoría de ciudadanos de South Park, había luces, comida, bebida, pero sobre todo un ambiente festivo.

La familia Tweak habían llegado extrañamente temprano a la celebración, el pequeño rubio se preguntaba por que era que habían llegado tan temprano, no era como si a él le emocionara empezar un nuevo año. Es decir eran nuevas posibilidades, 365 nuevas oportunidades como decía todo el mundo o eran 366, no se había fijado si era un año bisiesto o no. Eso no era lo importante, lo que realmente le preocupaba es que cada una de esas oportunidades pudieran ser entendidas como 365 oportunidades de bombardear su casa. O como oportunidades de los alienígenas para invadir el planeta, o peor aún 365 oportunidades para los gnomos de robar sus calzoncillos. Empezar un año nuevo era aterrador, solo pensar en todas las terribles posibilidades le hacían temblar... necesitaba café. Cuando estaba apunto de perder los estribos por falta de cafeína una mano se posó sobre su hombro. No hace falta decir que los gritos del chico se escucharon en todo el lugar y probablemente también en Corea del Norte, pero casi nadie volteó a verlo debido a lo común que era eso.

-Tweek, mi pequeño hijito homosexual.- Dijo el padre del rubio mientras lo abrazaba por los hombros.- Tu madre y yo estamos muy orgullosos de todo lo que haz avanzado en este tiempo.- Su madre sonreía detrás de su padre con un gesto orgulloso. Tweek odiaba cuando sus padres se comportaban así, siempre cuando iban a decir algo incomodo tenían que resaltar lo "orgullosos" que estaban de él. El rubio tembló y el tic en su ojo izquierdo se hizo presente.- Sabemos que ya te hemos hablado de esto antes, pero deberías ser más afectuoso con tu novio Craig.-