Perdida

mi superhéroe

Pasamos el rato esa tarde hablando de todo un poco mientras esperamos los supuestos resultados que establecerán si puedo irme o no; dentro de la conversación Leonardo me propone que me vaya unos días a su casa, y yo lo pienso mil veces, la verdad es que siempre he Sido una mujer totalmente independiente, desde muy joven por circunstancias y problemas internos en mi familia, me tocó trabajar y creo que desde entonces he Sido muy hermética para aceptar ayuda, a veces cuando salgo a comer con él le pido acepte pagar lo que me comí pero este super héroe tiene el chip machista de "son los novios quiénes pagan lo de la novia y punto", me molesta horrores, quizá necesito sanar algunas cosas personales para aceptar que no soy autosuficiente.

Al final me decido y acepto, la verdad cuando pienso regresar a casa y estar sola no me parece la mejor idea, entonces quedamos en buscar algo de ropa y otras cosas que necesito para instalarme en su departamento, pacientemente esperamos hasta que por fin.

•Bueno por lo observado en los resultados producto de las evaluaciones médicas efectuadas a Laura, evidenciamos que no existe motivo para que siga internada un día más -dice el doctor con cara de chulo-, sin embargo ella debe estar en total reposo y curar las heridas según las indicaciones aquí establecidas -le entrega una hoja a Leonardo- pero ¿que se ha creído este?

•¡Hola! Estoy aquí y puede decirme a mí directamente -le digo, con los ojos en blanco-

Leonardo suelta una carcajada, ya sabe cómo me pone que no me presten atención, me subestimen o crean que no puedo responder por mí misma, entonces me dice:

•Cielo, está bien, piensa en que esto es indicativo de que podemos irnos a casa.

Y bueno respiro profundo esta vez mi clark kent como a veces le digo, tiene razón; además ¿Cómo me resisto a esa mirada retadora de "no comiences" que me vuelve loca, seguida de una sonrisa preciosa con los dientes más perfectos que he visto y su toque final, un guiño con esos dos pedacitos de cielo azul que Dios le dió como ojos?, este hombre es tan bello como Superman, y tiene que tener superpoderes para aguantar mis amarguras, Berrinches y pleitos por todo, como me dice él "vete a pelear por la justicia", mofándose porque según él, está agradecido con la vida de que haya elegido la carrera de leyes y de esta forma poder drenar mi mal carácter.

•Esta bien guapeton, -le digo- vamos a casa.

El sale a terminar de firmar unos documentos para poder retirarme, mientras la enfermera me ayuda a vestirme y a estar lista para irnos cuando Leo regrese; por fin entra triunfante, sabe que estoy contenta porque nos vamos también, toma el bolso con mis cosas y salimos por el pasillo, mi mente no deja de ver cada detalle de ese lugar es tan distinto a la noche pasada, pareciera como si hubiese estado aquí pero unos tantos años atrás, ahora luce todo blanco, todo radiante, con tanta luz; bueno cosa que al final agradezco, con este dolor que cargo encima, lo menos que quiero es pasar por otro capítulo de la serie "the walking dead".

Ya en el carro, le recuerdo pasar por la casa para hacer una maleta pequeña, con mi kit de sobrevivencia por supuesto; Leonardo es de todo menos previsivo así que en su casa de seguro ni una píldora para el dolor de cabeza debe tener, el asiente y nos encaminamos hasta el hogar del terror, por lo que enciendo la radio para relajarme y comienza a sonar esa música loca que el escucha y me retumba la cabeza como un bombo, empiezo a tocar botones aquí y alla para que pare y el me mira con gesto del que se las sabe todas y yo me enfurezco. Por lo contrario el se ríe y me dice:

•Laura ¿Por qué eres así? ¿Por qué siempre quieres tener el control de todo?

•Porque puedo. -le respondo y a él se le borra la sonrisa-, me doy cuenta que he Sido muy grosera pero a la verga, no pienso disculparme el comenzó, entonces volteo hacia la ventanilla y no emito ni una sola palabra hasta llegar.