1

3K 312 409
                                    

Las horas pasaban de manera lenta ante los ojos de Jae, las manecillas del reloj no hacían más que moverse por unos escasos segundos, estaba hasta el punto de explotar, la impaciencia era su peor enemigo, parecía un niño pequeño regruñendo el porq...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las horas pasaban de manera lenta ante los ojos de Jae, las manecillas del reloj no hacían más que moverse por unos escasos segundos, estaba hasta el punto de explotar, la impaciencia era su peor enemigo, parecía un niño pequeño regruñendo el porqué de su postre no llegaba. El vuelo a Corea se había retrasado por una hora, las personas del aeropuerto cada vez disminuían y Jae comenzaba a pensar que el sería el único en aquel lugar, era ridículo, pero ser una reina del drama era lo suyo. Se percató de la mínima cantidad de pasajeros devuelta a Corea, solo eran unos pocos, la sala de espera apenas contaba con 10 pasajeros rumbo a su destino, no era común, pero tampoco sorprendente.

Comenzó a analizar cómo le diría a Sungjin acerca de su retraso, el chico de seguro haría un estúpido sermón acerca de las horas que estuvo esperando ya que sin el atraso él ya hubiese llegado para las 5 de la tarde horario Corea, sin embargo, su precioso Smartphone se había descargado y como el sí mismo se consideraba un tonto por haber perdido su cargador en pleno hotel, se compraría otro pero no contaba con el dinero suficiente para uno nuevo. Jae estaba consciente de los puestos para cagar celulares, más bien, estuvo aliviado al ver uno, pero la mala suerte afloraba su cuerpo que resultó muerto el Smartphone por alguna rara razón. Jae se sentenció como el hombre menos afortunado del mundo.

Realmente no era su día de suerte.
Los ojos de Jae cada vez iban pesando más, se encontraba exhausto por correr tanto con el tema de papeleos y por asuntos del retraso, su único problema en ese momento era el poder avisar a Sungjin, podría acercarse a alguien y realizar una breve llamada pero la vergüenza ganaba, más cuando Jae estaba consiente de no saber el número de su amigo de memoria, nunca lo necesito si siempre dependía de su maldito Smartphone, ahora aprendería la lección y trataría al menos saber el número telefónico de sus amigos.
Una voz atreves de los micrófonos afirmaba el vuelo a Corea dentro de una hora, Jae soltó un suspiro y se acomodó en su asiento, cayendo en un sueño profundo.

-Despierta o perderás el vuelo –una extraña voz se asomó a sus oídos-. Despierta, por favor.

Jae lentamente fue abriendo sus ojos, hasta encontrarse con un rostro desconocido.

-¿Dónde estoy? –Fue lo primero que salió de su boca- ¿Ya llegamos?

El chico rio entre dientes.

-Aun no subimos al avión ¿Te ayudo a llevar tus cosas?

Jae entrecerró los ojos, tratando de discernir bien al chico con quien hablaba, a los pocos segundos cayo en cuenta de que no llevaba sus gafas, exaltado con sus manos comenzó a realizar una búsqueda sin éxito.

-¿Buscas esto? –el chico acerco sus gafas hasta las manos de Jae- Estaba en el piso.

“¿En serio? ¡No lo había pensado!” Quiso responder Jae, sin embargo, no lo encontró adecuado cuando el extraño simplemente quería ayudar.

Tomó sus gafas sin decir nada y se las coloco, todo se fue aclarando hasta al fin poder el rostro del extraño, Jae soltó una risa.

-¿Me miras a mi o hacia donde lo haces?

Skinny boy / jaepil ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora