1-Sangre...

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Escuchaba voces a lo lejos, parecía que eran mi madre y mi padre.Vaya que cuando duermes todo pasa tan rápido, al levantarme noté los rayos del sol atravesando el frágil vidrio de la ventana, hasta que los finos rayos chocaban contra el espejo de mi tocador, creando un pequeño resplandor. Vaya que era tranquilizante, pero en ese mismo instante se escucho un ruido.Parecía que algo se rompía en mil pedazos, perdí el balance por el susto y caí, pero nunca toqué el piso seguía cayendo en un profundo abismo donde solo un recuerdo se reproducía una y otra vez.

Un pequeño ruido logro captar mi atención.

Algo inusual estaba pasando en ese resplandor, cada vez se hacía más y más grande logrando cegarme y causando un leve dolor de cabeza que iba en aumento hasta parar. Dejando oir unos gritos desesperados, pude abrir mis ojos logrando ver mis manos ensangrentadas tiñendo el piso de rojo, comencé a marearme y caí inconsciente.

Así es, volví a tener ese estúpido sueño. No entendía lo que estaba sucediendo, de igual forma me importaba un bledo.

-Rápidamente bajé por las escaleras de caracol a la isla de la cocina.

-Buen día cariño- dijo mi madre.

- Buen día mamá-dije con una sonrisa.

- ¿Dónde está papá?- pregunté curiosa.

- Salió desde temprano a pescar- contestó.

- Oh vaya que no pierde el tiempo, está bien, quería pedirte permiso para salir con Ruth y Chris al cine. ¿Puedo?.
-¿Tomaste tu medicamento? Preguntó interrogante.
-No, lo haré enseguida- dije mientras buscaba el frasco.

-No olvides la olanzapina, no quiero que te pongas violenta- dijo con seriedad.
-Si- contesté.

Odiaba que mis padres me trataran cómo un animal salvaje atrapado en una jaula. Me temían y en cierto punto los entendía, no era fácil cuidarme a mí, a una adolescente con trastorno bipolar no identificado. Mi psiquiatra decía que era única, pero peligrosa. Me detectaron una mezcla de todos los tipos de bipolaridad. ¿Se imaginan? Soy una bomba de tiempo. Podría ser la siguiente <<Lizzie Borden>> o << Hannibal Lecter>> solo faltaba un pequeño empujón para desatar ese tremendo caos.

-Respecto a la salida, me deja...- me interrumpió.

-No lo sé, ¿Se lo mencionaste a tu padre?- pero por supuesto que no, mi madre me conocía, pero quería probarme.

- Sí, se lo mencione ayer-dije.
- ¿Cuál fue su respuesta?- preguntó dudosa
-Me lo autorizó sin chistar- dije con una sonrisa. - ni yo me la creí.
-Quiero la verdadera respuesta Natasha. UMM dijo mi nombre...

-Diablos, está bien, me dijo un rotundo ¡No!, dijo que era peligroso y que no quería arriesgarse a que yo perdiera el control- contesté de mala gana.
- Y tiene razón. No puedes tomar ese riesgo Natasha, eres inestable y nunca quieres tomar tu medicamento, entonces, ya conoces mi respuesta.... ¡No!- dijo mientras terminaba su taza de café.
- Pero mamá! Te juro que tomaré el medicamento y me mantendré a raya. Ruth y Chris me cuidarán, los conoces, ellos nunca me harían daño. Por favor ¿Sí? - suplique.

-Está bien Nath, pero me aseguraré de hablar con tus amigos para que cuiden bien de ti.

-Después de todo el sermón de mi madre, pude irme tranquila con mis amigos-

Aunque yo no planeaba ir al cine. Logré convencer a Ruth y Chris de ir a la fiesta de Dylan un compañero de la escuela. Aunque me dijeron que ni se me ocurriera tomar ni una gota de alcohol.

-Está bien, aguafiestas. No tomaré alcohol- dije riendo.

Cuando estábamos a punto de llegar a la fiesta, nos dimos cuenta que no era una simple casa, era una mansión. Al parecer Dylan era de dinero. Entramos y todos nos recibieron con los típicos albures, el pasillo era muy largo y apretado por todos los cuerpos que estaban bailando alrededor. Pero el ambiente se sentía en cualquier rincón de aquel lugar.

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⏰ Última actualización: Feb 03, 2020 ⏰

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