>
Nuestro amor había sido desde el inicio tan complejo y desordenado, más que el intentar tener un sólo idioma universal, parecía no tener sentido pero una fuerza de atracción nos unía como a la luna y al sol en un eclipse. Así éramos, tan distintos...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nunca en mi vida he creído en el amor verdadero, me ha parecido alguna ocurrencia sin fundamento por parte de los escritores de cuentos infantiles sobre princesas o hadas, pero ahora mismo me siento atrapada en uno de ellos. Me encuentro sentada a la orilla de la playa sobre la rasposa arena que se escabulle por todo mi cuerpo, la brisa fría debido a las olas cercanas comienza a entumecer mi cara y mi cabello amenaza con liberarse del desestructurado chongo que me he hecho en la mañana. A mi lado se encuentra Sean sonriéndome ampliamente mientras sujeta una de mis manos y ve divertido como mechones de mi cabello caen descontroladamente sobre mi frente a causa del aire. El momento es perfecto y no me es de importancia ningún inconveniente que se atraviesa entre nosotros. Es nuestra última tarde de verano juntos antes de comenzar las clases y todo juega a nuestro favor. El arrebol en el cielo nos envuelve fervientemente y el color rojizo de las nubes da un toque mágico al ambiente. Lo más importante de todo es tenerlo a mi lado, el estar con él es de las únicas cosas de las que puedo presumir en mi día a día y me siento feliz por ello. -Tienes razón, hace más viento que cualquier otro día.-Menciona Sean alzando la voz para que pueda escucharlo por encima de la ruidosa y fuerte brisa. - Sin duda alguna.-Afirmo asintiendo con la cabeza y él sonríe cálidamente, para después soltar mi mano y rodear mis hombros con su brazo. - Debes intentarlo.- Dice más claramente que la vez anterior, con un brillo en sus ojos. -¿El qué?-Interrogo sin saber si me estoy perdiendo de algo o no escuché alguna de sus palabras. -Entrar a mi mundo.-Dice dulcemente mientras se acerca más a mí y me da un pequeño beso en la mejilla. Me sonrojo al instante y luego lo miro tratando de parecer lo más segura posible. -Lo haré.- Veo una sonrisa de satisfacción deslizándose en su rostro y siento el alivio recorriendo mi cuerpo. -Intentémoslo. Sabes que todo saldrá bien.- Dice mirándome con ternura e intuyo que ha visto algún rastro de nervios en mi expresión. Sonrió lo más natural posible para no preocuparlo y me acurruco colocando mi cabeza en su pecho. -Lo sé, no importa que tan difícil sea...estar a tú lado es lo único que quiero. -Es lo que quería oír- dice con voz grave cerca de mi oído y después de unos segundos de silencio vuelve a hablar-, te amo. El escuchar esas palabras me causa un gran impacto, no hace mucho que las he empezado a escuchar con frecuencia y cada vez que salen de sus labios me paralizo y a pesar de mis intentos por formular algo coherente no sé que decir. No estoy acostumbraba todavía a tenerlo a mi lado y sé que es incorrecto de mi parte pero me siento insegura en cuanto a él. No en mis sentimientos sino más bien en que es lo que decir y como debo actuar cuando estoy a su lado. Parece que aún no me acostumbro al amor a pesar de que siempre ha existido a mi alrededor, lo siento como si fuese alguna nube en el cielo, la cual puede ver pero no puedo tocar. Es así, es una sensación desconocida, extraña y misteriosa, en la que me asusta adentrarme. -Quisiera que este momento dure eternamente.- Digo evadiendo sus últimas palabras y lo abrazo fuertemente, él me corresponde y permanecemos de esa manera mientras me embriago de su calor y de los diversos olores a mi alrededor. Percibo nuestros perfumes combinados, el aroma de la sal funcionada en el mar y de las frescas hierbas desperdigadas en el lugar. Me parecen apenas segundos suficientes cuando nos separamos, él me mira y me dedica una cálida sonrisa, imito su acción y después de tomar mi mano Sean se pone de pie incorporándome junto con él. -Hay que dar una pequeña caminata antes de irnos.- Dice Sean dulcemente y afirmo con la cabeza. -Tenemos tiempo aún, hay demorarnos un poco antes de irnos.- Digo con voz melodiosa sacudiendo nuestras manos unidas. -No, no será posible. Sabes que te meterás en problemas con tía por eso y no quiero que duermas afuera. Debo dejarte a tú puerta antes de que sea muy tarde.- Asegura e intuitivamente miro alrededor para ver como el cielo apenas comienza a tornarse oscuro. - Todavía no oscurece. Tardemos un poco más ¿si?- trato de convencerlo a la vez que veo como su mirada parece dudosa- no tendré problemas, lo prometo. Al parecer Charlotte parece comportarse mejor conmigo en estos últimos días, creo que ha dejado de odiarme. -Eso es bueno, pero es mejor si evitas algún contratiempo con ella y haces que eso perdure. Por lo que...