AQUEL VIEJO OLIVO

22 1 0
                                    

Sentía que entraba en un bucle infinito de vueltas.
Exploré cada rincón de mi mente como si esta fuera una telenovela.

Atravesé entonces un cuadro decorado con un marco dorado.
Era el parque San Sebastián.

Ya sabía por dónde iba esto, de algún modo lo sabía.

Todo era igual que entonces, calmado, sin ningún otro ruido que no sea el armónico canto de las aves posadas en los árboles.

Pude verla... pude verme...

Estábamos dormidos bajo un viejo árbol de olivo... aquel árbol que cuando niño, visitaba todos los días con mi abuelo.

Comencé a acercarme.

Con cada paso que daba, mi otro yo sé alejaba dos más.
Era como si la felicidad de ese momento se convirtiera en frustración.

Suena tonto lo sé.

Desperté a las 4;17 am. Sudando.

- Ya nada será como antes - pensé.

No asistí a clases ese día.

Fue fácil convencer a mi madre pegando el termómetro a la lámpara de mi cuarto. Mi padre ya había salido.

Miré al techo.
Aún conservo el viejo oso de peluche que ella me regaló.
"No me olvides" , la inscripción con marcador permanente perdía intensidad a cada día que pasaba.

Tomé mi bicicleta, el oso y partí al parque.

Tenía que ir... no... yo QUERÍA ir.

¿Qué más daba visitar una vez más aquel viejo olivo?

TU y YO... otra vez!Where stories live. Discover now