|°Perfecta maldición en Roma°| [BTS]

|Capítulo 1|

Roma 16 de Junio, 2015.

La familia Rizzati habían ya entrado en Vacaciones de Verano, tiempo perfecto para mudarse al gran vecindario Santo Stefano Di Sessanio, un lugar viejo con un buen toque rústico y muy elegante.

Una brisa relajante con un aroma muy parecida a la Lavanda, impactaba sobre el inocente rostro que cargaba la chica, la cual había llegado junto con su familia a tiempo para comenzar a adentrarse en casa y explorar dentro.

Habían llegado exactamente a las 9:00 de la mañana así que había mucho tiempo de sobra.

—Nicole.

—¿Hm?

—¿Te gusta tu nueva casa?

—Me agrada mucho, madre, fue una muy buena elección, estoy muy fascinada.

—Me alegra mucho que te haya gustado mi vida.— dijo su madre con una sonrisa cariñosa.—Ojalá y tus hermanos pensaran lo mismo— dijo sarcástica sin borrar aquella sonrisa mirandolos de reojo.

—Jajaja, pronto se acabarán acostumbrando, hay que ser pacientes con ellos.

—Sí, supongo.— dijo llendose de mi lado para ir directo a donde ellos estaban.

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—¡CARLO! Deja a tu hermano ya.— dijo la señora amenazandolo con la mirada.

—Como sea—dijo dejándolo en el piso, llendose a otra parte del vecindario.

—¡Tú!, levantate y ayudame con esto.

—¿Por qué yo? Que te ayude Coletta.

—Te lo digo a ti porque estás cerca, toma y llevalo dentro de casa que aparte tienes que ver donde dormirás.—dijo entregandole una caja llena de materiales para la casa a Luka.

—Ay ya, no es para tanto.

—Ok, duermes en la tina del baño, ¿Te parece?

Éste rechazando la petición de su madre con tal palidez.
Fue enseguida adentro para dejar las cosas.

Sí, Luka era un chico muy llorón y quejoso pero eso no cambiaba el hecho de que es muy tierno, cariñoso y muy amoroso, eso si, señor don risueño era su segundo nombre, o "solecito" como su hermana le decía.

Ambos junto con el mayor se llevaban de la mejor manera.

Si peleaban se disculpaban al instante, la idea de estar enojados al uno con el otro les ponía muy triste y no les hacía gracia ni gusto para nada.

Carlo es muy serio, aunque aveces tenga arranques locos del relajo, siempre era muy tranquilo.

Nicoletta es pacífica y cuida mucho de sus hermanos aún ella siendo la más chica, es sensible pero fuerte y audaz como su padre, cariñosa, amorosa y dulce como su madre.

Los hermanos Rizzati eran el centro de atención en la escuela, en ellos la belleza emanaba en todo su esplendor.

—¿Y papá?

—No lo se, supongo fue a revisar unos documentos sobre la casa.

—Hm, ya veo.

—¿No te gusta esta casa?

—Me da igual pero, el hecho de dejar a mis amigos, no me gusta para nada.

—Oh vamos, no estamos lejos de la escuela, tranquilo— dijo Nicole golpeandole la espalda de una manera reconfortante.

—Lo sé, esto esta muy bonito.

—Si, es increíble.

"Pero aveces, las cosas más hermosas llegan a ser las más dolorosas".