SILENCE (Mikeru x Miyo Fanfic)

SILENCE Capítulo 2

(Datos importantes antes de empezar: un pequeño fragmento de la historia está inspirado en la película/manga de Koe no katachi, solo es un pequeño momento que pensé que podría ser adecuado para la historia de Silence pero no hay nada más, todo lo demás que está escrito es original mío a excepción de ese pequeño fragmento que, los que hayan visto la película o hayan leído el manga lo sabrán. Dicho todo esto y aclaradas las dudas, disfrutad de la historia! )

El dibujo de esta hermosa portada del capítulo le pertenece a Hiyoko-chan.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Desde que le compramos los audífonos a Mikeru para que pudiera escuchar algo mejor parece más animado, de igual forma le llevamos la consulta médica para que lo revisara por si estaba todo correcto y menos mal que así fue. Él necesitaba usar los dos si tenía pérdida auditiva en ambos oídos y estar tanto tiempo sin usarlos le pareció increíble al médico, creo que lo regañó un poco por ello pero que se le va a hacer, Mikeru en ese entonces no tenía tanto dinero para permitírselo y fue gracias a que yo se los regalé que ahora puede usarlos, precisamente baratos no son.

Teniendo ahora los dos audífonos puede escuchar mucho mejor y enfocarse en una conversación para poder entender todo lo que decimos, así puede identificar de donde viene cada sonido y no se estresa buscando, también el pobre con el tiempo empezaba a incomodarle llevar solo uno y se mareaba o perdía ligeramente el equilibrio. Desde luego todo le resulta mejor usando los dos, y eso es notable en sus días de trabajo. Un día que tenía libre del trabajo, decidí llevar a mi hermana a la cafetería donde trabaja Mikeru y así ir a verle y para que la pesada dejara de darme el tostón de cada día de cuando iba a llevarla ahí. Nada más entrar en la cafetería, él nos saludó y nos dirigimos a mi mesa de siempre, nos sentamos y nos dio los menús para poder elegir lo que queríamos. Yo lo tenía bastante claro, casi siempre pido lo mismo, a Miyoi le costó elegir pero tras mucho tiempo mirando la carta se decidió por un batido.

-Vamos a poner a prueba la recepción auditiva de Mikeru! -propuso Miyoi mirándolo a la cara, tras tenerlo todo decidido la soltó y le miró fijamente para que él se fijara bien en el movimiento de los labios-. 

-Quiero un batido de fresa. -dijo con voz lenta y ligeramente alta pero sin molestar a los demás.-

Mikeru se quedó quieto por un momento procesando lo que había escuchado, lo escribió en su bloc de notas y se lo mostró a Miyoi para confirmarlo.

-Si! muy bien, lo entendiste! -se puso a aplaudir con las manos.-

-Yo iba a hacer mi pedido también pero creo que Mikeru ya me conoce de sobras con lo que voy a pedir. -solté una pequeña risa.-

-"Un café y un trozo de pastel?" -dijo Mikeru con señas.-

-Si, exactamente. Me lees la mente o es que ya soy muy predecible. -sonreí.-

Él me devolvió la sonrisa, apuntó las cosas y se fue a dar nuestros pedidos para poder continuar atendiendo a la gente. De mientras Miyoi miraba su móvil, que seguramente estaría hablando con el enano de su novio, yo observaba de vez en cuando a Mikeru. Parecía que le iba bastante mejor en el trabajo ahora que podía escuchar con mejor calidad, así si un cliente le llamaba incluso si estaba de espaldas se podía enterar. Una señora entró en la cafetería, fue acompañada por Mikeru hasta una mesa y fue atendida por él, no sabía que estaba pasando porque estaba muy lejos, pero creo que la señora hablaba demasiado rápido pidiendo los pedidos y en un tono imposible de comprender para él, ya que se le quedó mirando con cara de confuso y movía su mano colocada de forma horizontal de arriba a abajo, como si le dijera a la señora que hablase más lento porque le costaba enterarse. No debería meterme de por medio ya que es parte de su trabajo encargarse de los clientes y él mismo me dijo que no necesitaba ayuda pero no podía evitar preocuparme. Parece ser que después de una pequeña charla, todo se solucionó y le pidió disculpas a la señora por todo el malentendido. Cuando Mikeru regresó a recoger nuestros pedidos se acercó a nuestra mesa y dejó los pedidos en la mesa, levanté la mirada para agradecerle pero cuando me fijé en su rostro no ponía buena cara.