-dice acercándose con una sonrisa divertida más a mi- me aseguraré de que no tengas problemas. Daremos una caminata corta y nos iremos. -Eres imposible. Sin embargo...tienes razón- acepto y suspiro pesadamente- . Pero debo decirte que la próxima vez no te me escaparás tan fácilmente. -No deseo hacerlo.-Dice firme y sonríe audazmente. Comienza a caminar y me impulsa a hacerlo también, recorremos la orilla del mar y después damos pasos lentos en la arena. Pasan algunos minutos y nos encaminamos a mi casa o mejor dicho la de mi tía. -Estarás todo el tiempo conmigo mañana ¿cierto?- pregunto poco antes de llegar, él se detiene y me y me mira levantando una ceja. -Creí que querías tu privacidad, ya sabes que vayamos poco a poco y no influya en tu vida haciendo un caos- menciona tranquilamente- ,pero si me lo pides...no me importaría robarte todo el oxígeno. Comienzo a reír nerviosamente y le doy un pequeño golpe en el hombro.-No me refería a eso, sólo es que...pasamos todas las vacaciones juntos y debido a la escuela, te extrañare demasiado. -Digo lo mismo, te extrañare pero...aprovecharemos cada momento juntos y prometo que se sentirá como si nada. Sólo será durante clases, tenemos el resto del día para nosotros dos.-Menciona seguro y me tranquiliza, aunque la verdad el sólo mirar sus ojos verde esmeralda causa ese efecto en mí. Seguimos nuestro camino y rápidamente llegamos, nos detenemos en el jardín y antes de que alguno de los dos emita alguna palabra, oímos un tenue ruido que parece provenir de la puerta a unos pasos. Ambos nos miramos y luego dirigimos nuestra atención a la figura que aparece frente a nosotros. Sonreímos al ver que es sólo Madeleine, mi prima. -¿Qué horas son estás de llegar? Mi madre está histérica e incluso me ha mandado a buscarte.- Reclama con preocupación y veo como Sean me da una mirada asustada. - Lo siento, debimos apresurarnos -me dice mi novio apresuradamente y tomo su mano para tranquilizarlo. -No te preocupes, lo solucionaré.- Afirmo con un deje de cansancio que espero no note. -Hablare con ella si quieres- dice Sean y niego con la cabeza al instante. -No te alarmes, yo lo haré.-Dice Madeleine con tranquilidad y asiento sonriente. Sean me mira y resignado asiente también. -Entonces avísame si algo ocurre, nos vemos mañana, te amo.- Dice dejándome nuevamente helada y dándome a la vez un beso en la mejilla, hago lo mismo y le doy un abrazo rápido. -Nos vemos mañana.- Digo y él asiente con una sonrisa, veo una mueca por parte de mi prima y antes de irse, Sean se detiene para despedirse de ella. -Hasta luego Maddy, cuida de Bridget.- Dice apuntándome con la mirada y Maddy asiente. Cuando Sean se aleja y sus pasos son apenas audibles, Maddy me toma del brazo juguetonamente para arrastrarme a la puerta y antes de abrir se detiene con una sonrisa en su rostro. -Sean se asustó ¿cierto? Fue mentira, mi madre ni siquiera se ha inmutado por tu llegada. Quería jugarles una broma.- Dice y suelta una risita melodiosa que rápidamente me contagia. -Eres cruel- digo despeinado su flequillo mientas ella hace un puchero-,incluso yo misma me asusté. ¿Porqué lo hiciste? -Lo siento, quería que Sean se fuera para poder preparar juntas nuestros útiles de mañana. No te olvidaste de las clases ¿cierto?- dice expectante. -No hago más que pensar en eso. Ni siquiera me pude despedir adecuadamente de Sean y es gracias a ti.-Digo dándole un golpe en el hombro y ambas reímos. -Vamos adentro.- Ordena y abre la puerta para darnos paso. Cierro, nos introducimos y subimos las escaleras para llegar a nuestros cuartos. Llego a mi cuarto y me recuesto en mi cama para después dar un gran suspiro, pasa un tiempo y observo como Maddy se recuesta a mi lado. Me sorprendo al ver que ha venido a mi habitación y no se ha ido a refugiar en la suya como cada noche. - ¿Necesitas que te ayude en algo? Casi he terminado con lo mío.- Menciona amablemente mientras me reincorporo para hablar con ella, me siento y la miro dudosa por unos segundos. -¿Me estás diciendo que tú, Madeleine Moore quieres hacer el trabajo duro por mí?- Interrogo muy sorprendida dado que conozco lo perezosa que Maddy puede llegar a ser y en especial con cosas que involucren ordenar y acomodar lo que sea. - Claro, no corrí a Sean por nada. Pasemos tiempo de calidad juntas.