Han pasado 84 años v":
Ingenua, era el adjetivo que estuvo rondando por la mente de Carlene toda la noche del día anterior. La vergüenza que sintió al ver a Jacob a la cara ---toda lastimada--- hizo que no pudiera verlo todo el día.
No quiso ver a nadie ese día, ni a sus supuestas amigas. A pesar de lo mal que se sentía pudo entregar sus tareas a tiempo, no podía darse el lujo de bajar sus notas, debía entrar a una buena Universidad.
Las clases pasaron con mucha normalidad, Carlene no se atrevía mirar más allá de su cuaderno o del pizarrón donde el profesor de química explicaba algunos ejercicios.
En el receso era obligatorio sentarse en su lugar, al lado del odioso grupo, donde ese día los acontecimientos del día anterior era de lo único que hablaban.
---Matías estuvo genial ayer, ese tal Jacob se lo merecía, ¿No le darás una oportunidad ahora que hizo eso tan genial, Carlene? ---preguntó una del grupo codeandola.
En eso Carly miro a la mesa donde se sentaba Matías junto a su grupo para disimular que le valía cinco lo que hizo, igual no se lo pidió.
---Puede ser... ---siguió tomando su jugo de Manzana y no le prestó atención a las siguientes ideas raras del grupo.
En la misma mesa de siempre se encontraba sentado Yeremi, mientra comía un trozo de pastel de vainilla. Era extraño ver comer a alguien tanto dulce de desayuno; pero igual a la chica se le antojó, y si le quedaba crema en los labios al chico, quería comer pastel de esa zona.
"¡¿Que estoy pensando?!
Carlene se levantó de un tirón de su asiento, estaba algo ofuscado, quiero aire y pensar con claridad ---algo que no le estaba saliendo del todo bien---, llamó la atención de todos por el estruendo de la silla, incluso de Yeremi que estaba lejos de su mesa.
Carly no le tomó mucha importancia y salió del lugar. Por unos cuantos minutos la chica tuvo que correr para perder a sus "amigas" que la persiguieron por casi todo el colegio, sólo en su lugar tranquilo podía estar en paz; un lugar secreto, donde puede pensar con claridad, sobre lo mucho que extraña su país, su familia y a sus antiguos amigos. Si tan sólo su colegio no la hubiera elegido para el intercambio de culturas eso no estuviera pasandole.
Subiendo escaleras a toda prisa se encontraba la muchacha, llegando a la azotea ---un lugar que no puede ser visitado a ninguna hora, un lugar prohibido, aunque nadie sospecharia que la perfecta Carlene rompía las reglas---, estaba estaba harta de todo, de no tener amigos verdaderos, de estar custodiada por la escuela las veinticuatro horas del día, un alumno de intercambio cultural es muy especial, y si le sucede algo la escuela es responsable, eso quiere decir que no puede salir a ninguna parte y si va de compras debe ser acompañada de un adulto, pero lo peor era estar enamorada de un imposible, si, imposible, Yeremi era inalcanzable; algo que nunca había visto en su vida y por ella estar fingiendo ser lo que no es parece que le desagrada al chico.
¡Perfecto! El combo completo. Pensó ella agarrándose de los pelos.
Se calmó unos minutos después, minutos en los que pasó mirando el cielo, lleno de nubes sin forma, las cuales nunca le daban señales de que su día mejoraría. Y sin evitarlo quedó dormida bajo la única sombra de la azotea.
Vale, este fue el mes más ajetreado de mi vida, lo primero es que conseguí trabajo 🎊 y me gane una beca completa para estudiar, pero no se van a librar de mi tan fácilmente, ahora vendré con todo.
Perdón por la ausencia, y gracias por esperar.
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Síndrome Del Solitario: Yeremi [Serie Inocente Amor #2]
Historia Corta[Segundo libro de la serie Inocente Amor] Yeremy, es un chico solitario, se la pasa todo el día con la cabeza gacha sin ver a nadie. Muchas veces se tropieza con estudiantes por los pasillos del colegio, y aunque se disculpe, muchas veces lo insult...