- Anima y siento que comienzo a recuperarla. Me he sentido incómoda desde que comenzaron nuestras vacaciones debido a los problemas que habíamos tenido por Sean hacia algunos meses atrás. Creí que nuestra relación ya no era la misma pero parece que ella lo ha asimilado y me siento feliz por ello. Es la única que me entiende y me da la calidez y cercanía de familia en esta casa y además, me encanta pasar tiempo con ella. Sonrío tratando de no mostrar mi excesiva felicidad y asiento.- De acuerdo, entonces...comencemos con preparar mi mochila. -Apresurémonos, mi madre está preparando la cena y no querrá que tardemos.- Asegura y como sé que es cierto, rápidamente traigo mi mochila y un montón de cosa como libretas, lápices, plumas, y libros que nos han pedido. Hacemos una exhaustiva selección y al final dejamos hasta mi uniforme preparado. - ¡Todo hecho!- Confirmo y chocamos nuestras manos triunfantes. Al oír el llamado de Charlotte ambas bajamos al comedor y al menos yo, me preparo para una de las cosas mas incómodas del día. A pesar del tiempo que llevo conviviendo con mis tíos siento que no he llegado a acostumbrarme del todo, tal vez sea por la forma en que mi tía me trató al principio o por la historia que tenía con mi madre, pero puedo asegurar que sigo evitando cualquier cercanía con ellos. Pero debido a que el comer no es algo que pueda saltarme tengo que reprimir mis deseos y convivir con ellos forzosamente. Me siento frente a Maddy y evito mirar a los demás presentes en la mesa, dedico mi atención sólo y completamente a mi platillo recién servido frente a mi, Mis intentos fallan cuando siento la fría mirada de Charlotte y volteo para comprobar mis sospechas, nuestras miradas se cruzan e inesperadamente ella me sonríe. Lo siento tan irreal e incluso no llego a asimilarlo por completo, más aún así, le devuelvo el gesto con incomodidad. Cada quien sigue con lo suyo pero el silencio que nos inunda provoca que en mi mente pasen cientos de pensamientos. Charlotte se ha comportado muy extraña desde hace un par de meses, tal vez sea debido a que ella y mi madre hicieron las pases o porque se ha acostumbrado a mí, pero su trato quiera aceptarlo o no ha cambiado. Me da más libertad y ciertos privilegios que antes sólo Maddy tenía, como ver televisión, dormirme tarde, salir sin permiso, usar el teléfono de casa e incluso el auto. Aunque claro, nuestra interacción permanece limitada y diplomática. Sólo se muestra más amable e incluso me sonríe del vez en cuando, pero es extraño y me causa mayor desconfianza que cuando anteriormente me despreciaba. Termina la cena y después de ayudar a recoger la mesa y lavar lo que he utilizado, vuelvo a mi cuarto mientras agradezco mentalmente por que aquello haya acabado. Me adentro en mi búnker de sobrevivencia que ahora dado las condiciones ya no es indispensable y cierro la puerta para poder dormir en tranquilidad, doy algunas vueltas en mi cama cuando ya llevo puesta la pijama y me debato en llamar o no a mi madre la cual no me contactado desde hace días. Siento preocupación por ello, sé que debe estar ocupada debido a su trabajo y que su vida en Escocia es difícil, pero aún así siento tristeza porque en cierta parte se ha olvidado de mí. Tal vez no en mi mantención ya que cubre con todos mis gastos, pero si en mi cuidado. Sé que ya no soy una niña pequeña y que puedo hacer mis cosas sola, pero en este último año que hemos estado separadas nuestra comunicación se ha ido deteriorando y me preocupa que un futuro seamos unas completas extrañas. Solíamos contarnos todo e incluso las cosas poco importantes y ahora pasamos semanas sin hablarnos o tan siquiera saludarnos, no es como antes. Han pasado casi un mes desde su última visita y comienza a ser una histérica, ya he perdido a mi padre y no quisiera perder también a mi madre. Después de pensar tanto en ello, al final me resigno y decido esperar a que ella me llame. Más por ella que por mí, porque sé que ha de estar ocupada en su despacho o peor aún, llegando agotada a casa y no quisiera importunarle más. Dejo aquello de lado pero no del todo y dedico aquellos minutos antes de dormir a pensar en las clases que me esperan al día siguiente y más que nada en Sean, en lo que nos pasará mañana y como nos enfrentaremos al mundo. Después de todo no hemos anunciado públicamente nuestra relación y siento náuseas por ello, sólo me queda esperar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Hola! Esperoquehayandisfrutadodelalectura.Noseolvidendeseguirme! Esperoquedenmuchoamoralahistoria ,votenporelcapítuloy comenten quelesparece. Por si se lo preguntan, deje la canción de “red” porque me inspirado con ella respecto a la historia y es de mis favoritas por lo que espero la disfruten. Recién inicio y estoy emocionada. ¡Gracias por leer!